Alegría franciscana con baile
Reconozco que ignoro si en la tradición franciscana el baile ha sido usado normalmente como instrumento de evangelización, pero no me cabe duda de que hoy en día se ha puesto de moda para tales motivos. Creo que sin duda es para evangelizar, no podría imaginarme a toda una serie de frailes y monjas haciéndolo por frivolidad o por juerga, no les pega, aunque a la vez que evangelizan se diviertan. No me hago a la idea de San Pedro de Alcántara con esos bailes, pero creo -sin ser experto en el mundo franciscano- que tampoco la vida austerísima y mortificadísima del bueno de San Pedro ha sido una tónica general de la orden en su historia.
Lo que si parece haber sido, excepciones aparte, es la alegría. Leo en escritos franciscanos palabras hermosas del Seráfico Padre sobre la alegría y testimonios sobre él que imagino deben ser de sus primeros compañeros. Aseguraba el santo que la alegría espiritual es el remedio más seguro contra las mil acechanzas y astucias del enemigo. Solía decir: “El diablo se alegra, sobre todo, cuando logra arrebatar la alegría del alma al siervo de Dios. Lleva polvo que poder colar -cuanto más sea- en las rendijas más pequeñas de la conciencia y con que ensuciar el candor del alma y la pureza de la vida.
”Pero” -añadía- “cuando la alegría espiritual llena los corazones. la serpiente derrama en vano el veneno mortal. Los demonios que no pueden hacer daño al siervo de Cristo, a quien ven rebosante de alegría. Por el contrario, el ánimo endeble, desolado y melancólico, se deja sumir fácilmente en la tristeza o envolverse en vanas satisfacciones". De ahí que "muchas veces reprendiera a sus hermanos por la tristeza que, manifestaban al exterior". "Vio una vez a un compañero suyo con cara melancólica y triste, y, como le desagradaba esto, le dijo: “No va bien en el siervo de Dios presentarse triste y turbado ante los hombres, sino siempre amable. Tus pecados examínalos en la celda; llora y gime delante de tu Dios. Cuando vuelvas a donde están los hermanos, depuesta la melancolía, confórmate a los demás.”
Si esto corresponde fidedignamente con lo que pensaba y vivía San Francisco, entonces estos frailes y monjas bailarinas llevan buen espíritu franciscano. He intentado de mil maneras colocar los videos en el post pero sin obtener ningún resultado, por eso pongo algunos enlaces que son muy gráficos. El primero es del llamado “waka waka franciscano”, sin duda bien ensayado y pegadizo. Que nadie se escandalice, pues este verano los jóvenes católicos de media Europa han bailado algo parecido en el encuentro de Santiago de Compostela. Aquí, se ve que los frailes y monjas italianos lo bordan y contagian alegría. No lo hacen como Shakira, pero la intención es lo que cuenta:
https://www.youtube.com/watch?v=XWOBD0hkb1I
Y se ve que dicho waka waka no es algo aislado, el repertorio de bailes es mayor, normalmente los usan para misiones populares. Ciertamente no son como las misiones de antaño, que eran muy efectivas, con los padres pasionistas y redentoristas cargando cruces y llamando a la conversión, pero sin duda también tendrán su efecto:
https://www.youtube.com/watch?v=1u-z-605reg
Puestos a buscar la aprobación jerárquica, hay que decir que no faltan los obispos en sus bailes:
https://www.youtube.com/watch?v=p_2JGi1PU8
Y, si se trata de evangelizar, buenos son todos los momentos, incluso el intermedio de un partido de baloncesto. Ya decía San Pablo aquello de “a tiempo y a destiempo”:
https://www.youtube.com/watch?v=NOot31ew9mc&feature=related
Pero para que nadie piense que la alegría franciscana es algo populachero (sería desconocer totalmente la hermosa espiritualidad franciscana), bueno es que recordemos lo que nos narra fra Leone, el que fue secretario de San Francisco, sobre lo que para el Santo Fundador era la perfecta alegría, cosa que espero que estos frailes y monjas bailarines tengan muy metido en el corazón:
"Iba una vez San Francisco con el hermano León de Perugia a Santa María de los Ángeles en tiempo de invierno. Atormentado por la intensidad del frío, llamó al hermano León, que iba un poco delante, y le dijo: . ¡ Oh, hermano León: aun cuando los hermanos menores dieran en todo el mundo grande ejemplo de santidad y de edificación, escribe y toma nota diligentemente que no está en eso la perfecta alegría ! Siguiendo más adelante, le llamó San Francisco de nuevo: ´¡Oh, hermano León: aunque el hermano menor devuelva la vista a los ciegos, enderece a los tullidos, expulse a los demonios, haga oír a los sordos, andar a los cojos, hablar a los mudos y, lo que aún es más, resucite a un muerto de cuatro días, escribe que no está en eso la perfecta alegría!´
"Caminando luego un poco, San Francisco gritó con fuerza: ¡Oh hermano León. aunque el hermano León llegara a saber todas las lenguas y todas las ciencias, y todas las Escrituras, hasta poder profetizar y revelar no sólo las cosas futuras, sino aún los secretos de las almas, escribe que no esta en eso la perfecta alegría!´
"Yendo un poco más adelante, San Francisco volvió a llamarle fuerte: ´!Oh hermano León, ovejuela de Dios: aunque el hermano menor hablara la lengua de los ángeles y conociera el curso de las estrellas y las virtudes de las hierbas y le fueran descubiertos todos los tesoros de la tierra, y conociera todas las propiedades de las aves y de los peces y de todos los animales, ; y de los hombres, y de los árboles y de las piedras, y de las raíces, y de las aguas, escribe que no está en eso la perfecta alegría´
"Y, caminando todavía otro poco, San Francisco gritó fuerte: ´¡Oh hermano León, aunque el hermano menor supiera predicar tan bien que llegase a convertir ,. a todos los infieles a la fe de Jesucristo, escribe que esa no es la alegría perfecta!´ "Así fue continuando por espacio de dos millas. Por fin, el hermano León, lleno de asombro, le preguntó: ´Padre, te pido, de parte de Dios, que me digas en qué está la alegría perfecta´. Y San Francisco le respondió: ´Si cuando lleguemos a Santa María de los Ángeles, mojados como estamos por la lluvia y pasmados de frío, cubiertos de lodo y desfallecidos de hambre, llamamos a la puerta del lugar y llega malhumorado el portero y grita: ´¿Quiénes sois vosotros?´ Y nosotros le decimos: ´Somos dos de vuestros hermanos´. Y él dice: ´¡ Mentira, sois dos bribones que vais engañando al mundo y robando las limosnas de los pobres ! ¡ Fuera de aquí !´ Y no nos abre y nos tiene allí fuera aguantando la nieve y la lluvia, el frío y el hambre hasta la noche. Si sabemos soportar con paciencia, sin alterarnos y sin murmurar contra él todas esas injurias, esa crueldad y ese rechazo, y si, más bien pensamos, con humildad y caridad, que el portero nos conoce bien y que es Dios quien le hace hablar así contra nosotros. ¡ Oh hermano León, que aquí hay alegría perfecta ! Y si nosotros seguimos llamando, y él sale fuera y nos echa, entre insultos y golpes, como a indeseables inoportunos, diciendo: ´¡Fuera de aquí, ladronzuelos miserables, id al hospital, porque aquí no hay comida para vosotros!´ Si lo sobrellevamos con paciencia y alegría y en buena caridad, ¡ Oh hermano León, escribe que aquí hay perfecta alegría ! Y si nosotros, obligados por el hambre Y el frío de la noche, volvemos a llamar, gritando Y suplicando entre llantos por el amor de Dios, que nos abra y nos permita entrar, y él más enfurecido dice: ´¡Vaya con estos pesados indeseables! Yo les voy a dar su merecido´. Y sale fuera con un palo nudoso y nos coge por el capucho, y nos tira tierra, y nos arrastra por la nieve, y nos apalea con todos los nudos de aquel palo, si todo esto lo soportamos con paciencia y con .gozo, acordándonos de los padecimientos de Cristo bendito, que nosotros hemos de sobrellevar por su amor, ¡ Oh hermano León, escribe que aquí está la perfecta alegría !"