DARME LO INDISPENSABLE
DARME LO INDISPENSABLE
DARME LO INDISPENSABLE
La certeza es la madre de la tranquilidad y el reposo,
y la incertidumbre la causa de la varianza y los argumentos.
—Edward Coke—
El semanario italiano Il Sabato dio la noticia de que Francesca, una guapa joven italiana de 21 años, con un brillante historial académico y unos padres sin necesidades económicas, fue encontrada muerta el 16 de mayo de 1992 en los baños de la Stazione Tiburtina de Roma.
Al lado del cadáver había una carta dirigida a sus padres: «Me habéis dado no solo lo necesario sino también lo superfluo. Pero no habéis sabido darme lo indispensable. Por eso me quito la vida».
¿Por qué están vacíos algunos de nuestros jóvenes si lo tienen todo? La respuesta nos la da la misma Francesca cuando subraya en uno de sus libros del filósofo existencialista Kierkegaard: «Lo indispensable es lo absoluto».
¡Cuántos padres, actualmente, llenan a sus hijos de cosas y se despreocupan de dar recursos interiores, de rearmarlos moralmente para, cuando se presenten las luchas de la vida, tener los resortes vitales para superar con decisión y elegancia el diario combatir!
¡Cuántos padres hoy, como los de Francesca, no saben hacer presente a Dios en la vida de sus hijos! Y la primera condición para que esté presente en la vida de los hijos es que lo esté en la vida de los padres, claro.
El Absoluto, el Indispensable, es Dios. Y absolutizar lo relativo esclaviza, como les dijo Benedicto XVI a los jóvenes en la Jornada Mundial de la Juventud de Colonia (20-8-2005): «La absolutización de lo que no es absoluto, sino relativo, se llama totalitarismo. No libera al hombre, sino que lo priva de su dignidad y lo esclaviza».
Se está creando la sociedad del relativismo, de la permisividad, del no a las prohibiciones, del no a los territorios vedados y a los impedimentos que frenen la realización personal; la única norma de vida es el criterio subjetivo de cada uno. Nada es bueno ni malo: depende.
Y esto nos lleva, según el psiquiatra Enrique Rojas, a una sociedad sustentada sobre una tolerancia absoluta que da casi todo por válido y lícito, con tal de que al planteamiento subjetivo de cada persona le parezca bien. Y afirma Enrique Rojas: «Se ha dicho que la época moderna está marcada por la desustanciación, ya que la mayor parte de lo que hay a nuestro alrededor está rebajado, diluido, cada vez con menos contenidos, y se va impregnando por la lógica del vacío. Así se crean hombres que en vez de ser brújulas, son veletas.
Por contra, santa Teresa escribe: «Nada te turbe, nada te espante, todo se pasa, Dios no se muda; la paciencia todo lo alcanza. Quien a Dios tiene, nada le falta; solo Dios basta». Y si no se tiene a Dios, si falta el Indispensable, falta todo y sobra todo: hasta la vida.