Domingo, 24 de noviembre de 2024

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De la sufrida y exigua comunidad católica turca

por En cuerpo y alma

 
 
            Después de conocer apenas anteayer lo avanzadas que se hallaban las negociaciones dirigidas a la definitiva unidad de la Iglesia Católica y las iglesias greco-ortodoxas (pinche aquí para conocer hasta el último detalle de la cuestión), vale la pena ir conociendo un poco mejor las circunstancias en las que se desenvuelven algunos de nuestros hermanos católicos en algunos lugares de la Europa Oriental en la que el cristianismo predominante es precisamente el greco-ortodoxo. Y vamos a empezar por los que en principio más dificultades hallan, los de la ciudad de Estambul, donde los católicos constituyen como vamos a ver, una exigua minoría dentro de otra no menos exigua minoría, ahí es nada.
 
            La ciudad de Estambul representa actualmente para los cristianos un pequeño reducto que nada tiene que ver con aquella esplendorosa capital del cristianismo que fue hasta el s. XV la gigantesca urbe constantinopolitana, comparable a una segunda Roma, la “nueva Roma” de hecho en terminología ortodoxa (a los efectos baste señalar que el título de Bartolomé I, máximo líder de la Iglesia ortodoxa es el de Arzobispo de Constantinopla, Nueva Roma y Patriarca Ecuménico)
 
            Es difícil obtener una cifra exacta que retrate la comunidad cristiana turca. Cabe redondear el número de cristianos en todo el país en torno a unos 100.000, de los cuales serían católicos apenas la cuarta parte, es decir, unos 25.000: una minoría dentro de otra minoría. Veinticinco mil católicos en una población total de unos 77 millones, es decir, que la probabilidad de que cuando Vd. se encuentre a un turco éste sea católico asciende a una entre 3.080. El resto de los cristianos turcos son ortodoxos, la gran mayoría, siríacos y armenios.

 

Catedral del Espíritu Santo. Efe.

  
            Cabe sospechar que el número de católicos en Estambul, ciudad con más de 14 millones de habitantes, ascienda a unos cinco mil. Pues bien, estos cinco mil católicos estambuleños tienen una catedral que es la catedral del Espíritu Santo, sita en Avenida Cumhuriyet, 205/B, Harbiye, que no es, sin embargo, la iglesia católica más grande de la ciudad, honor que cabe a la basilica de San Antonio de Padua en la Avenida İstiklalen Beyoğlu.
 
            La catedral fue construída en 1846 bajo la dirección del arquitecto suizo italiano G. Fossati, que hizo muchos otros trabajos en la ciudad, en estilo barroco y con tres naves, sufriendo graves perjuicios con ocasión del terremoto que sacudió Estambul en 1865, siendo reconstruída por el P. Antoine Giorgiovitch. Su campanario da sobre la calle Ölçek Sokak, conocida también como calle del Papa Roncalli (Juan XXIII).
 
 

Benedicto XV

           Consagrada como catedral en 1876, y a pesar del corto número de sus feligreses, ha recibido la visita de nada menos que cuatro Papas, Pablo VI, Juan Pablo II, Benedicto XVI y recientemente, también Francisco. En su patio se puede contemplar una estatua del Papa Benedicto XV (pinche aquí si desea conocer mejor su figura, glosada en estas páginas), levantada, curiosamente, por la municipalidad estambuleña en 1922, probablemente hasta con alguna aportación del Sultán Mehmet VI, en agradecimiento a su apoyo a los soldados turcos en plena Primera Guerra Mundial, a sus esfuerzos diplomáticos por parar la guerra y al apoyo que brindó para la construcción de un hospital en la frontera sirio-turca.
 
            En la cripta de la catedral están enterrados Giuseppe Donizetti, músico italiano nacido en Bergamo que halló en la corte del Sultan Mahmud II una segunda casa, autor de las marchas “Mahmudiye” y “Mecidiye”, y muchas monjas de la comunidad de Santa María de Sión, a cuya fundadora, descubridora de la casa de la Virgen María en Turquía, conoce bien el buen lector de esta columna (pinche aquí para saberlo todo sobre ella).
 
            En el entorno de la catedral se concentra buena parte de la comunidad católica estambuleña, por lo que si hace Vd. una visita a la magnífica ciudad turca, ya sabe Vd. donde ir si quiere que la probabilidad de encontrar un católico mejore un poco el exiguo índice de 1/3.080.
 
            En la catedral se celebra una misa diaria, así como dos misas en francés y una tercera en inglés los domingos. Y sin más por hoy queridos amigos sino saludar desde estas líneas a la sufrida y exigua comunidad católica de Estambul, la gran Constantinopla, me despido de Vds. una vez más no sin desearles como siempre que hagan Vds. mucho bien y no reciban menos.
 
 
            ©L.A.
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