Los catolicoperos
Durante mucho tiempo hemos escuchado a gente de toda clase y condición empezar una frase con “yo soy católico, pero…” y lo que seguía a continuación no tenía mayor trascendencia que la de “no voy mucho a misa”, “la verdad es que rezo poco” y similares, pero nunca como un rechazo o desprecio a lo que en sí mismo significaba ser católico.
Pero tristemente y en los últimos tiempos estamos escuchando personas y grupos que hacen de esta frase algo consciente, voluntario y sobre la que se llegan a diseñar toda una estrategia de vida y acción, y que afirman cosas como “yo soy católico, pero mi grupo y yo rechazamos al papa”, “yo soy católico, pero pertenezco a una asociación de apoyo al aborto”, “yo soy católico, pero creo que en la Eucaristía no hay una presencia real de Jesús si no que es solo un símbolo”…son los “catolicoperos”.
La característica principal de los catolicoperos es que no reniegan de ser católicos, es más, lo afirman incluso con cierta pretensión de autenticidad, pero en la práctica viven y predican cosas totalmente contrarias a la misma doctrina católica. Suelen empezar con una crítica a la Iglesia como institución y al Papa en particular. Esto, que sería algo normal puesto que todos somos susceptibles de ser criticados, se convierte en los catolicoperos en algo feroz, brutal, mucho más que las críticas que podrían hacerse desde los sectores ateos más anticlericales. Posteriormente siguen con el rechazo a la moral, en especial a la moral sexual y familiar. Muchos de ellos viven amancebados, están divorciados, justifican el uso de anticonceptivos o incluso algo mucho más grave pues hacen lo mismo con el aborto.
Y para rematar el rizo los catolicoperos terminan renegando de los mismos dogmas de fe, desde la concepción virginal de Jesús hasta su misma condición divina, convirtiendo el mensaje evangélico tan solo en una base de inspiración para no se qué proyecto político-social.
Socialmente se trata de un grupo muy minoritario pero muy bien organizado. Se asocian en entidades muy pequeñas pero de nombres muy llamativos tales como “católicas que vamos a abortar”. “cristianos por la homosexualidad”, “redes sociales de inspiración evangélica” y cosas similares (los nombres son ficticios, sólo a modo de ejemplo). Reciben un apoyo muy grande de los medios de comunicación de masas de ideario anticlerical, como el grupo Prysa en España, que los utiliza, y se dejan utilizar, para contrarrestar cualquier concepción del magisterio y dar la sensación de que existe una “profunda división en la Iglesia” cuando los catolicoperos no representan ni a una ínfima parte del pueblo creyente. Pero también han calado en alguna orden religiosa que les ofrece toda su estructura organizativa y suelen realizar llamativos “congresos” y “encuentros”.
Los catolicoperos escogen con frecuencia ”gurús” como algunos obispos latinoamericanos, teólogos que se han desmarcado de la doctrina, etc. Algunos de ellos son exsacerdotes en rebeldía con su obispo pero que siguen “oficiando” misa para sus correligionarios. Suelen hablar mucho de “compromiso” pero solo en el aspecto político social (muchos han roto sus compromisos como sacerdotes o cónyuges) o citan el concilio Vaticano II con frases o conceptos que no aparecen en el mismo.
La gran mayoría de los catolicoperos son gente de bien, tienen grandes ideales y suelen ser de trato fraterno y generoso. El problema es que han hecho un batiburrillo entre la doctrina cristiana, el relativismo moral, el nihilismo, las ideologías pseudoprogresistas y la libertad personal como bien absoluto que al final se les reconoce fácilmente todos su peros pero muy poco su condición de católicos.