La juventud exterior, e interior, en dos encuentros con dos obispos (y II)
Aunque, en Toledo, la culminación de “días en las diócesis” fue ayer tarde y noche en la Puerta de Bisagra, en una celebración eucarística muy fresca, emotiva, multitudinaria (20.000 jóvenes y unos 400 sacerdotes) procedente de 30 países, en cuatro idiomas, que acabó con un pequeño espectáculo de música, el domingo 14 tuvimos en la parroquia de san Julián y Colegio Nuestra Señora de los Infantes una Eucaristía, de despedida de "Días en las diócesis", presidida por el obispo auxiliar de la diócesis de San Bernardino (California) y un momento para compartir también mesa, charla y baile. Por la noche del domingo también hubo una velada de animación con música, bailes típicos de algunos países y… hasta magia.
La principal misión, parroquial y diocesana, de estos “Días en las diócesis”, desde el jueves 11 hasta ayer mismo era que los jóvenes acogidos, y todos, vivieran integrados en la parroquia de san Julián acogidos por familias voluntarias, a las que no se les pidió otra cosa que el alojamiento y manutención durante esos días, sin ninguna otra obligación o responsabilidad añadida. Desde diciembre de 2010 se empezaron a reunir diversas comisiones para registrar, preparar y organizar a todas estas familias. Se formaron cuatro comisiones: acogida, liturgia, veladas y logística.
Para recabar información sobre este trabajo de “Días en las diócesis” estuve hablando con D. Pablo, sacerdote responsable en esta parroquia de Toledo de dichos grupos, con D. José Luis de la comisión de acogida, y con D. Álvaro de la de logística.
D. Pablo me dijo que se trataba de una de las parroquias de mayor muestra y capacidad de acogida en Toledo, que realmente había supuesto todo un esfuerzo, a la vez que un gran gozo, poder realizar dicha misión y que probablemente a finales de septiembre se evaluaría dicho trabajo y, sobre todo, se agradecería públicamente dicha hospitalidad y atenciones dispensadas.
D. José Luis me contó que durante este período se había acogido a unos 128 peregrinos en unas 62 familias.
De la diócesis de San Bernardino, en California: su obispo auxiliar, D. Rutilio, dos sacerdotes y unos cincuenta y pico jóvenes.
Del Caribe: El obispo Robert Rivas, de la diócesis de Santa Lucía, en Antillas Menores, junto con un sacerdote, una religiosa y unos 55 jóvenes de Santa Lucía y 8 de Dominica.
La Eucaristía que tuvimos el domingo 14 con éste obispo auxiliar fue muy entrañable. Comenzó diciendo que no sólo la climatología entre California y Toledo en este tiempo del año era lo que nos acercaba, sino una unidad mucho más profunda, la de la misma fe en Jesucristo. Mons. Rivas en un perfecto inglés y español (es leonés) supo presidir de forma muy amena y cordial una celebración totalmente bilingüe. Incluso el Santo fue maravillosamente entonado por los amigos del Caribe (santa Lucía y Dominica) que pusieron una nota de color, ritmo y alegría muy singulares y agradables.
También estaban entre nosotros dos jóvenes de China que por la noche del domingo nos animaron con unos cantos típicos de esas lejanas tierras, pero muy cercanas del corazón de todos en esa velada.
La valoración que hace D. José Luis es que las familias realmente se han volcado. Coincide con D. Pablo en que ha sido trabajoso pero también muy emocionante y gratificante, dice “hemos hecho parroquia” y todas las personas, de la parroquia y del barrio en general, se han sensibilizado mucho con este evento de la JMJ.
También, desde el grupo de logística, nos dice D. Álvaro, que le ha llamado la atención cómo personas que tienes cerca en la Misa dominical, y otros, de todas las semanas te sorprenden muy agradablemente con su generosidad puntual con destino a los jóvenes de la JMJ, desde panes, melones y sandías hasta aparatos de iluminación y sonido.
Un profesor de este colegio Ntra. Sra. de los Infantes, D. Leonardo, también nos señala a algunos antiguos alumnos suyos muy involucrados en el desarrollo y animación de estos días pasados, y acerca de otros, no tan comprometidos le ha resultado curioso comprobar cómo, poco a poco, se han ido aproximando al olor de la juventud, fiesta y ganas de pasárselo bien en compañía de jóvenes de muchas nacionalidades diferentes, pues realmente es muy atractivo aquello que hemos vivido en el colegio, la parroquia y el vecindario en general.
Se descubre una humanidad cambiada, renovada y con capacidad de renovación, cuya causa está en Otro que es el que une. Se ha podido contemplar de primera mano, en la propia familia que acoge, según el testimonio de muchos padres de acogida, de unas referencias y unas mentalidades culturales diferentes pero una unidad en lo esencial, en lo que hace falta para ser feliz plenamente sin dejar de vivir una vida profundamente religiosa. Y esta experiencia, en general, ha sabido a poco. Los mayores echaban ya de menos a últimas horas de la tarde y noche de ayer que todo en breve fuera a acabar. Incluso los más pequeños de la casa echaban sus lágrimas, consolados enseguida de forma agradecida y amable por sus huéspedes.
El domingo y ayer, por tanto, se vivió ya desde la parroquia de san Ildefonso, el colegio Ntra. Sra. de los Infantes y desde la misma Puerta de Bisagra una auténtica mini JMJ llena de fuerza, energía, juventud, unidad, y una alegría auténtica, sana y muy contagiosa. Esta mañana, al dejar a los hijos en la parroquia saliendo ya para ir a comer a sus respectivos lugares de alojamiento en Madrid, y ahora mismo, siguiendo por el canal 13 de televisión, se trata de una ampliación sin límites de la fiesta que ya hemos comenzado a vivir. Se trata de una macrofiesta de la fe, como dijo el Papa, que personalmente, en familia, vamos a vivirla también cuando vayamos a Madrid en varios acontecimientos: el encuentro del Papa con los jóvenes profesores y estudiantes universitarios en El Escorial, las diversas actividades culturales que va a haber y el encuentro de blogueros.
Como le dije a Jack Valero a su llegada a Madrid quiero expresar lo mismo a todos los jóvenes, y amigos de los Medios para cubrir esta JMJ con el Papa, que nos visitan estos días: “¡Bienvenidos! ¡Mucha suerte (con el tiempo atmosférico), alegría, paz y bien!”