Dª. Chacón: ¡guerra a las procesiones!
El problema surgirá, me da por maliciar, cuando se empeñen en borrar la cruz bermeja de las ambulancias militares, reconocida por los tratados internacionales, emblema de los organismos y voluntarios de tan benemérita institución asumida mundialmente. ¿Van a sustituir la cruz roja por el triángulo, la escuadra y el compás o la acacia?
Doña Chacón Piqueras, ante la que se cuadran todos los militares españoles, hasta los de más alta graduación, de rancio abolengo catalán como sus propios apellidos acreditan, genio militar cuyos saberes castrenses dejan chico al mismísimo Napoleón, nombrada ministra de Defensa por ZP, pasmo de la política y economía mundiales, como reconocen los líderes planetarios, que le llaman consultándole qué fórmula mágica emplea para arruinar de tal modo a España con tanta celeridad, acaba de tomar –doña Chacón digo- una decisión heroica cual corresponde a su rango ministerial: suprimir la presencia de unidades del gremio en actos religiosos. ¡Fenomenal, tía!, así enseñas valor a tus subordinados, no sea cosa que se les arruguen los bemoles a los militares y las bemolas a las militaras, oyendo alguna plática piadosa del curita o mitrado de turno. Tal vez por eso, la generala en jefe de chaqué torero, ha dispuesto también la supresión de los funerales de Estado en sufragio de los soldaditos caídos en defensa de los supremos valores de la civilización occidental y cristiana que representa la España de la escuadra y el compás.
La próxima ofensiva de nuestra bizarra ministra de Defensa será, imagino yo, la eliminación del patronazgo de vírgenes y santos de las armas y cuerpos castrenses: la Virgen del Carmen de la Marina, la de Loreto de Aviación, San Fernando del Ejército de Tierra y del cuerpo de Ingenieros, la Inmaculada de la fiel infantería, Santa Bárbara de Artillería, Santiago Apóstol de Caballería, el Cristo de la Buena Muerte de la Legión, Santa Teresa de Ávila de Intendencia, Nuestra Señora del Perpetuo Socorro de Sanidad, la Virgen del Pilar de la Guardia Civil, etc., porque a buen seguro que se me escapa más de uno y más de dos. Por ejemplo, no recuerdo el patrón de los maestros herreros, si es que todavía existen. Pero no crea el lector que el borrón y cuenta nueva de los santos patronos militaras se hará por motivos triangulares ¡qué va!, sino, como estamos en tiempos de vacas flacas, tan flacas que ni vacas quedan ya porque nos las hemos comido hasta los cuernos, será por ahorrar el dispendio de la comida extra que se daba a la tropa en tan señalada festividad. Que me acuerdo yo muy bien, que festejábamos la patrona hasta en Regulares.
El problema surgirá, me da por maliciar, cuando se empeñen en borrar la cruz bermeja de las ambulancias militares, reconocida por los tratados internacionales, emblema de los organismos y voluntarios de tan benemérita institución asumida mundialmente. ¿Van a sustituir la cruz roja por el triángulo, la escuadra y el compás o la acacia? Capaces son, porque su laicismo es tan rabioso e ignorante, que no toleran la cruz en ninguna de sus variantes, pese a tratarse del símbolo de la civilización más avanzada, humana y fraterna, auque en su nombre se hayan podido cometer excesos en este o aquel lugar y periodo histórico, de todas las que han existido en el mundo desde los más remotos tiempos. Y si alguien no lo cree, que se atreva a hincarle el diente al monumental Estudio de la Historia del genial historiador inglés, Arnold J. Toynbee. Puede que esta gente ignore que la Cruz Roja la creó el filántropo masón ginebrino, Henri Dunant, que no tuvo empacho en adoptar la cruz para identificar a su humanitaria obra. Por cierto, este año se cumple el centenario de su fallecimiento, ocurrido el 30 de octubre de 1910, y algo habrá que hacer en su memoria, pero con cruz, señores laicistas, con cruz, y a ser posible con solemnidades religiosas dentro del propio Ejército, al que con tanta abnegación y denuedo ha servido desde su fundación.
En fin, que nos ha tocado vivir en una época y un país gobernado por unos sujetos doctrinarios y ruines, que quieren acabar con las tradiciones, la cultura y las raíces de la nación más vieja de Europa, especialistas en destrozar España cada vez que se encaraman al puente de mando de este malhadado país, según explicaré, D.m., a no tardar.
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