Noticias que me hacen bien
Existen informaciones "buenas" que tienen gancho noticioso y atractivo informativo. En este periódico digital se publican con frecuencia, casi a diario, "noticias" buenas muy interesantes.
Con frecuencia nos quejamos de los medios informativos, esos que los redichos llaman “mas media” o simplemente los “media”, porque no traen más que malas noticias. En cierto sentido, quienes se lamentan o nos lamentamos, tienen o tenemos razón. Hay días, muchos días, que los informativos de cualquier medio se parecen más al famoso semanario de sucesos El Caso, que editó Eugenio Suárez hasta su cierre en 1987.
Sin embargo, hay que tener en cuenta ciertos aspectos de las tareas informativas que explican el fenómeno. En primer término debe considerarse la naturaleza de “la” noticia, lo que es noticia, y noticia es todo lo nuevo, el suceso o acontecimiento que se sale de lo normal o habitual. Si el cajero de un banco custodia fielmente los caudales que le son confiados, no es noticia. Es lo normal, es su trabajo y obligación. Es lo que hacen a diario miles y miles de cajeros de los bancos de todo el mundo. Pero si uno de ellos quiebra la norma y sustrae el dinero que pasa por sus manos, el hecho, cuando es descubierto, puede convertirse en un “notición”, incluso de alcance mundial. Recordemos el famoso caso de “El Dioni”.
Se ha intentado, en más de una ocasión, lanzar periódicos sólo con “noticias buenas”, noticias que reflejen exclusivamente la bondad de las gentes, únicamente la cara amable y bondadosa de las personas, y siempre han fracasado. Fracasan, sencillamente, porque no son reales, porque no responden a la realidad social, porque no reúnen las exigencias de la noticia, porque en el fondo, no es ninguna novedad que la gente sea buena, defectuosamente buena, pero en términos generales, más buena que mala.
A pesar de lo dicho, existen informaciones “buenas” que tienen gancho noticioso y atractivo informativo. En este periódico digital se publican con frecuencia, casi a diario, “noticias” buenas muy interesantes, que a mí, al menos, me hacen bien en el plano espiritual y refuerzan mi sentido cristiano. Se trata, normalmente, de aquellas noticias de persona que se toparon de nuevo con Dios, a veces por vericuetos realmente insospechados, dejando atrás su vida anterior. Una vida descompuesta, desdichada, frustrada, en la que pretendían encontrar la felicidad donde no existe, y al cabo de un experimento decepcionante y trasgresor, sólo hallaron el vacío, la mala conciencia y, en particular, la ausencia de Dios, el horrible drama el hombre.
Y por qué estas noticias, siendo “buenas”, tienen interés para los lectores. En primer término porque son hechos novedosos, la primera condición de todo acontecimiento para merecer la categoría de noticia, punto de partida de cualquier relato informativo; en segundo lugar porque son hechos reales, y en lo que tienen de superación del mal en la vida de los protagonistas, son un ejemplo para los demás. Bien mirado, todos estamos expuestos a caer en la iniquidad, pero según estos modelos, Dios puede ser nuestro gran aliado para superar las dificultados, problema y tentaciones de cada cual.
Son, pues, noticias “buenas” que nos traen esperanza y eco de humanidad redimida. A mí, todo ello, me reconforta y eleva mi tono espiritual, que bien necesitado estoy de ello desde que la que fue mi vida me dejó totalmente sólo en este mundo hosco y siempre áspero y engañoso.
Sin embargo, hay que tener en cuenta ciertos aspectos de las tareas informativas que explican el fenómeno. En primer término debe considerarse la naturaleza de “la” noticia, lo que es noticia, y noticia es todo lo nuevo, el suceso o acontecimiento que se sale de lo normal o habitual. Si el cajero de un banco custodia fielmente los caudales que le son confiados, no es noticia. Es lo normal, es su trabajo y obligación. Es lo que hacen a diario miles y miles de cajeros de los bancos de todo el mundo. Pero si uno de ellos quiebra la norma y sustrae el dinero que pasa por sus manos, el hecho, cuando es descubierto, puede convertirse en un “notición”, incluso de alcance mundial. Recordemos el famoso caso de “El Dioni”.
Se ha intentado, en más de una ocasión, lanzar periódicos sólo con “noticias buenas”, noticias que reflejen exclusivamente la bondad de las gentes, únicamente la cara amable y bondadosa de las personas, y siempre han fracasado. Fracasan, sencillamente, porque no son reales, porque no responden a la realidad social, porque no reúnen las exigencias de la noticia, porque en el fondo, no es ninguna novedad que la gente sea buena, defectuosamente buena, pero en términos generales, más buena que mala.
A pesar de lo dicho, existen informaciones “buenas” que tienen gancho noticioso y atractivo informativo. En este periódico digital se publican con frecuencia, casi a diario, “noticias” buenas muy interesantes, que a mí, al menos, me hacen bien en el plano espiritual y refuerzan mi sentido cristiano. Se trata, normalmente, de aquellas noticias de persona que se toparon de nuevo con Dios, a veces por vericuetos realmente insospechados, dejando atrás su vida anterior. Una vida descompuesta, desdichada, frustrada, en la que pretendían encontrar la felicidad donde no existe, y al cabo de un experimento decepcionante y trasgresor, sólo hallaron el vacío, la mala conciencia y, en particular, la ausencia de Dios, el horrible drama el hombre.
Y por qué estas noticias, siendo “buenas”, tienen interés para los lectores. En primer término porque son hechos novedosos, la primera condición de todo acontecimiento para merecer la categoría de noticia, punto de partida de cualquier relato informativo; en segundo lugar porque son hechos reales, y en lo que tienen de superación del mal en la vida de los protagonistas, son un ejemplo para los demás. Bien mirado, todos estamos expuestos a caer en la iniquidad, pero según estos modelos, Dios puede ser nuestro gran aliado para superar las dificultados, problema y tentaciones de cada cual.
Son, pues, noticias “buenas” que nos traen esperanza y eco de humanidad redimida. A mí, todo ello, me reconforta y eleva mi tono espiritual, que bien necesitado estoy de ello desde que la que fue mi vida me dejó totalmente sólo en este mundo hosco y siempre áspero y engañoso.
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