Aborto y racismo, dos malvados gemelos
El aborto y el racismo son unos malvados gemelos, nacidos de la misma mentira. Mientras el racismo esconde hoy su cara en público, el aborto está alcanzando las metas que el racismo sólo pudo soñar. Juntos, los abortistas están destruyendo la humanidad y a la comunidad negra en particular.
por Alveda C. King
Permítanme empezar diciendo que dos de los 50 millones de niños eliminados por los abortistas desde 1973 eran míos. Aún puedo verlos en mi mente. Como mujer negra, una vez creí en el doctor que me dijo que mis niños no eran mucho más que «una burbuja de tejidos». Quería creerlo. Finalmente, me di cuenta de que estaba equivocada, que yo era una víctima secundaria del aborto. Me arrepentí y encontré la curación a través de Dios. Hoy en día, trabajo en el movimiento de derechos civiles de nuestro siglo, el derecho de todos de todas las razas a vivir. Te invito a unirte. Deja que te diga por qué. El aborto y el racismo son unos malvados gemelos, nacidos de la misma mentira. Mientras el racismo esconde hoy su cara en público, el aborto está alcanzando las metas que el racismo sólo pudo soñar. Juntos, los abortistas están destruyendo la humanidad y a la comunidad negra en particular. El aborto se ha cobrado un peaje enorme en la comunidad negra, matando más que el sida y la delincuencia juntos. Alrededor de 14 millones de bebés negros han sido abortados desde que en 1973 la decisón de la Corte Suprema en el caso Roe versus Wade legalizara el aborto libre en toda circunstancia en los 50 estados. Esto equivale a una tercera parte del número de negros que viven hoy. Según las estadísticas de la propia industria abortista, las mujeres negras tiene 4,8 probabilidades más de abortar que las mujeres blancas que no son de origen hispano. Los negros comprendemos el 13 por ciento de la población, pero representamos el 37 por ciento de los abortos. Cuando discriminaciones raciales como estas aparecen en el mundo laboral o la educación, son suficientes para concluir que el racismo institucionalizado y la discriminación están presentes en nuestras empresas y colegios. ¿Por qué deberíamos aplicar un rasero diferente a la industria del aborto? Racismo y aborto, gemelos en otros sentidos El racismo nace de la mentira de que algunos seres humanos son algo menos que humanos. Una mentira egocéntrica que corrompe nuestras mentes y que nos lleva a pensar que está bien tratar a los demás como no nos gustaría que nos trataran. Lo mismo sucede con el aborto. El racismo oprime a sus víctimas, pero también atrapa a los opresores, que marchitan sus conciencias con más y más mentiras hasta que se convierten en prisioneros de ellas. No pueden enfrentarse a la verdad de la igualdad humana, porque eso revela el horror de las injusticias que cometen. Mientras sus víctimas mueren fisicamente, los que las cometen mueren espiritualmente. Lo mismo sucede con el aborto. El racismo es una forma de lograr un rédito económico a expensas de otros. La esclavitud y las plantaciones ya pasaron, pero el racismo aún nos permite observar a aquellos que quieren mantenernos en un nivel económico inferior a los demás. Lo mismo sucede con el aborto. La mayoría, tal vez el 75 por ciento de las clínicas abortistas, están en áreas con un gran número de minorías. Los promotores del aborto dirán que es poque quieren ayudar a los pobres. No servís a los pobres en ningún caso cogiendo su dinero y acabando con sus hijos. El movimiento abortista en este país fue empezado por Margaret Sanger, la fundadora de una organización conocida aún hoy como Planned Parenthood. Sanger fue bastante transparente al pedir «más niños de los aptos, menos de los no aptos». Estos no aptos, dejó claro, eran los negros y los blancos pobres. No tuvo reparos en hablar hasta en 12 reuniones del Ku Klux Klan. Como he planteado en la película «Maafa 21» (producida por Life Dynamics Inc.), se dirigía a los negros en sus campañas basadas en la eugenesia. ¿Este pasado abiertamente racista significa que la industria del aborto es racista hoy? Hay que tener en cuenta el escándalo ampliamente difundido de las siete oficinas de Planned Parenthood que estuvieron de acuerdo en aceptar donaciones con la única condición de que se emplearan en exclusiva para abortar niños negros. Las grabaciones de las llamadas de teléfono son escalofriantes. ¿Por qué algunas de las oficinas de la organización estaban dispuestas a coger un dinero basado en la raza? El aborto incide en los negros de forma desproporcionada, pero afecta a todos. Como escribió mi tío, Martin Luther King desde la cárcel de Birmingham: «La injusticia en cualquier parte es una amenaza para la justicia en todas partes». El aborto es un ataque a la familia y a la humanidad que nos une a todos. Mi tío también escribió: «El negro no podrá ganar si consiente en vender el futuro de sus hijos por su comodidad y seguridad personales e inmediatas». Esta palabras siguen siendo verdad. Después de todo, ¿cómo puede el sueño sobrevivir si les dejamos que se lleven a nuestros hijos?
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