La clave de «Encontrarás dragones»
Ha tenido que venir un agnóstico inglés para reconocer esa cristofobia asesina que inundó a la II República. Si los republicanos hubieran dejado en paz a los españoles de fe, Franco no hubiera ganado la guerra.
por Eulogio López
Me siguen llegando reacciones a la información publicada el pasado domingo por Hispanidad sobre la película de Roland Joffé, Encontrarás Dragones. El productor, Ignacio Gómez-Sancha, miembro del Opus Dei, ha publicado un libro titulado 100 preguntas sobre Encontrarás Dragones que merece la pena leer y que me ha confirmado en mi primera impresión sobre el film.
Por lo general las críticas a la historia se centran en dos cuestiones:
1. Los republicanos salen muy bien parados en la guerra civil.
Sí pero no. Salen bien paradas las famosas Brigadas Internacionales, esas en las que participó George Orwell, quien enseguida sacó en conclusión de que no había manera de ganar la guerra. ¿Por qué? En cuanto un oficial daba una instrucción el miliciano de turno le respondía: «Fascista, ¿quién eres tú para darme órdenes?».
E insisto: ha tenido que venir un agnóstico inglés para reconocer esa cristofobia asesina que inundó a la II República. Si los republicanos hubieran dejado en paz a los españoles de fe, Franco no hubiera ganado la guerra. Además, esa feroz persecución fue la que legitimó el Alzamiento.
En cualquier caso, los católicos de hoy deberíamos ver la parte de verdad -seguro que alguna había- en los republicanos.
2. No resume la espiritualidad de Escrivá de Balaguer.
Sí, tienen razón, pero ojo, no vaya a ser que un agnóstico haya profundizado incluso más que algunos discípulos de San José María. Recuerdo una anécdota, un sacerdote del Opus Dei la Obra estaba predicando un retiro a un grupo de miembros de la Pelatura, entre los que se encontraba su fundador. Insiste el presbítero en que la esencia de la Obra es la humildad. Escrivá le corrige: «No hijo mío, nuestra esencia es la infancia espiritual» (otros prefeiren hablar de filiación divina, pero a lo mejor estamos diciendo lo mismo).
El personaje de Escrivá, Charlie Cox, sí habla de esta misma ascética, que consiste en la confianza en el don de la misericordia, en el abandono en la manos de Dios, con la confianza ciega del chaval en su padre... a pesar de los horrores de la Guerra Civil española. La cinta habla de un sacerdote que, a pesar de los pesares, concluye que Dios sabe más.
Sí, creo que la película da con la esencia de la espiritualidad de Balaguer aunque se queden fuera muchos asuntos, quizás demasiados. Pero el balance, sinceramente, es positivo.
Por lo general las críticas a la historia se centran en dos cuestiones:
1. Los republicanos salen muy bien parados en la guerra civil.
Sí pero no. Salen bien paradas las famosas Brigadas Internacionales, esas en las que participó George Orwell, quien enseguida sacó en conclusión de que no había manera de ganar la guerra. ¿Por qué? En cuanto un oficial daba una instrucción el miliciano de turno le respondía: «Fascista, ¿quién eres tú para darme órdenes?».
E insisto: ha tenido que venir un agnóstico inglés para reconocer esa cristofobia asesina que inundó a la II República. Si los republicanos hubieran dejado en paz a los españoles de fe, Franco no hubiera ganado la guerra. Además, esa feroz persecución fue la que legitimó el Alzamiento.
En cualquier caso, los católicos de hoy deberíamos ver la parte de verdad -seguro que alguna había- en los republicanos.
2. No resume la espiritualidad de Escrivá de Balaguer.
Sí, tienen razón, pero ojo, no vaya a ser que un agnóstico haya profundizado incluso más que algunos discípulos de San José María. Recuerdo una anécdota, un sacerdote del Opus Dei la Obra estaba predicando un retiro a un grupo de miembros de la Pelatura, entre los que se encontraba su fundador. Insiste el presbítero en que la esencia de la Obra es la humildad. Escrivá le corrige: «No hijo mío, nuestra esencia es la infancia espiritual» (otros prefeiren hablar de filiación divina, pero a lo mejor estamos diciendo lo mismo).
El personaje de Escrivá, Charlie Cox, sí habla de esta misma ascética, que consiste en la confianza en el don de la misericordia, en el abandono en la manos de Dios, con la confianza ciega del chaval en su padre... a pesar de los horrores de la Guerra Civil española. La cinta habla de un sacerdote que, a pesar de los pesares, concluye que Dios sabe más.
Sí, creo que la película da con la esencia de la espiritualidad de Balaguer aunque se queden fuera muchos asuntos, quizás demasiados. Pero el balance, sinceramente, es positivo.
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