Se extiende en Inglaterra la aplicación de la eutanasia sin consultar a la familia del paciente
Pero el dato me ha venido a la memoria al leer otro mucho más crudo y que quién sabe si influye en ese poco gusto que tienen los británicos por la vida en su país. El dato es el siguiente: Informa el Daily Mail que, según un informe reciente, a más de una cuarta parte de las familias del Reino Unido no se les dice cuando se les va a retirar el tratamiento a sus seres queridos. Investigadores del Colegio Real de Médicos y del Instituto Marie Curie de Cuidados Paliativos de Liverpool han realizado una auditoría sobre 4.000 pacientes puestos en la llamada “Camino de cuidados de Liverpool”, el plan de cuidados médicos que ha introducido por la puerta trasera en Gran Bretaña lo que muchos consideran una ´eutanasia lenta´.
El “camino", aprobado por el National Health Service (NHS), permite a los médicos a negar el tratamiento a los pacientes -incluyendo comida y agua- que ellos consideren incurables y ponerles en sedación profunda continua hasta que mueran. Según el Daily Mail, este protocolo se utiliza en 300 hospitales y 560 centros de asistencia en todo el país.
Según el informe, el 28 por ciento de los familiares de los pacientes no fue informado que sus seres queridos habían sido puestos en el camino. De hecho, los médicos no están obligados por ley a consultar a las familias de los pacientes. La ley de 2005 sobre la capacidad mental Ley les ha dado el poder de tomar decisiones en nombre de los pacientes que lo consideren mentalmente incapaces, sin que tengan que atender los deseos de las familias de los pacientes. Incluso los servicios sociales y la policía han sido llamados a intervenir en determinados casos en que las familias han tratado de salvar las vidas de sus seres queridos.
Peter Millard, profesor emérito de geriatría en
"Los gobiernos han ido prescindiendo poco a poco de las salas de geriatría, así que la situación es crítica", continúa Millard. "El Gobierno ha dicho que se va a desarrollar un servicio para ayudar a morir en su casa, pero lo que deberíamos hacer es ayudarlos a vivir. Sólo cuando la muerte es inevitable, se debe empezar la retirada del tratamiento".
La edad media de los 4.000 pacientes auditado fue de 81. Treinta y nueve por ciento tenían cáncer, y otros tenían enfermedades como la demencia, ictus, neumonía, insuficiencia de órganos, y mal de Alzheimer. Los pacientes duraron un promedio de 33 horas en el “camino” antes de morir.
Aunque, de acuerdo al director ejecutivo del