El Papa Francisco con los laicos

30 agosto 2014 00:00

Todos conocemos que la Iglesia nació en Corea nació por un grupo de fieles laicos que encontraron el evangelio en China. Todavía, hoy, esta Iglesia continúa con estos rasgos específicos. Siempre mejorables, son un tesoro para la iglesia de Corea y un ejemplo para toda la Iglesia.

Se esperaba este discurso del Papa los fieles laicos coreanos.

Inicia el papa su intervención con un reconocimiento de la realidad laica en la en la Iglesia corana: “La iglesia de Corea, como todos sabemos, ha heredado la fe de generaciones de laicos que perseveraron en el amor sa Jesucristo y en la comunión con la Iglesia, a pesar de la escasez de sacerdotes y de la amenaza de graves persecuciones. El beato Pablo

La Iglesia tiene necesidad del testimonio creíble de los laicos para hacer presente la verdad salvífica del Evangelio y edificar la familia humana en justicia, unidad y paz: “Sabemos que no hay más que una misión en la Iglesia de Dios, y que todo cristiano bautizado tiene un puesto vital en ella. Sus dones como hombres y mujeres laicos son múltiples y su apostolados variados, y todo los que hacen contribuye a la promoción de la Iglesia, asegurando que el orden temporal esté informado y perfeccionado por el Espíritu de Cristo y ordenado a la venida de su Reino”.

Señala después varias metas de furo: la atención a los pobres, la atención a la mujer coreana en todas las facetas de la Iglesia, la formación creciente de los laicos en la doctrina de la Iglesia y en la vida interior.

ATENCIÓN A LOS POBRES. “De Modo particular me gustaría reconocer la labor de las numerosas asociaciones que se ocupan directamente de la atención a los pobres y necesitados. Como demuestra el ejemplo de los primeros cristianos coreanos. La fecundidad de la fe se expresa en la práctica de la solidaridad con nuestros hermanos y hermanas, independientemente de la de su cultura o condición social, ya en Cristo <> (Gl 3,28) Quiero manifestar mi agradecimiento a cuantos, con su trabajo y testimonio, llevan la presencia consoladora del Señor a los que viven en las periferias de nuestra sociedad… Asistir a los pobres es bueno y necesario, pero no basta. Les animo a multiplicar sus esfuerzos en el ámbito de la promoción humana, de modo que todo hombre y mujer llegue a conocer la alegría que viene de la dignidad de ganar el pan de cada día y de sostener a su propia familia”.

MUJERES CATÓLICAS COREANAS. “También quiero reconocer la valiosa contribución de las mujeres católicas coreanas a la vida y la misión de la Iglesia de este país como madres de familia., como catequistas y maestras y de tantas otras formas. Así mismo no puedo dejar de destacar la importancia del testimonio dado por las familias cristianas. En una época de crisis de la vida familiar, lo sabemos todos, nuestras comunidades cristianas están llamadas a ayudar a los esposos cristianos y a las familias a cumplir su misión en la vida de la Iglesia y de la sociedad. La familia sigue siendo la célula básica de la sociedad y la primera escuela en la que los niños aprenden los valores humanos, espirituales y morales que los hacen capaces de ser faros de bondad, integridad y de justicia en nuestras comunidades”.

FORMACIÓN CRISTIANA. “Queridos hermanos, cualquier sea su colaboración con la Iglesia, les pido que sigan promoviendo en sus comunidades una formación cada vez más completa de los fieles laicos, mediante catequesis continua y la dirección espiritual. Les pido que todo lo hagan en completa armonía y mejor corazón con sus pastores, intentando poner sus intuiciones, talentos y carismas al servicio del crecimiento d ela Iglesia en unidad y en espíritu misionero. Su colaboración es esencial, puesto que el futurote la Iglesia en Corea, como en toda Asia, dependerá del desarrollo de una visión eclesiológica basada en la espiritualidad de comunión, de participación y de poner en común los dones”.

Terminó el Papa agradeciendo una vez más el trabajo que desarrolla la Iglesia en aquella nación. Rezaron juntos y recibieron su bendicicón apostólica.