Los Padres de la Iglesia como una novela de aventuras
Solemos asociar los Padres de la Iglesia a discusiones teológicas que nos pillan lejanas, donde aparecen términos que nos resultan extraños (arrianismo, nestorianismo, gnosis, monofisismo, homoousios y homooiousios…), gente que ha escrito unos libros abstrusos que publica Ciudad Nueva y que sólo leen teólogos especializados en estas pintorescas cuestiones. No sabemos lo que nos estamos perdiendo.
Es por ello que la aparición del libro de Marcellino d’Ambrosio, Cuando la Iglesia era joven, es una muy buena noticia. En él, D’Ambrosio nos lleva, en breves capítulos, en un recorrido por los Padres de la Iglesia de los primeros seis siglos, desde Clemente a Gregorio Magno, y lo hace como quien te explica una historia de aventuras… porque la turbulenta vida de la Iglesia en aquellos siglos tiene todos los ingredientes de una gran aventura.
Así, nos devuelve no sólo a las disputas teológicas, al irse aclarando la doctrina católica, sino también a sus protagonistas, con sus anécdotas y sus luchas. Y al mismo tiempo, lo que me parece muy revelador, va poniendo a los Padres de la Iglesia en relación los unos con los otros, mostrando una continuidad que se remonta a los primeros apóstoles. Otro mérito es el de mostrarnos cómo muchas de nuestras prácticas hoy en día no son adiciones espurias que los cristianos hemos ido añadiendo con el transcurrir de los siglos, sino que los primeros cristianos, aquellos que estuvieron en contacto con los apóstoles y con los primeros discípulos, ya las realizaban.
Como siempre que escribo, recomendándolo, sobre un libro, de lo que se trata es de animar a que se lea. No voy pues a resumirlo, sino que me limitaré a señalar algunos puntos que me han llamado la atención y que creo que pueden servir para ese fin de excitar la curiosidad y llevar a quien lee estas líneas hasta el propio libro:
Espero que ya no les quede ninguna duda y corran a por su ejemplar de este recomendable libro.
Es por ello que la aparición del libro de Marcellino d’Ambrosio, Cuando la Iglesia era joven, es una muy buena noticia. En él, D’Ambrosio nos lleva, en breves capítulos, en un recorrido por los Padres de la Iglesia de los primeros seis siglos, desde Clemente a Gregorio Magno, y lo hace como quien te explica una historia de aventuras… porque la turbulenta vida de la Iglesia en aquellos siglos tiene todos los ingredientes de una gran aventura.
Así, nos devuelve no sólo a las disputas teológicas, al irse aclarando la doctrina católica, sino también a sus protagonistas, con sus anécdotas y sus luchas. Y al mismo tiempo, lo que me parece muy revelador, va poniendo a los Padres de la Iglesia en relación los unos con los otros, mostrando una continuidad que se remonta a los primeros apóstoles. Otro mérito es el de mostrarnos cómo muchas de nuestras prácticas hoy en día no son adiciones espurias que los cristianos hemos ido añadiendo con el transcurrir de los siglos, sino que los primeros cristianos, aquellos que estuvieron en contacto con los apóstoles y con los primeros discípulos, ya las realizaban.
Como siempre que escribo, recomendándolo, sobre un libro, de lo que se trata es de animar a que se lea. No voy pues a resumirlo, sino que me limitaré a señalar algunos puntos que me han llamado la atención y que creo que pueden servir para ese fin de excitar la curiosidad y llevar a quien lee estas líneas hasta el propio libro:
- En Clemente, obispo de Roma que conoció a los apóstoles Pedro y Pablo en vida, ya aparece claramente el culto cristiano en términos de sacrificio.
- Ya en el siglo II (quizás antes) tenemos constancia de la condena absoluta del aborto.
- Vemos cómo en el siglo II se afirma sin duda que la Eucaristía no es ningún signo, sino la carne de nuestro Señor Jesucristo (lo que, por otra parte, dio pie a confusiones por las que se acusaba a los cristianos de canibalismo). También vemos que es muy temprana la práctica de reservar el sacramento entre una y otra celebración eucarística.
- En Justino vemos que entre los primeros cristianos el divorcio y las segundas nupcias estaban estrictamente prohibidos, esto no es un capricho, sino algo característico de los cristianos y transmitido así desde los apóstoles en base a la enseñanza de Cristo.
- La administración del bautismo a los niños es también una costumbre que la Iglesia ha recibido de los apóstoles.
- El uso de la música y de las canciones ha sido siempre muy importante: para mal, como Arrio y sus pegadizas tonadas, o para bien, como Ambrosio, cuyos himnos hicieron saltar las lágrimas a san Agustín.
- La centralidad de la liturgia: cuando Basilio es enviado como obispo por Gregorio Nacianceno a poner orden en Neocesarea, lo primero que hace es reformar la liturgia, dando lugar a una obra de tanta belleza que aún se conserva hoy en día. Es también Basilio quien ya demuestra el error del “Sola Scriptura” que siglos más tarde retomó Lutero.
Espero que ya no les quede ninguna duda y corran a por su ejemplar de este recomendable libro.
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