Corea: bautizos... ¡y Camino de Santiago!

Corea es un lugar lejano, no sólo geográficamente, sino que también su cultura está muy alejada de nuestros parámetros. Los comentarios de un amigo que vivió un tiempo allí me confirmaron esa enorme distancia. Y sin embargo de vez en cuando nos llegan interesante noticias de allí (aparte del último ensayo con un misil norcoreano): los últimos días he leído un par de informaciones de Corea que me han llamado la atención.
En primer lugar el bautismo de 60 refugiados norcoreanos. Desde la hambruna de los años 1994-98 el flujo de norcoreanos que escapan a Corea del Sur no ha cesado, a pesar de las enormes dificultades que el régimen comunista pone para evitar la huida de sus ciudadanos: más de 30.000 norcoreanos han llegado al Sur durante las dos últimas décadas. Cuando llegan son enviados a un centro en Hanawon, a una hora al sur de Seúl, donde siguen cursos para familiarizarse con su nueva vida en Corea del Sur, tan diferente de la vida que llevaban en Corea del Norte. Allí hay sacerdotes que les invitan a las catequesis, como el Padre Raymond Lee Jong-nam, párroco de la iglesia de Banpo A-dong, en Seúl, que ahora ha bautizado a 60 catecúmenos norcoreanos y que está convencido de que algún día estos nuevos católicos irán a evangelizar el norte de Corea.
Una intención que comparte Mons. Lucas Kim Woon-hoe, obispo de Chunchon, una diócesis sufragánea de Seúl, y administrador apostólico de Hamhung, una diócesis de Corea del Norte. Aunque la realidad es que ese encargo es más teórico que concreto, pues el régimen comunista impide cualquier contacto con su diócesis norcoreana, Monseñor Kim acaba de establecer un acuerdo entre ambas diócesis por el que el seminario de Chunchon formará a algunos de sus seminaristas para que, una vez ordenados y cuando sea posible, consagren su ministerio a Corea del Norte. No es el primero en hacerlo: la arquidiócesis de Seúl, cuyo obispo es también administrador apostólico de Pyongyang, forma también sacerdotes con la misión de que puedan ir un día a Corea del Norte, donde se calcula que al menos 60.000 cristianos están en la cárcel o en campos de trabajo por su fe.
La otra noticia proveniente de Corea y que dice mucho de la vitalidad de la Iglesia allí es el dato, sorprendente, del entusiasmo que provoca el Camino de Santiago entre los coreanos: el año pasado 4.000 coreanos vinieron a hacerlo, una cifra récord. Según la agencia Asia News, aunque Corea del Sur es la más entusiasta, la fiebre jacobea se extiende a otros países asiáticos. Más de 300 japoneses se suman a los peregrinos provenientes de Hong Kong, Singapur, Taiwán e incluso la China continental. El libro del vicario general de la diócesis de Pequín, el Padre Zhao Jianmin, "Un viaje de 800 kilómetros, la peregrinación a Santiago", un diario de su experiencia en el camino jacobeo, se está haciendo muy popular y su blog es cada vez más leído. En Taiwán, este año más de 100 personas harán el camino, en una iniciativa impulsada por la parroquia del Sagrado Corazón, en el centro de Taipei, donde el Padre Tachi, nacido en Madrid, explica a los futuros peregrinos lo que van a encontrar.
Los coreanos, y los asiáticos en general, son muy diferentes de nosotros, es cierto, pero no tanto como para no poder darnos ejemplo o para apreciar y vivir la peregrinación a la tumba del apóstol Santiago.