Jueves, 21 de noviembre de 2024

Religión en Libertad

«Los Nuevos Mutantes» no es para niños cristianos


por Pablo J. Ginés

Opinión

«Los Nuevos Mutantes» puede ser entretenida como película de terror y adolescentes, especialmente para los fans nostálgicos de estos cómics de los años 80 (como quien esto escribe) pero no es una película en absoluto adecuada para menores de 16 años, especialmente católicos.

Tiene cargas anticatólicas innecesarias, que no estaban en los cómics, y una relación lésbica adolescente que tampoco estaba en los cómics. Facilona, totalmente innecesaria, ñoña y con tufillo a tributo para la GLAAD (la insaciable inquisición gay de series y películas), esta relación entorpece la conexión amistosa de los personajes entre ellos, y con el espectador.

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Nada de llevar a chavalines a ver la película; comprar alguna
reedición de los cómics de los 80 sí puede estar bien

Quien ha leído los tebeos de la serie (especialmente los primeros, de 1982 hasta la llegada de Bill Sienkiewicz, que se presentó con su memorable oso demonio) y ha visto el trailer, espera una historia de chicos mutantes que se reúnen en una escuela especial, se conocen, apenas controlan sus poderes, y se ven acosados por una especie de pesadilla viviente (la del cómic, pero también un homenaje cinematográfico a la saga ochentera de Fredy Kruger y Elm Street, con pesadillas que cobran vida).

Como película de terror y adolescentes que huyen, no funciona mal, y logra crear ambiente y claustrofobia. Hay algo raro, pensamos, en esa extraña academia, que nos hacen pensar que tiene que ver con los X-Men y con el profesor Xavier, pero que gotea decadencia y fealdad por doquier. Habrá un giro que nos sorprenderá (más o menos).

En el tramo final, el combate con superpoderes, pasando ya del terror al género de superhéroes, tiene momentos muy logrados.

Los nostálgicos, si vamos con actitud positiva, podemos disfrutar bastante: Illyana tiene sus dos poderes de los cómics (es decir, la teleportación y su espada mágica y medio armadura), habla de que es "mágica", muestra el Limbo y lleva a Lockheed, el pequeño dragón, al principio como un peluche, pero luego...

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La anglo-argentina Anya Taylor-Joy (y su personaje, y hasta su peluche) son lo mejor del filme 

Loba Venenosa, Bala de Cañón, Mancha Solar y la india Danielle Moonstar (Espejismo) tienen poderes casi idénticos a los del cómic. Todo bastante fiel, y eso se agradece.

Pero el diseñador de los personajes, Bob MacLeod, se ha quejado de que les han cambiado el aspecto. El brasileño Mancha Solar en el cómic era bajito y más negro. Los responsables del filme han preferido un actor alto, fuerte y casi blanco, para indicar que es hijo de ricos. Ahora les acusan de quitar "negritud" a los personajes.

MacLeod se queja también de que esta Danielle no lleve sus coletas indias y que Raihne (Loba Venenosa) no lleve su pelopincho corto. Illyana sí lleva su peinado rubio característico. Nunca se dice que es rusa.

En el cómic, Raihne es una niña escocesa, al parecer de las Islas Hébridas, criada en una aislada comunidad fundamentalista protestante (serían presbiterianos calvinistas extremos). Al convertirse en loba por sus poderes mutantes, los ignorantes aldeanos la intentan linchar por bruja. Es huérfana, y el pastor reverendo que la ha cuidado la ha marcado con un puritanismo exagerado.

Pero en la película no se dice nada de que sea escocesa ni protestante. Al contrario, reza avemarías, y cuando está nerviosa se mete en el confesionario de la capilla de la escuela (en la que no hay cura) y se confiesa en voz alta pero sin confesor de que se ha masturbado dos veces y que se escapa por los conductos de ventilación. Pero no le molesta bañarse desnuda sin mampara junto a las otras chicas (la del cómic no lo habría soportado). Luego besará a Danielle y acabarán tomaditas de la mano. 

Su pesadilla es ¡un cardenal católico completamente revestido! (no bastaba un simple cura, ya no digamos el pastor escocés del cómic) que con una barra de hierro candente quiere marcarla como bruja. Es contrario al cómic, a toda lógica y hasta a la ambientación del filme. Parece simple anticatolicismo.

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La película fue rodada hace tres años y ha estado atascada sin distribuir por varias causas (la compra de Fox por Disney, desacuerdos, coronavirus). Lo curioso es que no haya incluido una trama de sacerdotes pederastas dadas las investigaciones que llenaban los periódicos estos años y más teniendo en cuenta que los cómics en su primera etapa en los 80 ya sugerían, con cuidado y respeto, una historia traumática de violación (a Karma, joven refugiada vietnamita, por piratas asiáticos) y un número entero sobre maltrato físico a menores (pero en el hogar, no por clérigos). Aún habrá que dar gracias por el cardenal cazabrujas.

La película ha sido dirigida y guionizada por Josh Boone, con Knate Gwaltney como co-guionista. Boone ha declarado que, con tantos retrasos, ha tenido tiempo y ha podido hacer el montaje que ha querido y sacar exactamente la película que quería. No lo decimos a su favor.

Muchos fans gozarán con Maisie Williams (la niña y asesina Arya de Juego de Tronos) como Loba Venenosa. Charlie Heaton como Bola de Cañón y Henry Zaga como Mancha Solar lo hacen bien, pero en realidad su papel es bastante irrelevante en la historia. Blu Hunt va de dulce e inerme como la india Danielle, que en el cómic desde el inicio era peleona y combativa.

En realidad, la película la roba la anglo-argentina Anya Taylor-Joy, verdadera estrella del grupo y del filme, con su dragón de peluche, sus medias rotas y su melena de flequillo recto.

Lo dicho: los nostálgicos podemos disfrutarla si vamos con esa actitud, pero sabiendo que nos cuelan un tributo de ideología gay y anticatólica que no estaba en los cómics. Nada de acercarla a menores de 16 años.

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