Garoña, víctima del sectarismo

ZP ha decidido, contra la opinión de todos, absolutamente todos los expertos en la materia, cerrar la central nuclear de Santa María de Garoña en 2013, en el supuesto que en esa fecha siga en el poder, que Dios no permita, porque está actuando como un enemigo público de los españoles. Según afirman machaconamente los que entienden de estas cosas, la energía nuclear es una de las más eficientes y baratas de todas las conocidas –muchísimo más que las alternativas-, excepto, tal vez, la hidroeléctrica. Pero a ZP el precio de la luz (aunque se ponga por las nubes y dañe gravemente la competitividad de la industria nacional y el bolsillo de los batuecos), los puestos de trabajo altamente cualificados que destruye con esta decisión, la riqueza de toda una comarca y el bien de los españoles, le tienen sin cuidado. Él no está para beneficiar a este país, sino para imponer sus ideas sectarias a cuantos tenemos la desgracia de vivir bajo su dictado. Y a los ecologetas sandía aún les parece poco. Bueno, yo entiendo a la tropa verdi-roja, porque lo suyo es, con la excusa de proteger al escarabajo pelotero, pongo por caso, atacar al hombre. Partidarios del aborto libre y de todo cuanto suponga impedir el progreso humano, por ellos volveríamos –los demás- a la bujía de sebo y a la esparteña. Alguien de los mandamases ha dicho que se compensará el cierre de Santa María de Garoña con la construcción de un parador de turismo, ¿para dar trabajo a los cesantes de la central? Genial idea, será cosa de ver a los físicos nucleares, ingenieros, informáticos, peritos de diverso grado y demás personal altamente cualificado convertidos en meseros o camareros ocupados en cambiar sábanas y fregar baños y suelos del establecimiento turístico. Excelente alternativa a tantos años de estudio y a una especialidad de tan alto nivel. Al melón que se le ocurrió semejante chorrada tendrían que proponerle para el premio Nobel de la estupidez, y si no existe, crearlo ex novo en La Moncloa, esa fábrica de disparates al por mayor. Nunca España tuvo un Gobierno tan mediocre y sectario, encabezado por un presidente que supera a todos sus ministros en sectarismo y los iguala, como poco, en incompetencia. De no ser así, no tendría explicación que gobernara tan en contra de los intereses de la gran mayoría de los ciudadanos, a menos que lleguemos a creer que ZP lleva el demonio en el cuerpo. Es que resulta muy difícil hacer las cosas peor. Empeñado en negar la crisis económica porque tenía elecciones a la vuelta de la esquina, ha conseguido con creces la mayor tasa de destrucción de empleo de Europa, superior a la de Italia y Francia juntas. Impuso el canon digital, para favorecer a los cuatro pícaros de la ceja, a los que también llena la faltriquera subvencionando con dinero que sustrae a los contribuyentes un cine basura que no ven ni los que lo hacen. Promovió el «matrimonio» gay contra natura y contra la higiene social, para socavar el matrimonio verdadero y contentar a esa minoría exigua, aunque ruidosa, que nunca podrán ser matrimonio, por mucho que lo afirme la ley sectaria de ZP, porque jamás habrá en ese engendro hombre y mujer. Estableció el divorcio exprés para facilitar las rupturas matrimoniales, con grave daño a los hijos y a la estabilidad social. Apoya hasta niveles de pavor la cultura de la muerte, facilitando el genocidio del aborto y, a continuación, como no tardaremos en ver, la eutanasia activísima. Estimula la ruptura de la nación fomentando estatutos autonómicos que en la práctica equivalen a situaciones de separación. Prefiere, en un gesto sublime de solidaridad, que el agua que Dios nos da se pierda en el mar antes que repartirla equitativamente entre las regiones que la necesitan. Engorda a los chupones sindicaleros que no cumplen otra función que atacar a sus enemigos políticos. Impone a la trágala la nefasta asignatura de EpC. Está arruinando la enseñanza pública, en la que sólo van quedando moritos, ahijados de Pizarro y algún indígena de padres «vivalavirgen». Se ha puesto afanosamente a la lucrativa tarea estatal de sacarnos hasta los higadillos con más impuestos. ¿Para qué seguir? ¿Este hombre ha pensado alguna vez en el bien de los españoles? ¿Ha tomado alguna medida que beneficie a la sociedad en general o sólo a minorías muy minis, como tirititeros y fabricantes de molinillos y solarios desertizadores, que se están poniendo literalmente las botas? ¿En qué aguas extrañas bebe ZP para comportarse de manera tan nociva con sus propio ciudadanos? ¿Qué círculos frecuenta quizás allende las fronteras? Porque esos círculos existen –que se lo pregunten si no a Bill Gates, visitante de la Moncla- aunque no sepamos bien donde están y quienes los frecuentan. Ni mucho menos qué se cocina en sus marmitas. Pero como dice el Evangelio, «por sus frutos los conoceréis». En todo caso, el principal problema de ZP, no es que sea mal gobernante, que lo es por incompetente, sino que sea un gobernante malo, dañino, que nos está llevando a la ruina moral y material.