Como Bruno

por Una fe con chispa

22 abril 2016 00:00

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No sé cuál será tu destino, solo se una cosa:

los únicos que serán realmente felices son aquellos

que encontraron algo para servir a los demás.

- ALBERT SCHWEITZER-

Sus ojos no tenían vida; su alma, sí. Era ciego, pero veía. Bruno nació a la luz, pero sus ojos nunca vieron la luz del sol. En la época que vivió, aún no había luces por las calles. La ciudad era tan negra como la noche. Un día, Bruno, tuvo una de esas ideas luminosas, frecuentes en él.

-¿Qué haces, Bruno, en medio de la noche, por las calles con una lámpara? Pero, ¡si tú no ves!

- No llevo la lámpara para mí que conozco las calles en la oscuridad de la noche; llevo la luz para que otros, al verme, encuentren su camino.

Alumbrar el camino de los otros no es tarea fácil... Hay veces que en vez de alumbrar oscurecemos mucho más el camino de los demás... ¿Cómo? A través del desaliento, la crítica, el egoísmo, el resentimiento...

Y, sin embargo, estamos llamados a ser luz, a dar luz. Tenemos en el alma el motor que enciende cualquier lámpara, la energía que permite iluminar en vez de oscurecer. Está en nosotros saber usarla. Está en nosotros ser Luz y no permitir que los demás vivan en las tinieblas.

En «Porta fidei», Benedicto XVI dice que la renovación de la Iglesia pasa también a través del testimonio ofrecido por la vida de los creyentes: con su misma existencia en el mundo, los cristianos están llamados efectivamente a hacer resplandecer la Palabra de verdad que el Señor Jesús nos dejó.

Qué expresiva me parece ahora aquella pancarta que vi en una concentración: ¡Sé luz: Dale la mano a tu hermano!

En los Hechos de los Apóstoles, se nos dice: Pues así nos lo dejó mandado el Señor: Te he puesto como la luz de las naciones, para que seas salvación hasta el extremo de la tierra (Hechos, 13,47)

Jesús nos dijo: Vosotros sois la luz del mundo; por eso, con Jesús de la mano, a pesar de nuestra ceguera (limitaciones) seremos guías para los demás.

Como Bruno.