Los planes diocesanos de evangelización en marcha
Personalmente tengo una especial predilección por el impulso apostólico de las parroquias, porque todo lo que soy en la faceta religiosa, y por extensión en el aspecto cívico, se lo debo enteramente a la Acción Católica.
La archidiócesis de Madrid ha puesto en marcha esta semana pasada el Plan Diocesano de Evangelización 2015-2018, un plan de tres años de duración que concluirá en julio de 2018. Imagino que en la generalidad de las diócesis españolas se seguirá un calendario parecido, de modo que también empezará ahora el respectivo plan de evangelización que aprobó en su día la Conferencia Episcopal.
El plan tiene por objeto, según la presentación del mismo que ha hecho el arzobispo madrileño, D. Carlos Osoro, la “renovación que el Señor quiere para cada uno de nosotros y también para toda su Iglesia”, provocando “la conversión personal y la de las estructuras (eclesiales)”. O dicho de un modo, “ser evangelizados para evangelizar”, bajo el lema de Entre todos, con todos, para todos.
A los que nos hemos inscrito para participar en sus actividades, se nos ha facilitado un cuaderno o guía de los trabajos a desarrollar muy bien presentado, confeccionado y editado por PPC, es decir, por los marianistas, expertos en estos menesteres.
Para mi gusto personal -mejor dicho, para mi manera de ver las cosas-, tiene el acierto de confiar en las parroquias, aunque haya párrocos y párrocos, ya se entiende, a los que servirá de acicate, o debería servir, para reavivar la pastoral “expansiva” de muchas de ellas, adormecidas mientras envejecen sus parroquianos.
Personalmente tengo una especial predilección por el impulso apostólico de las parroquias, porque todo lo que soy en la faceta religiosa, y por extensión en el aspecto cívico, se lo debo enteramente a la Acción Católica. Concretamente a los centros parroquiales de los Jóvenes de Acción Católica en los que estuve siempre integrado allí por donde pasé. Bueno, algo también a mis padres, en particular a mi padre, el ciudadano perfecto. Liberal, partidario del último Lerroux, muy amigo de carlistas y, sobre todo, sumamente respetuoso con la Iglesia, de cuya cofradía de San Antón fue siempre cofrade y devoto. Eso dicho, no significa que el presente plan prescinda de todos los demás focos de apostolado (asociaciones, congregaciones, etc.), sea el que sea su carisma o modalidad, al contrario, pretende incorporarlos a todos para hacer realidad su lema: Entre todos, con todos, para todos.
La actividad se llevará a cabo en “grupos comunitarios de trabajo”, cuyo número de participantes por grupo se recomienda que no sea menor de nueve ni mayor de quince, dirigidos por un coordinador asistido por un secretario, a elegir o designar ambos por los integrantes del propio grupo. Este primer año del plan (2015-2016) se dedicará a “la conversión pastoral para una transformación misionera de la Iglesia”.
A mi la letra del plan me suena bien. Vamos a ver qué tal suena la música. Confío que bien también, para que nos ayude a darle un buen meneo a nuestra Iglesia, para ponerla de nuevo en órbita. De lo contrario terminaremos como los primitivos cristianos, devorados por los leones del indiferentismo, el sectarismo masónico y la rabia hostil de los neo-colorados.
El plan tiene por objeto, según la presentación del mismo que ha hecho el arzobispo madrileño, D. Carlos Osoro, la “renovación que el Señor quiere para cada uno de nosotros y también para toda su Iglesia”, provocando “la conversión personal y la de las estructuras (eclesiales)”. O dicho de un modo, “ser evangelizados para evangelizar”, bajo el lema de Entre todos, con todos, para todos.
A los que nos hemos inscrito para participar en sus actividades, se nos ha facilitado un cuaderno o guía de los trabajos a desarrollar muy bien presentado, confeccionado y editado por PPC, es decir, por los marianistas, expertos en estos menesteres.
Para mi gusto personal -mejor dicho, para mi manera de ver las cosas-, tiene el acierto de confiar en las parroquias, aunque haya párrocos y párrocos, ya se entiende, a los que servirá de acicate, o debería servir, para reavivar la pastoral “expansiva” de muchas de ellas, adormecidas mientras envejecen sus parroquianos.
Personalmente tengo una especial predilección por el impulso apostólico de las parroquias, porque todo lo que soy en la faceta religiosa, y por extensión en el aspecto cívico, se lo debo enteramente a la Acción Católica. Concretamente a los centros parroquiales de los Jóvenes de Acción Católica en los que estuve siempre integrado allí por donde pasé. Bueno, algo también a mis padres, en particular a mi padre, el ciudadano perfecto. Liberal, partidario del último Lerroux, muy amigo de carlistas y, sobre todo, sumamente respetuoso con la Iglesia, de cuya cofradía de San Antón fue siempre cofrade y devoto. Eso dicho, no significa que el presente plan prescinda de todos los demás focos de apostolado (asociaciones, congregaciones, etc.), sea el que sea su carisma o modalidad, al contrario, pretende incorporarlos a todos para hacer realidad su lema: Entre todos, con todos, para todos.
La actividad se llevará a cabo en “grupos comunitarios de trabajo”, cuyo número de participantes por grupo se recomienda que no sea menor de nueve ni mayor de quince, dirigidos por un coordinador asistido por un secretario, a elegir o designar ambos por los integrantes del propio grupo. Este primer año del plan (2015-2016) se dedicará a “la conversión pastoral para una transformación misionera de la Iglesia”.
A mi la letra del plan me suena bien. Vamos a ver qué tal suena la música. Confío que bien también, para que nos ayude a darle un buen meneo a nuestra Iglesia, para ponerla de nuevo en órbita. De lo contrario terminaremos como los primitivos cristianos, devorados por los leones del indiferentismo, el sectarismo masónico y la rabia hostil de los neo-colorados.
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