Martes, 05 de noviembre de 2024

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Lo que no veo de Medjugorje

por José Alberto Barrera

Me la voy a jugar escribiendo este post, pues sé que es el tema de Medjugorje levanta pasiones en amplios sectores de la Iglesia Católica. Lo cómodo sería no escribir nada, para no correr el riesgo de contrariar a nadie, aunque lo honesto es formular las reservas que me supone el asunto

Cuando últimamente sale tanto a relucir Medjugorje, por ejemplo con la visita de Schönborn, no puedo evitar pensar que se busca un apoyo oficial de la Iglesia que en ningún momento se ha dado, pues el tema sigue en investigación, y se usa cualquier declaración privada de quien sea para legitimar las apariciones.

En primer lugar centremos la cuestión. El Catecismo de la Iglesia Católica dice:

67 A lo largo de los siglos ha habido revelaciones llamadas "privadas", algunas de las cuales han sido reconocidas por la autoridad de la Iglesia. Estas, sin embargo, no pertenecen al depósito de la fe. Su función no es la de "mejorar" o "completar" la Revelación definitiva de Cristo, sino la de ayudar a vivirla más plenamente en una cierta época de la historia. Guiado por el Magisterio de la Iglesia, el sentir de los fieles (sensus fidelium) sabe discernir y acoger lo que en estas revelaciones constituye una llamada auténtica de Cristo o de sus santos a la Iglesia.

Existen una serie de pasos para la aprobación de unas apariciones que se detallan muy bien en el siguiente artículo de la página Catholic.net http://www.es.catholic.net/foros/viewtopic.php?f=91&t=170

Un ejemplo de esto son las apariciones de Lourdes, que ha sido reconocidas e incluidas en el culto litúrgico. Personalmente es un lugar donde he tenido muchas experiencias muy buenas de Dios a través de la Virgen, lo cual no significa que a todo el mundo le sirva.


¿Qué valor tienen estas revelaciones privadas? La Iglesia enseña dos cosas al respecto: a) que sólo el Papa o los obispos pueden aceptar oficialmente el culto de alguna aparición de la Virgen; b) que aunque una devoción sea aprobada por la Iglesia, los mensajes que la acompañan nunca son obligatorios; uno puede rechazarlos y negarse a aceptarlos.

Dicho lo anterior, en segundo lugar he de explicar que he estado en Medjugorje dos veces, aunque ninguna peregrinando, sino con ocasión de sendas visitas a Mostar, que está muy cerca. En una de ellas me quedé a dormir allí, para poder pasar un día completo en el sitio de las apariciones, pidiéndole  a Dios que me hiciera ver si aquello era de El, librándome de todo prejuicio que pudiera arrastrar y es una oración que sigo haciendo a día de hoy, pues no me considero en posesión de la verdad. 

En tercer lugar quiero puntualizar que no pretendo entrar a valorar las experiencias personales de cada uno en Medjugorje. Conozco de primera mano la mía, y la de un gran número de personas, pero no soy quién para valorarlas o censurarlas porque pertenecen a quienes las han tenido y sólo Dios conoce nuestra habitación interior, por lo que espero ceñirme a lo que observo en general, sin hacer apreciaciones sobre lo personal ni utilizar argumentos ad hominem.

A día de hoy, sigo sin ver el tema de las apariciones en Medjugorje, y cada vez que saco el tema percibo la censura de los apasionados del tema, que parece que en muchos casos no pueden comprender que haya alguien que no simpatice con lo que viven.

Ahí es donde empieza mi sospecha, porque yo voy donde la Iglesia diga, y si la Iglesia me dice que no tengo por qué creerlo, incluso aún cuando ella misma lo aprobara, creo que no falto a nada con mi sentir. Curiosamente la Iglesia no sólo no se ha pronunciado oficialmente, sino que calla y estudia, aunque los obispos locales que se han sucedido han emitido declaraciones distanciándose de los fenómenos, que se han querido entender como opiniones personales.

Voy a tratar de enumerar la cosas que no veo nada claras del tema de Medjugorje:

  1. Un cristianismo excesivamente pietista y un mensaje milenarista. Sé que para muchos Medjugorje apela al corazón- léase el libro de Sor Emmanuel Maillard- y nada se puede oponer a un mensaje de paz y conversión.

A pesar de esto mi sensación es que lo que a la gente se la carga con la labor de salvar el mundo mediante la oración y la penitencia, y se cae en un cristianismo pietista que personalmente me cuesta mucho compartir. En otras palabras, no lo encuentro liberador, y me resulta demasiado intenso.

Lo que tanto fascina a algunos- las Misas y las confesiones- tienen un valor en sí mismas, pero no son un criterio de discernimiento suficiente para ver el fruto de algo. La piedad no es un fruto de la vida cristiana, sino más bien un medio para acercarnos a Dios, que se puede vivir bien o de una manera desfigurada.

 Debemos discernir a dónde lleva todo esto sin dejarnos deslumbrar por el hecho de tener a la gente de rodillas rezando en masa.

 Lo mismo las conversiones, que son el mayor argumento de Medjugorje y el único que no quiero entrar a rebatir, pues es personal de cada uno. La conversión debe ser a una vida cristiana madura, no a un mensaje o una práctica religiosa.

  1. Experiencias sobrenaturales sospechosas. Las experiencias que relata la gente suelen comenzar por unos días de gran pesadumbre espiritual; la gente relata vómitos, sensaciones de desolación inmensa, hasta que por fin se hace la luz  lo entienden todo y tienen una experiencia espiritual maravillosa. No conozco ningún otro sitio o actividad de la Iglesia donde pase esto a todo el mundo que vaya, a no ser  el efecto que en algunas personas tienen las oraciones de sanación que practican algunas comunidades carismáticas  y ciertos exorcistas. 
  1. Desmedido número de apariciones y mensajes. Conceptualmente me resulta difícilmente aceptable que unas apariciones lleven durando más de 25 años, cuando las grandes apariciones reconocidas  (Lourdes y Fátima) son puntuales y escuetas en su mensaje. En un cierto sentido, se generan obediencias y seguimientos a una voz que todavía no está discernida por la Iglesia, y se busca lo sobrenatural fuera de casa, cuando lo sobrenatural lo tenemos todos los días en la Iglesia en la Eucaristía y en la guía de sus pastores. Me pregunto para qué queremos a la Iglesia si tenemos a la Virgen hablándonos todas las semanas en Bosnia. 
  1. Desobediencia a los pastores legítimos de la Iglesia. Este es el punto más delicado de todos y de ser lo que parece, desde el punto de vista del discernimiento, el fenómeno y los videntes son más que sospechosos a mis ojos.

En 1991 la Conferencia Episcopal de Yugoslavia declaró que “hasta ahora no hay razones para afirmar que en Medjugorje haya verdaderas apariciones sobrenaturales.

Los dos obispos de Mostar-Duvno, Monseñor Zanic y Monseñor Ratko Peric , que se han sucedido en el cargo, se han pronunciado en contra de los fenómenos.

A este respecto el cardenal Tarcisio Bertone, secretario de Estado de Benedicto XVI ha escrito  "las declaraciones del obispo de Mostar reflejan una opinión personal, no son un juicio definitivo y oficial de la Iglesia. Todo se debe remitir a la declaración de los obispos de la antigua Yugoslavia en Zara, del 10 de abril de 1991, que deja la puerta abierta a futuras investigaciones. La verificación, por lo tanto, debe seguir adelante.

Zanic fue mi duro y taxativo descalificando las apariciones y a uno de sus promotores, el Padre Vlasic, al cual tachó de desobediente frente a sus superiores y de quien hemos sabido en estos días que ha pedido la reducción al estado laical. (http://www.zenit.org/article-32072?l=spanish)

El actual obispo ha prohibido recientemente “la propaganda y difusión de los mensajes de las presuntas apariciones de Medjugorje […] Entre las indicaciones dadas por monseñor Peric destaca la prohibición de que sean publicados los supuestos mensajes y los comentarios a los mismos, así como el uso público de oraciones propuestas por las “apariciones”. Igualmente niega que se pueda llamar “Santuario” al lugar de las mismas, ni siquiera privadamente, pues se trata sólo de una iglesia parroquial. El obispo ordena que los sacerdotes extranjeros no den conferencias ni retiros sin un permiso expreso y además les exige un celebret de sus respectivas diócesis u órdenes religiosas para poder celebrar la Santa Misa en el lugar.http://radiocristiandad.wordpress.com/2009/09/30/medjugorje-vuelve-al-ojo-del-huracan-el-obispo-de-la-diocesis-vuelve-a-prohibir-la-propaganda-de-las-supuestas-apariciones

  1. Penitencias exageradas, actitudes exageradas. Algunas de las actitudes que he visto en el santuario no las comprendo, como el subir la pedregosa colina de las apariciones con los pies descalzos y ensangrentados, o ciertas posturas y gestos en la oración. Como muestra un botón, en mi vuelta de Medjugorje compartí asiento en el autobús con un italiano, que se puso a rezar el rosario en Serbocroata, en voz muy alta, en un país donde una gran cantidad de la población es musulmana. 
  1. Un cristianismo basado en el milagro y la aparición. Me resulta difícil comprender esto, y eso que tengo una amplia experiencia carismática de lo más rica en la que he visto de todo. Una cosa son los dones del Espíritu, y los carismas para la comunidad, y otra distinta una serie de fenómenos atmosféricos y colectivos como los que se dan. Me cuesta identificar en todo ello la “suave brisa” donde Elías encontró a Dios en la montaña.

No dudo, eso sí, que haya curaciones, pero hasta estas hay que discernirlas, pues pueden atribuirse a muchas causas que no son necesariamente de Dios, tanto naturales como sobrenaturales.

  1. Un exceso de celo y proselitismo en los apasionados. Me cansa encontrarme a gente que está todo el día, a tiempo y a destiempo, con el tema de Medjugorje dentro de la Iglesia. Si Dios no nos hablara a través de la mediación ordinaria de la Iglesia lo entendería, pero no es el caso. Cristo es el mismo en todas partes, y su gracia se derrama en abundancia, basta creer, basta dejarle hacer y descubrirle en el tesoro en vasijas de barro que guarda la Iglesia.

Podría seguir enumerando objeciones, a riesgo de alargarme demasiado. He conocido muchísima gente que me ha hablado maravillas de Medjugorje. Unos más equilibrados en su fe, otros menos, de todo hay, como en botica. Algunos de ellos eran gente un tanto especial y religiosamente desmedida;  otros, gente de lo más normal y comedida. Inevitablemente una parte de la impresión que tengo es reflejo de los conversos y reavivados que he conocido, para bien y para mal.

Lo que sí que vi en Medjugorje fue a la Iglesia orando, la presencia del Señor en los sacramentos, la cual siempre actúa, pero junto a esto hay cosas que me preocuparon y hasta me chirriaron hasta el extremo. No puedo evitarlo y así lo cuento, y espero aprender de lo que responda la gente a este post.

Personalmente es un sitio que no me ha dejado frío, un cristianismo que no me inspira, y una  vivencia que tengo en entredicho mientras la Iglesia no diga lo contrario.

Escribir estas líneas no es fácil y pido perdón por adelantado a quien se sienta ofendido, especialmente si ha tenido una buena experiencia allí que le haya ayudado en su vida.

Sin querer hacer tales experiencias de menos, no quiero dar por malo lo que para personas en concreto ha sido un momento de encuentro con Dios, haciendo lo que dice San Pablo: “No extingan la acción del Espíritu; no desprecien las profecías; examínenlo todo y quédense con lo bueno”(1 Tes 5,19-21)

Dicho lo anterior, creo que es deber de todos reflexionar y discernir, y que es muy sano hacerlo, por lo que espero que por encima del mensajero, se examine el mensaje.

PD: Para más sobre el tema, otros dos post: Por qué Medjugorje es tan problemático y Los controvertidos frutos de Medjugorje

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