Voy a estudiar la carrera de Igualdad

Maravillosa novedad. Una nueva disciplina académica está en ciernes, la carrera de Igualdad. Es evidente que primero hay que definir su perfil curricular, pues podría ocurrir que algún insensato pensara en cosas disparatadas, como la igualdad de todos los ciudadanos ante la ley. No se trata de ésto, ni mucho menos, sino de la gran lucha por igualar a los hombres y a las mujeres de un modo completo. Quizás entre las primeras asignaturas debería figurar una "Historia de la Igualdad", con un recorrido pormenorizado a través de los diversos movimientos sufragistas y feministas, de emancipación de la mujer y de liberación sexual. Podría acompañar en estos primeros cursos algún tipo de "Sociología de la Igualdad" y "Psicología de la Igualdad", de forma que ya desde el principio los alumnos adquirieran una visión condenatoria de todas las formas de patriarcado que han existido y un cuestionamiento radical de cualquier tipo de estructura familiar. En cursos siguientes, cabría entrar en cuestiones de rabiosa actualidad y, sobre todo, de gran proyección de futuro: "Biología de la Igualdad", "Salud Reproductiva", "Derecho Igualitario", "Teoría Queer"... Al grito de ¡hay que desnaturalizar la sexualidad!, las primera promociones de estudiantes irían adquiriendo poco a poco la clara conciencia de que están transformando el mundo, instalando el tan ansiado paraíso en la tierra. Pero no todo será tan fácil. Hay que abrir caminos de futuro. El primer inconveniente práctico que hay que resolver es la cuestión de la maternidad. Los usos actuales son todavía demasiado conservadores, y la utilización de métodos anticonceptivos por parte de la mujer es bastante desigual. Un primer objetivo sería, de este modo, llegar a suprimir por completo la maternidad natural, caminando hacia la producción de las nuevas generaciones en laboratorio, al modo de Huxley. Incluso estas nuevas generaciones ya vendrían libres de taras genéticas y sin defecto alguno, de tal forma que se podrían crear individuos alfa, beta, gamma y epsilon para atender las diversas necesidades del cuerpo social. Sin embargo, no es suficiente. Condenar a las mujeres a llevar a todas horas el pesado cinturón malthusiano seguiría siendo una forma terrible de discriminación. En los últimos cursos, se impodrían asignaturas avanzadas, tales como "Genética igualitaria", "Monomorfismo sexual" y "Totalitarismo político". Habrá que estudiar las opciones, pasando éstas por la producción de nuevas generaciones estériles o quizás por la eliminación del dimorfismo sexual de la especie, siendo la solución el transexualismo, que ya viene dado por la misma naturaleza. Por fin, eliminada la maternidad y la existencia de lazos familiares, se conseguiría una sociedad armónica de individuos libres e iguales en todos los sentidos, manteniendo, por supuesto, el uso y goce de los placeres carnales sin que estos implicaran consecuencias indeseadas ni dominaciones particulares entre sujetos. Cuerpos perfectos sin taras de ningún tipo serían libres de interactuar mutuamente sin restricciones ni limitaciones de género, pues el dimorfismo sexual habría desaparecido, por lo que todos podrían relacionarse con todos. Finalmente y por mantener la estabilidad social en todos sus aspectos, convendría dar forma a una "Religión igualitaria", en la que el culto a Ford, demasiado tecnocrático, fuera sustituído por el culto a Hermafrodito, auténtico símbolo de una nueva era en la que todos los individuos podrían autosatisfacerse y combinarse entre ellos como iguales en todos los sentidos, sin que existieran ya diferencias de género, sexo, complexión, enfermedad o malformación. Esperaré atento a que se abra el plazo de matrícula.