Madre Francisca Rubatto

"Sé, querida mía, cuánto se sufre cuando se quiere hacer un bien y sale mal. Creo que el Señor lo permite para que nos abramos a Él. Anímate al pensar que en Su Presencia aparecerá toda la verdad".

 "No te preocupes, Dios muchas veces se vale de los desengaños y contradicciones para atraer a Sí los corazones; por eso, déjalo a Él disponer lo que es para tu mayor bien". 

 "Mírate de frente…no te asustes en las dificultades, pide ayuda y mantente dócil a quienes te puedes guiar. Mira a la Virgen, pídele que te ilumine y ayude".

"Querida mía, la Providencia de tu Dios es como una mamá que alimenta a su hijo; por eso, si tú tomas las cosas que te suceden como venidas de Su mano, no puedes sino estar siempre serena y tranquila".

 "Detrás de una dura prueba, tu Dios te espera con una felicidad mucho mayor". "Para tu Dios ninguna cosa es imposible… Él sabe todas tus necesidades y jamás deja de salirte al encuentro aunque te haga esperar un poco. Por eso, permanece tranquila y confía en Su Voluntad". 

 "Es inútil que te diga cuánto consuelo experimento al oír que en el obrar buscas aquellos valores que permanecen eternamente. No puedes imaginar cuánta es la ansiedad de una madre que tiene hijos lejos… Cuando sabe que son buenos, olvida todas las penas y en nada encuentra consuelo igual".

"El mundo ama y aprecia los honores y las riquezas, y Aquel que de todo es autor, se reserva el olvido y la abyección. Delante de este ejemplo, ¿buscaremos todavía figurar y aparecer algo? ¿No nos convenceremos de que la verdadera grandeza está en la humildad, en la humildad auténtica?

 "¡Queridísima mía! Sí, te lo repito: sé buena y reza mucho. Los ídolos de este mundo no merecen tu corazón".

  "La vida es breve y, si no damos ahora nuestro corazón a Dios, ¿cuándo se lo daremos? Ofréceselo y dile que lo transforme".

"Ama mucho a Jesús, ámalo mucho. Ama a todos tus hermanos con amor limpio sin dejar de lado a ninguno".

"Recuerda siempre que una buena cristiana no ambiciona dominar a los demás, al contrario, procura vivir sirviendo a todos. Jesús dijo: 'Dichosos los humildes porque verán a Dios'. Sé humilde, Jesús te bendecirá y estarás siempre feliz".

 "Recuerda queridísima, que para entrar en el cielo es preciso hacerse pequeño".

 "Frecuenta con amor y dedicación al Colegio; así un día, cuando seas adulta, podrás ver que ni tus profesores ni tú han perdido aquellos años que tu Dios Bueno y tus papás te regalaron para aprender útiles y necesarios conocimientos".

 “¿Sabes que sólo en la oración y en el sacrificio se encuentra la paz y felicidad que tu corazón tanto añora?”

 "Si obras con la mente concentrada en tu Dios y en el trabajo, no te detendrás en tantas pequeñeces; tendrás serena la conciencia y el corazón alegre".

 "Si creemos que la bondad de Dios es capaz de transformarnos, creceremos en el amor y en el cumplimiento de nuestras tareas”.

 "Si haces todo amando, nada te será demasiado pesado. Si con alegría tomas tu cruz, te encontrarás feliz, no sentirás su peso y no la cargarás sobre los otros".

 "Los corazones sólo se unen con el sacrificio y el amor".

 '”¿Sabes?, la alegría más grande es la de ser esposa de Jesús”.

 "Cultiva cuidadosamente tu corazón joven, que, bien formada, serás un día el honor de la Iglesia y de la Patria".

 "Que tu corazón limpio esté siempre en la presencia de tu Dios".

 "Escucha... sé buena… ama mucho, cuanto más bien hagas, más encontrarás para ti".

 "¡Por amor de Dios!, no te olvides de los buenos propósitos que hiciste. Recuerda que, cumpliendo tus deberes de cristiana, llegarás a ser santa. Todo lo demás desaparecerá de tu vista en la hora de la muerte. ¡Anímate!"

 “Que no decaiga tu coraje ni tu Fe. Dios está contigo, confía en su bondad de Padre. El bien es combatido pero no vencido".

 "Tienes que rezar insistentemente, para saber qué es lo que el Señor quiere de ti".

 "Cuéntale a Jesús todas tus necesidades, para que Él provea".

 "No dejes pasar un día sin tener un encuentro fuerte con Dios en la Oración; de Él recibirás el coraje de amar sincera y generosamente, de lo contrario te sofocaría el egoísmo". 

 "Sé enamorada en el servicio de tu Señor, tus oraciones roban sus bendiciones".

"¿Sabes? En compañía de Jesús no se puede sino ser feliz".

 "Sé un testimonio de bien para los otros y Dios te prodigará largamente sus favores". 

"Mi corazón siente que te ama muchísimo. ¡Qué no haría por tu bien, por tu realización!"

 "Quisiera animarte a continuar por el seguro camino del bien, creciendo en la virtud, en la bondad y en el espíritu de trabajo".

 "Estemos unidas en el Corazón de nuestro Dios, que es alegría y esperanza".

 "¡Qué alegría es para mí, el vivo deseo que tienes de servir al Señor!"

 "'¿Qué otra cosa puedo desear sino que seas buena, que no te canses de tender al bien y ames tu deber por amor a Jesús?"

 Oración

Jesús: 
Te pido la gracia de hacer siempre con gusto lo que Tú quieras de mí, que mi corazón limpio esté en tu presencia y así pueda ser espejo del bien. 
Ayúdame a rezar, rezar mucho para que no te ofenda y que piense en Ti aún en medio de mis actividades cotidianas. 
Que tome las cosas que me suceden como venidas de Tu mano, así estaré siempre serena y tranquila, porque Tú sabes lo que me conviene y, tarde o temprano, me saldrás al encuentro. 
Que me deje guiar por Ti y que, mirando Tu ejemplo, no busque figurar y aparecer, sino que me convenza de que mi verdadera grandeza, como cristiana, está en la humildad, en la verda­dera humildad. 
Que no dé marcha atrás, sino que esté dis­puesta a amarte, a obrar y sufrir por Tu Amor. 
Enséñame a amar a mi prójimo, con amor limpio, simple, sin distinciones. Que en el amar­te a Ti y al prójimo, busque mi única alegría. 
Jesús: ayúdame a vivir bien, a vivir con­tenta y cultivar cuidadosamente mi corazón joven, que, bien formado, será un día el honor de la Patria y de la Iglesia.