Plan de acción urgente contra la cristianofobia
Vivimos tiempos de persecución, que es cruenta en muchos sitios; más ladina y sutil, en otros: por ejemplo, en Occidente. En Oriente y Africa, ya saben, los cristianos son asesinados sin piedad.
En España, los enemigos de Cristo no se cortan y pasan directamente a la blasfemia. Contra la blasfemia citaré las recetas de un Padre de la Iglesia y del Papa Francisco.
“Si alguien blasfema, corrígele; si vuelve a blasfemar, corrígele otra vez; si vuelve a blasfemar, golpéale, rómpele los dientes, santifica tu mano con el golpe.”
Esto lo dijo san Juan Crisóstomo.
“Si alguien dice una mala palabra en contra de mi mamá, puede esperarse un puñetazo”.
Y esto lo dijo el Papa Francisco.
Según el Crisóstomo, a Abel Azcona, Rita Maestre, Manuela Carmena, Dolors Miquel y Ada Colau les quedan dos oportunidades para rectificar. La tercera será para partirles la cara.
Mientras tanto, les propongo unas cuantas ideas, muy fáciles, para hacer frente a la blasfemia y a la persecución.
Tomen nota y pónganlas en práctica ahora mismo:
-Hagan la señal de la Cruz cada vez que pasen por delante de una Iglesia o de un cementerio. Desagravien al Señor y recen algo por las almas de los muertos.
-Recen el Santo Rosario por la calle. Pero fuera del bolsillo: que se les vea con el Rosario en la mano en el autobús, en el metro, en el coche. Si les preguntan, respondan que están rezando por aquel que les pregunta. Si les insisten, les dicen que los musulmanes lo hacen y las musulmanas van tapadas por la calle. O contestan lo que les parezca mejor en cada momento.
-Bendigan la mesa en los restaurantes cuando coman con amigos, clientes, proveedores, colegas. Al empezar y al terminar.
-Hagan notar que no comen carne los viernes. “Somos católicos y hacemos penitencia”.
-Vuelvan a saludos como: “Vaya usted con Dios”, “Dios le bendiga”, “Dios le proteja”. Y a frases como: “Si Dios quiere”, “Jesús” –después de un estornudo-. Recalquen el “Adios” o mejor: “Con Dios”.
-Hagan ostensiblemente la señal de la Cruz al inicio de un viaje en tren, avión, autobús, vehículo particular o taxi.
-Si pueden, dejen de trabajar dos minutos y recen el Ángelus a las 12 del mediodía, estén donde estén.
-No dejen pasar un solo día sin desear la paz o la bendición de Dios para sus amigos y seguidores en redes sociales.
-Corrijan al que blasfeme en su presencia. La Sagrada Forma, por ejemplo, no puede usarse como insulto o como interjección.
-Lleven una señal visible de que son cristianos: una medalla, un tatuaje, una pulsera, una insignia, un anillo, un colgante. Lo ideal es una Cruz.
Y ya está.
Pueden añadir lo que quieran. Pero lo importante es que se nos vea. No es tiempo de discreción ni de esconderse. Es tiempo de dar la cara sin respetos humanos ni remilgos.
La situación de hoy no es la de hace 40 años. Se parece a la de 1931-1936.
Y hace 80 años, en España, algunos curas, hoy santos, se negaron hasta el final a quitarse la sotana.
¡Viva Cristo Rey!