Hisbulá juega con fuego y se quema

13 octubre 2009 00:00

Líbano podía haber sido la Suiza de Oriente Medio, pero el movimiento islamonazi Hisbulá, -el Partido de Alá- ha convertido al País de los Cedros en un barril de pólvora que al final perjudicará al propio país, como muy acertadamente ha dicho Simón Peres a raíz de la explosión de un “Órgano de Stalin”.

Contraviniendo la Resolución 1701/2006 de las Naciones Unidas que exige el desarme por parte del grupo terrorista islamonazi Hisbulá y con el inexistente control de la FINUL que mira a otra parte –en la que hay tropas españolas enviadas por Zapatero como adorno- los islamoterroristas se rearman con armamento iraní y coreano.

La noche del 12 de octubre de 2009 explotó un Órgano de Stalin al ser manipulado por los islamoterroristas en Tayr Filssi -Tayr Filsay- unos seis kilómetros al norte de Israel, que era utilizado como un depósito de armas de los islamistas.

La Agencia Central de Noticias (Al Markaziya, Líbano) publicó el testimonio de varios habitantes de la aldea de Tair Filssi (Tayr Filsseh) en la región de Tiro, en la que se produjo euna gran explosión en la noche del 12 de octubre. Según este informe - que confirman la versión ya avanzada por MediArabe.info de la noche anterior - "la explosión se produjo cuando los miembros de Hisbulá estaban intentando manipular o fijar un órgano de Stalin" en el garaje de la casa tres plantas, que también sirve como un almacén de municiones. Los residentes dijeron que "la explosión dejó varios muertos y heridos, en contradicción con el gobierno libanés y Hizbulá que notificaron sólo una victima.

Según informes de la prensa libanesa, el edificio pertenecía a Abdul Nasser Issa, un alto jefe operativo de Hisbulá, que podría haber muerto en la explosión.

"Hezbollah utiliza a los civiles como escudos humanos para proteger a sus armas", dijo un funcionario de Defensa, que agregó que de acuerdo a informes de Inteligencia, el grupo terrorista libanés almacena alijos de armas en decenas de localidades adicionales en el sur del Líbano.

Hamás en Gaza y Hisbulá en el Líbano impiden el florecimiento económico en la región.

Todo el dinero que reciben los islamistas por parte de Arabia Saudita, de Irán y de las ONG´s occidentales se destina a la guerra, a la destrucción y a la muerte, en lugar del mejoramiento social, económico y espiritual de sus correligionarios.

¿Qué dirían los laicos, agnósticos y ateos occidentales si un “Partido de Dios” cristiano se dedicara a eliminar turcos para recuperar Constantinopla, y que los católicos educaran a sus niños en ponerse cinturones con explosivos para asesinar protestantes, o judíos, o musulmanes?

El silencio es la respuesta de estos y de los relativistas éticos y multiculturalistas ante los crímenes que los fieles más devotos y creyentes más fervientes del Islam cometen contra sus correligionarios y contra los infieles.

Los islamistas cuentan con la solidaria comprensión de sus aliados occidentales, los izquierdistas que se sienten fascinados por la extrema derecha del Islam.

http://www.mediarabe.info/spip.php?breve2161

http://www.aurora-israel.co.il/articulos/israel/Libano/24676/