La superioridad moral de los musulmanes.

La superioridad moral de los musulmanes.

Los islamistas quieren imponer su religión porque consideran que es la única verdadera, y que el resto de religiones son falsas.

La supremacía del Islam se basa en el mismo Corán, y para los islamistas el fin justifica los medios.

El fin es el glorioso imperio del Islam, la sumisión absoluta de todos los hombres y mujeres a Alá, al Corán y al Islam, y los medios son la Espada del Islam, la Yihad.

El terrorismo religioso queda justificado al considerar a este no como terrorismo, sino como un combate contra los infieles -kufar- que se niegan al supremacismo islámico.

Los islamistas consideran que cualquier musulmán, por el mero hecho de serlo, es superior moralmente a cualquier humano.

En un artículo del 24 de octubre de 2009 en el diario kuwaití Al-Siyassa, el liberal saudí Muhammad Jamil Kutbi escribió que los árabes y los musulmanes no tienen justificación en relación a sí mismos como moralmente superiores a Occidente.

Argumentó que aunque el Islam abandera valores tales como la igualdad, justicia y la caridad, Occidente supera en la actualidad al mundo musulmán en la implementación de estos valores.

MEMRI ha traducido del árabe al español extractos del artículo [1]:

... Nosotros los árabes y los musulmanes vemos la judíos y a los cristianos como gente que no reconocen o temen a Alá y no se avergüenzan delante de Él. También acusamos falsamente a los occidentales, a los cristianos y a los judíos de mentirosos, falsificadores, delincuentes y prestamistas que cobran intereses de usura.

Pero cuando observamos la realidad ante los acontecimientos [en el mundo], cuando examinamos los hechos tal como son e investigamos la realidad árabe y musulmana en la que vivimos - incluyendo todas las exageraciones, declaraciones [vacías], fallas, defectos y problemas - descubrimos que, aunque nos llamamos musulmanes, no encarnamos realmente las cualidades, valores y principios del Islam...

Clamamos que los occidentales aman el dinero y las cosas materiales, mientras nosotros los musulmanes somos mejores que ellos: somos ascéticos, piadosos y caritativos. Como ejemplo, presentamos a uno de los compañeros del Profeta, ´Abd Al-Rahman bin ´Awf, de quien se supo poseía una gran riqueza, pero donó la mitad de esta a la causa del jihad por la causa de Alá. Nosotros los musulmanes nos enorgullecemos de su ejemplo.

Pero hoy día existe un occidental llamado Bill Gates, dueño de la empresa de informática más rica y más poderosa del mundo, quien donó toda su riqueza, dejando sólo 3 billones de $  para sí mismo. El resto lo donó a los pobres y a los necesitados y a las organizaciones sociales. Ahora, en el mundo árabe y musulmán hay cientos de ricos como él, que aparecen en la lista de multimillonarios del mundo. Pero nunca escuchamos hablar que hayan realizado un acto humanitario como el de Bill Gates. ¿Dónde están estos musulmanes ricos cuando se trata de llevar a cabo actos humanos, islámicos y civilizados de este tipo?

Los árabes acusan a Occidente de amar los placeres de este mundo y de perseguir poder, pero eso no es cierto. Somos nosotros los árabes que amamos y santificamos el poder. Somos nosotros los que inventamos el concepto de gobierno hereditario. Mu´awiyah Ibn Abi Sufyan, el primer califa de la Dinastía Ummayad, fue el primero que creó y dio forma a este concepto. Esta avaricia de poder árabe es insaciable y es la causa de los conflictos internos, guerras y problemas.

Permítanme señalar incidentalmente que en 1945, el pueblo británico no reeligió a su famosos líder Winston Churchill, quien fue primer ministro durante la Segunda Guerra Mundial, incluso habiéndoles traído la victoria en la guerra.

Nosotros los árabes clamamos ser una nación que no hace trampas, miente o engaña, pero los líderes árabes, que se consideran a si mismos un modelo a emular, indudablemente mienten y engañan. El difunto presidente egipcio Gamal Abdel Nasser fue el primer líder árabe en inventar el concepto de forjar elecciones, dándose a si mismo el 99,9% de los votos...

El sistema judicial árabe y musulmán se refiere a sí mismo como el más puro, noble y mejor del mundo. Pero en realidad es todo lo contrario. El sistema no es más que decepción y fraude y está controlado por el régimen y sus asociados.

El sistema judicial occidental es mejor. Un tribunal de París rechazó recientemente una demanda presentada por el presidente francés Nicolás Sarkozy y éste, a pesar de su autoridad e influencia como presidente, no fue capaz de forzar al tribunal a que juzgara en su favor y de acuerdo a su voluntad.

El Profeta Muhammad dijo: ´Por Alá, si mi hija Fatima bint Muhammad hubiese robado, le hubiese cortado la mano. Esta es la naturaleza de una sociedad justa y equitativa de acuerdo al Islam, y estos son los valores y principios del mandato musulmán.

Pero la nación musulmana no aplica estos valores y principios de justicia e igualdad entre los gobernantes y los gobernados. En el mundo actual musulmán, el gobernante hace lo que le plazca, como le plazca y cualquier cosa que le plazca.

Los judíos, por el contrario, son mejores que nosotros los árabes y musulmanes [en este aspecto]. El ex primer ministro israelí Ehud Olmert fue acusado y juzgado por aceptar sobornos y por abuso de su cargo político, y se vio obligado a dimitir de su partido y de su cargo como primer ministro, en un escándalo político que puso fin a su carrera. Este es el léxico de la justicia y la igualdad.

¿Qué hubiera pasado en nuestros países árabes y musulmanes, si algunos dirigentes fuesen llevados a juicio? Piénsenlo, y no se enfaden demasiado cuando se den cuenta de la respuesta. Eventualmente llegarán a la conclusión de que somos una nación sin una identidad o futuro, y sin esencia, poder, opinión, moral, valores o principios...

[1]

http://www2.memri.org/bin/espanol/ultimasnoticias.cgi?ID=SD267109