Chesterton, los ritos y el anillo del Pescador.
El chocante vídeo del Papa impidiendo que una serie de fieles besara el anillo de San Pedro ha dado mucho que hablar. Quienes defendieron el gesto más bien empeoraron la situación: desde los que advertían de que era para agilizar el acto (cuando luego se detenía a charlar animadamente con algunos fieles) hasta los que lo justificaban por motivos higiénicos (será por la epidemia secular de millones de muertes que ha provocado a lo largo de la historia este gesto de amor y fidelidad a Pedro).
En cualquier caso, y más allá de la anécdota, la polémica ha servido para repensar en qué consiste el rito y porqué es bueno. Miguel Ángel Quintana Paz lo resumía brillantemente así: Los ritos existen para que, al cumplirlos, nuestro yo y el de los demás queden superados por la acción que hacemos en común. No hago yo ni haces tú: "se" hace. Por eso, cuando rompes un rito, en realidad sólo señalas ostensiblemente a tu yo donde no deberías.
Estaba pensando en esto, en la humildad que se requiere para someterse a un rito, cuando me he encontrado en el libro de Chesterton que estoy leyendo estos días, El fin de una época, las siguientes reflexiones, que como siempre ocurre con Chesterton, aclaran el pensamiento.
Escribe Chesterton que “la naturaleza humana pide ceremonia en todas partes. Si se suprime la ceremonia correspondiente, se obtiene una ceremonia inferior... No hablemos de eliminar el simbolismo, porque es imposible; pero sí que es posible eliminar el simbolismo bueno”, como el famoso y chocante vídeo confirma.