Una explicación sobrenatural al tema del P. Maciel
En el artículo de Magister se habla del “sulfúreo” final del P. Maciel, y sin ánimo de ventilar inmundicias ni dramas ajenos, constato que a mí también me han llegado relatos en este sentido, que no vienen al caso contar aquí, pero que creo que son interesantes para reflexionar sobre el tema.
Lo absolutamente desconcertante con la dramática situación de lo acaecido con los legionarios es pensar cómo un fundador tan corrompido puede dar unos frutos tan buenos.
Si el fruto pudiera considerarse malo, o desechable, la Iglesia no tendría ningún problema a la hora de liquidar todo lo relacionado con esta obra que tiene un peso considerable en la Iglesia católica.
Pero el problema, cuando uno conoce mínimamente la organización, es que dentro hay gente maravillosa, entregada, y con un verdadero celo por el Evangelio y amor a Dios. Por supuesto hay de todo, como en botica, y no se trata de idealizar a nadie, sólo constato que en mi experiencia hay muy buena gente dentro.
De esta vivencia personal parte el desconcierto que me lleva a preguntarme qué puede haber pasado desde un punto de vista sobrenatural llegando un poco más lejos de la simple explicación humana y organizativa que se lee por ahí, de cómo en una orden religiosa un fundador puede llevar una doble vida sin que ésta salga a la luz.
No pretendo hacerlo solo, sino que cuento con que los lectores podrán aportar su granito de arena en forma de explicación que nos ayude a todos a hacer algo más que debatir y conjeturar, de forma que sepamos por qué orar, dado que a la Iglesia toca discernir y a nosotros pedir perdón por los pecados propios y los ajenos, pues aquí nadie anda libre de pecado, ni exento de caer en el último minuto.
En el segundo libro de los Macabeos se nos cuenta cómo los judíos, al descubrir que los soldados muertos habían sucumbido por adorar ídolos falsos en contra de la Ley de los Judíos, “bendijeron todas las obras del Señor, juez justo, que manifiesta las cosas ocultas y pasaron a la súplica, rogando que quedara completamente borrado el pecado cometido” y añade la palabra que esto fue un obrar “hermoso y noble, pensando en la resurrección” (2 Mac 12 38-46).
La primera de las preguntas que me asalta es si el P. Maciel llevó siempre esta doble vida, o es precisamente por la santidad de su causa por la que empieza a ser tentado y a caer tan estrepitosamente como se ha conocido. Sabemos que ser cristiano conlleva exponerse a la atención del maligno, y que nadie está libre de pecado, ni de equivocarse mañana, por muy santo que se crea hoy.
¿Puede un árbol podrido de inicio dar un buen fruto? El caso es llamativo por la magnitud de la obra, porque gente incoherente con los votos y con los mandamientos siempre la ha habido, pero lo difícil es encontrar un fruto asociado a sus obras.
La siguiente pregunta que me hago versa sobre si fue simplemente pecado, o podemos hablar de algo sulfúreo como puede ser una actuación del Maligno sobre la persona del P. Maciel. Esta es una explicación que más de uno ha dado, y en este sentido van los rumores que circulan por ahí.
Lo bueno de esta explicación es que deja mucho espacio a salvar la libertad de la persona en cuestión, por más que nos horripile la conclusión que se sigue. En efecto pensar que el Maligno puede infiltrarse de tal manera en una obra de la Iglesia, sin que sea expuesta durante tantísimos años, da mucho respeto.
Ya nos lo dice la Escritura y la Iglesia lo ora en Completas: “No dejéis resquicio al diablo” (Ef 4,26-27). ...el diablo, como león rugiente, ronda buscando a quien devorar; resistidle firmes en la fe” (1 P 5, 8-9) …
Desde luego, ya sea “simple” pecado o posesión, hay algo de lo que estoy convencido y es que Dios escribe recto con renglones torcidos, y que donde abunda el pecado sobreabunda la gracia. Jesucristo, al vencer al pecado y la muerte en la Cruz, aplastó también al Príncipe de este mundo, y aunque vivimos entretiempos y los efectos del pecado y la tentación se dejan notar, es una batalla perdida para el Enemigo y ganada para Dios.
Desde esta óptica estoy convencido de que en toda posible obra del maligno y en todo pecado, Dios se las arregla para intervenir, y sacar bien de donde sólo hay mal, y que por lo tanto en este tema, como en todo lo humano, El ha estado con los Legionarios de Cristo y el Regnum Christi y con sus gentes en todo este trance, dando la gracia a tantos que la han buscado y deseado de corazón.
Es ciertamente perturbador pensar que estas cosas puedan pasar, y me encantaría ver en todo esto una perspectiva sobrenatural adecuada, que por encima del escándalo y el morbo de los de fuera, por encima del dolor y del trauma de los de dentro, diera un fruto de resurrección para los Legionarios.