Permanecer en el amor es vivir arraigados en la fe
La aventura que han tenido ayer los jóvenes con el Papa, de un cielo nublado, una fuerte tormenta y lluvia ha sido hasta cierto punto inesperada porque no estaba prevista del todo hasta hoy domingo.
Y es que se trataba de un mensaje urgente, que hasta la misma climatología también quiso adelantar, aunque fuera en metáfora o alegoría.
Esta circunstancia metereológica ha interrumpido unos minutos la homilía que el Santo Padre, pero es que la naturaleza también estaba corroborando las palabras del Papa acerca del amor de Dios, de lo que significa permanecer en Él en medio de contrariedades y sufrimientos para ir a la raíz del gozo y la alegría.
Al mismo tiempo esa aventura compartida les aliviaba de su calor y les ponía en medio la situación de una inclemencia, que siempre es más llevadera cuando se vive en unidad y compañía. ¿Qué mejor compañía la de Cristo, en medio, sacramentado, en su presencia real y verdadera, entre el Papa y los jóvenes?
El amor del Papa y los jóvenes se ha puesto una vez más en evidencia: De los jóvenes por el dulce Cristo en la tierra que se reconocen “la juventud del Papa”, y del Papa por los testigos más nobles de la esperanza que trae Jesucristo para nuestro mundo porque realmente son su alegría.
Alrededor de dos millones de jóvenes han podido acompañar en el aeródromo de Cuatro Vientos al Papa en esta vigilia de oración, adoración eucarística y consagración al Sagrado Corazón de Jesús, en la que el Papa ha reflexionado con ellos sobre el amor de Dios, que “permanecer en su amor significa vivir arraigados en la fe como relación íntima con Cristo”, y “si se permanece en el amor de Cristo, arraigados en la fe, se encuentra, aun en medio de contrariedades y sufrimientos, la raíz del gozo y la alegría.”
Y esto es, de modo sencillo y maravilloso, lo que ha ocurrido. Para que el Papa pudiera animar a cada joven a descubrir su vocación de cada joven (matrimonio, sacerdocio y vida consagrada) y “pedir juntos a Dios descubrirla en la sociedad y en la Iglesia y a perseverar en ella con alegría y fidelidad” habían de compartir juntos la aventura de mojarse, permaneciendo con él como hacen los amigos, en una oración común y recíproca, porque el Papa también les ha dicho que reza por los jóvenes con todo el alma y suplica también que recen también por él.