De una crisis que al menos dejará algo bueno: que se vaya ZP
por Luis Antequera
Ayer nos hemos quedado como la selección tantas veces, a punto de pasar a la semifinal. A un solo voto de que los más horrorosos seis años de la democracia hubieran conocido su final, cosa que habría ocurrido si un solo diputado, sólo uno, se hubiera equivocado, queriendo o sin querer, a la hora de emitir su voto en el Congreso y hubiera votado no al decretazo donde votó sí. Lamentablemente no pudo ser y el más nefasto gobierno de la democracia todavía durará unos meses más, previsiblemente no muchos.
Lo que no deja de ser curioso porque de haber perdido ayer la votación el Gobierno, no habría sido la primera vez que algo así ocurre en el mundo ni en España, y ni siquiera al Sr. Zapatero, que lleva ya unas cuantas derrotas parlamentarias en su haber. Pero los españoles, puede que de manera incluso inconsciente, hemos interiorizado bien que el que aparenta ser el Gobierno de la nación no es otra cosa que un Gobierno títere, tutelado por el FMI, la OCDE, la UE y muy particularmente por la Sra. Merkel y el Sr. Obama, todos los cuales no habrían aceptado ayer un no por respuesta.
Cualquier sistema me parecerá bueno si de lo que se trata es de que el Sr. Zapatero abandone la Moncloa a la mayor brevedad, como si se trata del que a punto ha estado de ocurrir, a saber, que hubiera sido echado por la mujer a quien él calificó una vez de fracasada. Pero hay una cosa que lamento profundamente: que el Sr. Zapatero se tenga que ir por culpa de la crisis económica. Y mi pregunta es: ¿y si no hubiera habido crisis económica?
El Sr. Zapatero, antes de serlo por la nefasta gestión que ha hecho de la crisis, ha sido culpable de pecados mucho más graves: empezando por el de cuestionar la naturaleza del país sobre el que gobernaba y no haber tomado la medida que ha de tomar quien realiza una afirmación tan grave, la de dimitir aunque sólo sea por quedar su puesto vacío de contenido. Siguiendo por haber intentado reírse de todo el mundo esperando, y constatando durante mucho tiempo, que sus afrentas no recibían la retribución que merecían. Siguiendo por haber convertido la mentira en un arma política, algo en lo que por cierto, no tiene otro maestro que Lenin, el de la mentira como arma revolucionaria. ¿Se acuerdan Vds. del triple salto mortal ejecutado con la inestimable colaboración del Sr. López, cuando éste afirmó que Zapatero había sido muy honesto al reconocer que nos mentía a los españoles? Siguiendo por haber exaltado la mediocridad presente en todos sus actos y en todos sus nombramientos, a instrumento de excelencia. Continuando por haber hecho cuanto ha estado en sus manos por dividir a los españoles, a catalanes contra castellanos, a hombres contra mujeres, a hijos contra padres, a empresarios contra trabajadores, a derechas contra izquierdas, a creyentes contra ateos... Y terminando, así a bote pronto que se me ocurra ahora, por haber intentado un pecado tan ominoso como el de humillar a las víctimas para exaltar a sus asesinos.
Hace mucho que el Sr. Zapatero debió irse. Al final se va a ir porque nos ha arruinado, no es poca razón, por lo menos se irá que no es poco. Ante tal eventualidad sólo me queda desear al pueblo español, al modo de lo que se desea a una parturienta, una horita corta. Y a Vd., Sr. Zapatero, que halle tanta paz como la que deja. Por mi parte, atribulado de haberle conocido.
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