«Alex Rider», teleserie de espías para padres y adolescentes

Estimado lector, si, como yo, eres un padre de familia con hijos adolescentes y no te atreves a poner ninguna serie harto de escenas de sexo o de propaganda LGTB y sermones de género, entonces agradecerás mi recomendación: los 8 capítulos de la teleserie Alex Rider.

Este es el titular, ¡paren máquinas!: una serie de acción protagonizada por un joven espía adolescente, sin escenas de sexo ni amigos intersexuales, multisexuales ni plurisexuales. Simplemente, una serie de acción y espías. 

Después de ver los 8 capítulos (en España los trae Movistar Series), podemos hablar también de la violencia. Hay agentes de una entidad secreta, y de una o más organizaciones siniestras. Los malos matan a personas, de un disparo, con veneno o a pedradas, pero no se ve casi sangre ni hay ensañamiento. Hay escenas de tortura, pero principalmente psicológica, nada que no pueda ver un adolescente. 

La serie se basa en las novelas de Alex Rider de Anthony Horowitz, poco conocidas en España. En 2007 ya se lanzó una película sobre este personaje titulada Stormbreaker, aunque sin relación con la serie actual. Parece que las novelas están más orientadas a público joven, pero la teleserie no tiene nada que la haga pesada o cansina para el espectador adulto. Es emocionante e intrigante. Quien llegue al capítulo 3º quedará enganchado.

Mi tío aburrido resultó ser un espía

Alex va a un instituto, tiene un amigo cinéfilo, intenta acercarse a una chica que le gusta... lo normal. Pero cuando su tío, aburrido banquero, muere en un accidente de coche, sospecha que algo no concuerda. Pronto descubre que su tío trabajaba para una agencia secreta del Gobierno.

En la agencia no saben bien quién mató al tío Ian, pero piden a Alex -que parece tener mil dotes naturales para el espionaje activo- que les ayude. Necesitan infiltrarlo en una extraña academia de élite que promete doblegar a adolescentes ricos y rebeldes, aislada en los Alpes franceses. Allí descubrirá que pasan cosas muy difíciles de explicar. (Recuerda un poco a la también disfuncional academia de la película de Los Nuevos Mutantes).

La tecnología que se muestra en esta serie -hologramas, cirugía plástica- es ultramoderna y poco realista, aunque sin llegar a ser directamente fantástica. No hay gadgets ni cacharritos especiales como los de James Bond... el único tecnotrasto que le prestan a Alex luego no funcionará.

El protagonista cae bien a los espectadores jóvenes y adultos, y su simpático compañero cómico no se hace pesado. El ritmo y la acción son un poco lentos en los dos primeros capítulos pero luego adquieren velocidad de crucero y más interés.

La ausencia de padre y dónde poner los límites

Uno de los temas de fondo es la ausencia de padre. Alex es huérfano y pierde a su tío nada más empezar la historia. En la academia encuentra chicos ricos con relación mala e inexistente con los padres. Hay un jefe maligno que hace las veces de padre-líder, citando a un famoso líder fascista, otra figura paterna corrupta. Su liderazgo es del tipo que formatea a los maleables (literalmente).

Otro tema importante son los límites que la agencia "buena" está dispuesta a violar, que son bastantes, pero con mala conciencia, eso sí. No se quedan tranquilos con sus decisiones.

¿Hasta que punto nuestra guerra debe implicar a los adolescentes? Una pregunta que los padres cristianos también nos podemos hacer. La respuesta de la serie es que el mal está ahí fuera ya actuando, y que quien pueda -a cualquier edad- debe intentar frenarlo. Todos los padres desearíamos poder antes preparar y entrenar mejor a nuestros hijos. 

Queda aquí la propuesta, para ayudar a las familias que quieren ver acción y aventuras modernas, e incluso héroes juveniles atractivos, con cierta tranquilidad.