[4:46] El sábado 11 de mayo se celebraba una Primera Comunión de sesenta niños en la iglesia de Santa María Magdalena de Abbeville, una ciudad de trece mil habitantes en el estado norteamericano de Luisiana.
Cuando estaba teniendo lugar la ceremonia -según explica la propia parroquia- un joven armado entró en el atrio, donde una parroquiana le paró, diciéndole que no podía entrar. Alertado, un parroquiano le sacó, le redujo y le desarmó.
Avisada la policía, el joven dijo que había acudido al templo porque le habían dicho que un perturbado quería matar al sacerdote. Por ese motivo entraron agentes policiales y se interrumpió la misa. Las imágenes muestran el momento (minuto 0:24) en el que el oficiante es avisado de lo que está pasando, tras lo cual pide a todos los presentes que se sienten y empieza a rezar el Ave María. Tras algunos momentos de confusión, entran varios policías (minuto 1:50), uno de los cuales sale después por detrás del altar con un fusil de asalto (minuto 3:05). En el minuto 4:01 otro agente con una pistola en el cinturón se dirige a la sacristía.
Poco después se anuncia a todos que el joven armado está detenido y bajo control y que abandonen el lugar con calma.
Una vez registrado todo incluso con perros y comprobado que el entorno era seguro, finalizó la misa. En su comunicado, el párroco muestra "su reconocimiento y gratitud a todos los que se pusieron en riesgo para responder rápidamente y garantizar la seguridad". La policía sigue investigando para esclarecer las motivaciones del joven.