¿Cómo se ´organiza´ una familia numerosa? La ´cooperación espontánea
Antes de tener hijos, cuando oía a una madre de familia numerosa decir aquello de: "es muy fácil organizarse, los mayores se ocupan de los pequeños...", solía imaginar un totum revolutum de críos menores de diez años bañándose unos a otros, dándose de comer mutuamente y acompañándose a la cama. A la madre, me la imaginaba en algún otro rincón de la casa, superada por el trabajo del hogar, o corriendo de aquí para allá haciendo recados pendientes. Ahora que tengo cuatro hijos, puedo manifestar que nada más lejos de la realidad. Para los que, como yo hace años, no conozcáis esa experiencia, puedo aseguraros que no es exactamente así.
Cuando una madre de familia numerosa responde de esa típica forma a la no menos típica pregunta de "¿cómo os organizáis con tantos hijos?", no está queriendo decir que los niños se ocupan unos de otros mientras ella hace no se sabe qué. Cuando una madre dice que los mayores cuidan de los pequeños, lo que quiere decir (o eso creo yo desde mi experiencia) es algo muy distinto.
Quiere decir que, cuando la madre está bañando al bebé y oye, (con sus entrenadísimos oídos capaces de distinguir el vuelo de una mosca del de una abeja), que el pequeño de dos años ha tropezado con un trenecito que estaba estratégicamente colocado en medio del pasillo y se ha golpeado contra el suelo, le dice a la hija anterior: "Susana, ¿puedes ir a ver a tu hermano que se ha caído y le das un besito para que no llore?". Y, entonces, oye con satisfacción a la pequeña emulando a su propia madre con un dulce: "gordito, ¿te has caído?, no pasa nada, cariño, levanta que ya está", consuelo que es más que suficiente para que el pequeño se tranquilice y vuelva rápidamente a la carga.
Quiere decir que, mientras el padre prepara las tortillas de la cena y la madre le pone un babero al pequeño (el mismo que se había caído al suelo), la bebecita que está en una hamaca rompe a llorar y su hermanita mayor exclama: "no te ´coplupes´ mamá, ya voy a moverla para que no llore". Y la chiquitina, al ver cómo se acerca su hermanita y le devuelve el chupete que se había caído al suelo, empieza a sonreír.
Quiere decir que, al llegar al parque, después de un largo día agotador, te sientas en el banco exhausta y contemplas, sin tener que levantarte, por una vez..., cómo tus hijos se columpian encantados unos a otros.
Quiere decir que, si toda la familia sale a dar un paseo un soleado sábado por la mañana y no hay bicis para todos, los hermanos mayores no necesitan que sus padres les insistan en compartir con los menores, sino que son ellos mismos quiénes, de forma natural, ante la insistencia de sus hermanos, bajan de la bici que les han regalado por su cumple y se la prestan un rato al que ya está cansado de caminar.
Quiere decir que, cuando un domingo por la mañana llega ese momento taaaaan idílico en que se oye por toda la casa un llanto de bebé y miras tu reloj con los ojos entreabiertos y ves que solo son las siete de la mañana, antes de que tengas que levantarte medio dormida y bostezando oyes una vocecita a tu lado que dice: "mamá, ¿puedo encender la luz de Jose para jugar con él que está llorando?". Y, pasados unos minutos, entras en el dormitorio y observas encantada que los dos están sentados en la cuna mirando un cuento.
Quiere decir que, el momento en que un niño de año y medio dice por primera vez el nombre de su hermanita, además de recibir el aplauso de sus padres, recibe también la alabanza entusiasmada de sus dos hermanas mayores.
Quiere decir que, en momentos de crisis (que también los hay) en que ves que te ha pillado el toro, que no te da tiempo de nada, que son las ocho y todavía hay dos que no se han bañado y aún está la cena por preparar, le dices a la mayor: "guapa, ve a quitarte la falda y la camiseta y métete en la ducha y cuando estés lista me avisas que te lavaré el pelo", y cuando llegas compruebas que también ha ayudado a desnudarse a la otra hermana y que las dos están listas para el enjabonado de cabezas.
Quiere decir, incluso, que -en esos mismos momentos de estrés- cuando un niño de dos años se cuela en la bañera -deliciosamente espumosa y calentita- saltándose deliberadamente el paso de quitarse pantalón, camiseta y calcetines, allí está su hermana mayor para correr en busca de su madre y avisarla: "¡mamá! ¡Jose se ha metido en la bañera con toda la ropa!".
Quiere decir que, cuando subes al coche y terminas de enganchar el maxi cosí y atar el cinturón del más pequeño (que suele ser al primero que atas por ser el escurridizo al que le gusta pasear hasta el asiento del conductor durante la ´operación subida´), das la vuelta al coche para enganchar a las otras dos y ves que ya se han ocupado de atarse entre ellas.
Es decir, que cuando una madre de familia numerosa dice que "los mayores cuidan de los pequeños", no está diciendo que delega toda su responsabilidad de madre en unas pobres criaturas que apenas levantan un metro del suelo para poder ella organizar el resto de la casa, sino que dentro de las familias numerosas se crea una especie de cooperación espontánea y natural que hace que las cosas sean mucho más fáciles de lo que podría parecer desde la perspectiva de quién no conoce la idiosincrasia de este tipo de familias.
Ocurre que las actitudes y aptitudes que para muchos niños es necesario aprender a base de metodología y esfuerzo didáctico de los padres, en las familias de muchos miembros, se aprenden de forma natural, sin apenas esfuerzo, como cualidades que los niños perciben como imprescindibles en el marco de la convivencia y la supervivencia familiar. Para bien, en general, (aunque en ocasiones quizás podríamos desear que nuestros niños fueran, a veces, más niños y menos responsables), los niños que tienen más de un hermano, acostumbran a ser niños responsables, audaces, que se adelantan a las necesidades de los demás y que entienden la generosidad como conditio sine qua non para la convivencia feliz y armoniosa y, por lo tanto, no se plantean otra forma de ser que no esté unida a esa virtud y a muchas otras. Así, estaréis de acuerdo conmigo, es mucho más fácil de lo que parece ´organizar´ una familia numerosa.