¿Qué pasa con los cristianos en Oriente Medio?
La histórica visita del Papa Francisco a Tierra Santa, siguiendo los pasos de la realizada en 1964, hace ahora exactamente medio siglo, ha vuelto a concentrar todas las miradas en ese pequeño porción de tierra en el que todo adquiere una dimensión muy por encima de su importancia aparente. Los medios de comunicación se han centrado en la propuesta de paz del papa dirigida a judíos y árabes, a cuyos líderes ha invitado al Vaticano.
Sin negar importancia al gesto, creo que es de justicia que dirijamos nuestra vista por un momento a los cristianos que viven en Tierra Santa, comunidades que son testimonios del nacimiento de la Iglesia y de su primer impulso evangelizador.
Una reciente nota del Pew Research Center nos recuerda la trágica realidad de estos cristianos, mucho menos mediáticos que sus vecinos judíos o musulmanes.
Si tomamos como base el año 1900, en pleno periodo de “aliyás” sionistas y dominio otomano, los cristianos en Oriente Medio eran 1,6 millones. Algo más de un siglo después, en nuestros días, son 7,5 millones (en concreto, en Israel, la tónica es similar, pasando de 34.000 en 1949 a 158.000 en 2012). Los cristianos en la región se han más que cuadriplicado, pero la población general ha pasado de 14,2 millones a 141,4, multiplicándose casi por diez. Esto significa que los cristianos, que hace un siglo eran el 11% de la población, ahora son el 5%.
La causa hay que buscarla en las guerras, discriminaciones y persecuciones que sufren los cristianos, de forma muy notoria en los países en los que los islamistas son más influyentes, y que provocan la emigración de quienes pueden permitírselo, especialmente jóvenes, mientras las comunidades cristianas envejecen en un ambiente hostil. Este fenómeno se ha hecho más intenso desde 2007 y esta región se ha convertida en la más peligrosa para los cristianos en el mundo. La actual guerra en Siria está siendo devastadora. Tampoco, en honor de la verdad, podemos olvidar las bajas tasas de natalidad de los cristianos en comparación con sus vecinos musulmanes.
Confiemos en que la visita del Papa sirva también para visibilizar los padecimientos a que se ven sometidos los cristianos en Oriente Medio y signifique un cambio en el proceder de los distintos gobernantes.