El Papa Francisco beatifica aPablo VI

Hasta el último momento, albergué en mi corazón una esperanza: el papa Francisco canoniza a Pablo VI como hizo con Juan XXIII. ¿Por qué no con el Papa Montini? No ha sido así. ¡Bendito sea Dios! No disminuye mi fe, muere una pequeña esperanza.

   Personas cercanas al Papa dicen que Evangelii Nuntiandi  es uno de sus libros de cabecera. De hecho, lo citado varias veces en concreto el nº 16.

   La homilía del Papa en la Beatificación tiene dos partes: La dedicada al Sínodo y la dedicada a Pablo VI. De alguna manera ambas confluyen en esta gran Papa.

    Él instituyó los Sínodos. Los introduce en la Iglesia con estas palabras: “Después de haber observado atentamente los signos de los tiempos, nos esforzamos por adaptar los métodos de apostolado a las múltiples necesidades de nuestro tiempo y a las nuevas condiciones de la sociedad”.

    Comenta primero el Papa el texto del Evangelio: Dad al Cesar lo que es del Cesar y a Dios lo que es de Dios. “Evidentemente, Jesús pone el acento en la segunda parte de la frase:> Lo cual quiere decir reconocer y creer firmemente –frente a cualquier tipo de poder- que solo Dios es el señor del hombre, y no hay ninguno otro. Esta es la novedad perenne que hemos de descubrir cada día, superando el temor que a menudo nos atenaza ante las sorpresas de Dios. ¡Él no tiene miedo a las novedades! Por eso continuamente nos sorprende, mostrándonos y llevándonos por caminos imprevistos. Nos renueva, es decir, nos hace siempre >. Un cristiano que vive el Evangelio es> en la Iglesia y en el mundo. A Dios le gusta mucho esta novedad”.

   Durante el Sínodo, comenta el Papa, hemos caminado juntos. De todas las partes de la tierra ha legado a Roma la voz de las Iglesias particulares. Ha sido una gran experiencia donde se ha sentido la fuerza del Espíritu.

   La referencia a Pablo VI no es muy amplia. Me parece emocionante: “Contemplando a este gran, Papa a este cristiano comprometido, a este apóstol incansable, ante Dios hoy no podemos más que decir una palabra tan sencilla como sincera e importante:>

   El que fuera gran timonel de Concilio, al día siguiente de su clausura, anotaba en su diario personal: >

   Una anécdota sencilla: A un Obispo español recién ordenado, como le vio tan joven le dijo: Qué Obispo tan joven… para llevar la Cruz>>