Jueves, 21 de noviembre de 2024

Religión en Libertad

Blog

Dar las gracias

por Canta y camina

Hace un par de días le di a mi hijo pequeño una caja de zapatos de su hermana porque la necesitaba para Plástica, y cuando ella llegó a casa le dije que le diera las gracias. A él le daba un poco de vergüenza decir “gracias” pero era lo correcto: reconocer que necesitaba algo de otro y que ese otro había sido generoso con él y se lo había dado. Y mi hija se puso contenta de haberle ayudado y de que se lo reconociera. Dar las gracias es justo y necesario, no son sólo unas palabras que oímos en la misa pero a las que no hacemos caso: “en verdad es justo y necesario darte gracias, Señor”.

A todos nos gusta que nos den las gracias porque prueba que hemos sido útiles, que hemos ayudado a alguien que no podía hacer algo él solo, que hemos sido necesarios y eso nos hace sentir bien.

Y dar las gracias, ¿nos gusta también, o nos cuesta?  Porque dar las gracias es la otra cara de la moneda, implica reconocer que necesitaste a otro, que tú solo no podías y eso no nos mola tanto.

Aunque a veces las personas somos amables porque sí y hacemos cositas pequeñas que no son necesarias pero que hacen la vida agradable a los demás: saludar al conductor del autobús cuando te subes en vez de ignorarlo, por ejemplo, es un gesto amable que le hace sentirse persona y no una máquina que conduce y punto. Ni una sola vez ni un sólo conductor ha dejado de mirarme para responder a mi saludo. O ceder el asiento en el Metro aunque no estés en un asiento reservado y no estés obligado. No sé de nadie que se haya muerto por ir de pie en el Metro estando cansado o enfermo o embarazada o siendo anciano, pero tampoco sé de nadie que se haya muerto por ser amable y levantarse para que esa persona se siente; lo que sí sé es que esas personas se han sentido muy bien al poder sentarse y han agradecido el gesto. También se pueden dar las gracias cuando pides paso para salir del vagón y la gente se aparta, seguramente no vuelvas a ver a esas personas en tu vida pero te han hecho un favor, agradéceselo.

A mí generalmente no me cuesta dar las gracias pero si se las tengo que dar a alguien que me cae mal o con el que estoy enfadada, tiendo a hacerme la sueca y no se las doy o tardo en hacerlo. Es la soberbia, que pica.

¿Por qué hay que dar las gracias? Porque “es de bien nacidos el ser agradecidos”; porque crea buen ambiente entre las personas; porque al otro le gusta que le reconozcan sus buenas acciones; porque nos hace saber que no estamos solos y que hay gente buena alrededor; porque los buenos modales hacen la vida agradable; porque es un ejercicio de humildad.

A Dios no le hace falta nuestra gratitud pero le gusta y en Lc 17, 15 vemos a Jesús diciendo que dónde están los otros nueve leprosos a los que ha curado, que sólo ha vuelto uno reconociendo el gran favor que le ha hecho. Esto es de mi cosecha, lo que Jesús dijo fue: ¿No son diez los que han quedado limpios? Los otros nueve, ¿dónde están? ¿No ha habido quien volviera a dar gloria a Dios más que este extranjero?”

Y Dios ha hecho muchas cosas buenas por nosotros durante toda nuestra vida, aunque no nos lo parezca y creamos que han sido cosa nuestra, que tenemos lo que nos merecemos porque nos lo hemos ganado. Seguramente sea así, hemos trabajado mucho para llegar a donde estamos, tener lo que tenemos y ser quienes somos pero eso no quita que Dios haga muchas cosas buenas por nosotros todos los días, como que nos despertemos cada mañana y que el mundo no se haya acabado, por ejemplo.

Fuera de bromas, es bueno que demos gracias a Dios por todos sus regalos y bendiciones; sobre todo es bueno para nosotros porque crea un vínculo entre los dos, nos hace sentir que hay Alguien que vela por nosotros, nos recuerda que hay Alguien a quien siempre podemos acudir. Alguien, con mayúscula porque su presencia es muy grande y lo llena todo sin que lo veamos ni lo oigamos, pero sabemos que está. Además lo dice San Pablo en Filipenses 4, 6: “No os preocupéis por nada; al contrario: en toda oración y súplica, presentad a Dios vuestras peticiones con acción de gracias.”

Pues ese Alguien es nuestro Padre, y lo puede todo y le encanta cuidarnos y que le pidamos cosas, y le encanta dárnoslas y que le demos las gracias porque eso prueba que sabemos que ha sido Él quien nos lo ha dado. Que lo sabemos y que se lo agradecemos.

Comentarios
5€ Tu donativo es vital para mantener Religión en Libertad
10€ Gracias a tu donativo habrá personas que podrán conocer a Dios
50€ Con tu ayuda podremos llevar esperanza a las periferias digitales
Otra cantidad Tu donativo es vital para mantener Religión en Libertad
Tu donativo es vital para mantener Religión en Libertad
Si prefieres, contacta con nosotros en el 680 30 39 15 de lunes a viernes de 9:00h a 15:30h
Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter

¡No te pierdas las mejores historias de hoy!

Suscríbete GRATIS a nuestra newsletter diaria

REL te recomienda