Jueves, 14 de noviembre de 2024

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El Islam está en guerra consigo mismo

por Wiederholen

El columnista hindú Hasan Suroor en referencia a la “crisis existencial que enfrenta el Islam”: “El Islam está en guerra consigo mismo... entre los moderados y los extremistas, entre chiítas y sunnitas, y entre los poderes musulmanes pro-occidentales y anti-occidentales”.

En un artículo reciente, el columnista hindú Hasan Suroor analiza el fracaso de las revoluciones de la Primavera Árabe que marcan el comienzo de una era de cambio democrático en los países islámicos, y advirtió que el Islam se enfrenta a una crisis existencial.

Lo siguiente son extractos del artículo, originalmente en inglés y publicado por el diario liberal hindú The Hindu:

 

 

 

Con Osama Bin Laden muerto y Al Qaeda dispersado, los musulmanes moderados salieron a reclamar para ellos al muy vilipendiado Islam político de los extremistas durante la primavera árabe; aclamado como el tardío momento de iluminación del Islam.

 

Uno no tiene que ser un poeta revolucionario como Faiz Ahmad Faiz para observar los acontecimientos en el mundo musulmán y lamentarse por haber sido engañados por la promesa de un falso amanecer - tal como lo hizo él de forma memorable para el momento de la independencia de India, Yeh woh sehar a nahin jiski arzoo le kar, chale the yaar ke mil jayegee kabhi na kabhi [Este no es el anhelo de la mañana por el cual, volveremos a ver a los amigos que marcharon].

 

Hace apenas dos años por estas fechas, la calle árabe parecía estar en la cúspide de una revolución democrática histórica que se suponía definiría el Islam en el siglo 21. Un Islam compatible y a gusto con los valores democráticos de la libertad de expresión y la tolerancia.

 

Con Osama bin Laden muerto y un Al-Qaeda dispersado, los musulmanes moderados establecieron reclamar para si el tan maligno Islam político de los extremistas. La visión de articular a los jóvenes musulmanes con sus Blackberrys y iPhones anhelando de cambio y presionar por una ruptura radical con el pasado cautivó al mundo. Incluso los islamófobos se vieron obligados a repensar sus teorías favoritas sobre el Islam.

 

Este fue aclamado como un momento tardío en la Iluminación del Islam - una época apasionante en que incluso una protesta callejera menor llegó a ser celebrada como un signo del despertar musulmán. El himno de William Wordsworth a la Revolución Francesa pudiera así aplicarse a la ´Primavera Árabe´, ´Gozo fue en ese amanecer de estar vivo, pero ser joven era como estar en el cielo!

 

El viejo y aterrador rostro del Islam proyectado por los extremistas está de vuelta con una venganza; Los así llamados yihadistas - han tomado de vuelta el punto álgido crucial en la batalla por el alma del Islam"; "Pocas revoluciones en la historia moderna han resultado ser tan malas"

 

...Sin embargo, todo eso pareciera que fue hace tanto tiempo. El viejo rostro aterrador del Islam proyectado por los extremistas está de vuelta con una venganza. Los así llamados yihadistas se han aprovechado del filo crucial en la batalla por el alma del Islam. De hecho, sería más exacto decir que, sin darse uno cuenta, los musulmanes moderados han tirado brevemente sus logros obtenidos en esos días embriagadores del 2011.

 

Pocas revoluciones en la historia moderna han tenido tan mal resultado, y han sido tan vorazmente devoradas por sus propios hijos. Hoy día, gran parte del mundo musulmán está en peores condiciones que antes - un caldero hirviente de odio e intolerancia, y desgarrado por una feroz violencia sectaria. Fundamentalmente, por primera vez, el "Gran Satán" [Estados Unidos] no tiene nada que ver con lo que está pasando allí. No hay George W. Bush, ni Tony Blair. De hecho, Estados Unidos ha hecho todo lo posible para mantener fuera de este aun a riesgo de alienar a algunos de sus aliados europeos...

 

El enredo es autoría total de los musulmanes. Es el ´Gran Satán´ dentro del cual se está causando el daño. Islam está en guerra consigo mismo, que está librando, simultáneamente, en varios niveles - entre moderados y extremistas; entre chiítas y sunitas y entre la pro-occidental (Arabia Saudita y sus aliados del Golfo) y las potencias musulmanas anti- occidentales (Irán, Líbano, Siria).

 

Tal vez, por primera vez desde el surgimiento del Islam político en su horripilante forma presente en el siglo pasado el blanco de odio no es Occidente. Es mucho más un asunto intra musulmán. Los guerreros así como también sus objetivos son todos indígenas. Mayormente, es la lucha contra los musulmanes combatiendo a otros musulmanes siendo los cristianos que a menudo quedan atrapados en el fuego cruzado.

 

Es una guerra de poderes con el Irán chiíta, Irak, y Siria de un lado, y los saudíes y sus aliados sunitas como Qatar por el otro: La expulsión del gobierno de Morsi y la persecución de la Hermandad Musulmana no tienen nada que ver con proteger a Egipto del extremismo islamista.... es Arabia Saudita que flexiona sus músculos sunnitas.

 

Uno de los aspectos más preocupantes es el sangriento resurgimiento de las hostilidades entre chiítas y sunitas. Irak, Egipto, Líbano, Siria y todos han sido absorbidos por un ciclo de violencia de musulmanes contra musulmanes que hace que los problemas entre católicos y protestantes en Irlanda del Norte se vean como un juego de niños.

 

Tan sólo en Irak, más de 6.000 personas murieron en la violencia entre chiítas y sunnitas en el 2013 - ´una cifra de muertos que no se veía desde el 2008´, según la BBC En Asia Occidental, una forma de limpieza étnica está sucediendo donde los chiítas se ven obligados a huir de las zonas mayormente sunitas, y viceversa. La región está inundada de refugiados de ambas sectas elevando el espectro de una crisis estilo palestina de los musulmanes apátridas/y sin hogar.

 

Se calcula que más de un tercio de la población siria ha sido desplazada, con una presión efectista en cadena que se siente en toda Asia occidental. En el Líbano, la presencia de refugiados musulmanes sunitas ha puesto presión en su ya frágil balance sectario. Las tensiones están siendo impulsadas por el grupo militante chiíta Hezbolá, que apoya activamente al Presidente sirio Bashar Al-Assad, compañero de la secta chiíta alauí. Y todo esto ocurre con las bendiciones de los regímenes sunitas chiítas alineados para rivalizar con los intereses sectarios.

 

Es una guerra de poder con los países chiítas Irán, Irak y Siria por un lado, y los saudíes y sus aliados sunnitas como Qatar en el otro. La expulsión del gobierno de Mohammad Morsi y la persecución de la Hermandad Musulmana no tienen nada que ver con proteger a Egipto del extremismo islamista o en la defensa de la laicidad y la democracia. Es Arabia Saudita que flexiona sus músculos sunitas, tal como lo hizo cuando ayudó a aplastar un naciente levantamiento en Bahréin. (Para evitar cualquier percepción de parcialidad, déjeme declarar que soy sunita.)

 

Los ´revolucionarios´ sin líderes de Plaza Tahrir han sido fatalidades de una lucha casi religiosa más amplia entre las principales potencias musulmanas por la supremacía"; "Lo que vimos en la calle árabe fue solamente idealismo y rabia; ningún liderazgo, ninguna organización y sin un guión alternativo.

 

Los sin líderes ´revolucionarios´ de Plaza Tahrir han sido víctimas de una lucha casi religiosa más amplia entre las principales potencias musulmanas por la supremacía. En lugar de fijar una agenda para un ´nuevo´ Egipto, han terminado sirviendo a las agendas de los demás.

 

Primero el ejército los utilizó para deshacerse de Hosni Mubarak representándose a sí mismo como el defensor de la revolución y, luego suprimiendo a la Hermandad Musulmana que, como la única fuerza política organizada en el país, planteó una amenaza a su influencia.

 

La fallida primavera árabe es una lección objetiva de cómo no hay que organizar una revolución. Contrariamente a la idea romántica de una revolución espontánea, es en realidad una bestia fría, que necesita de un liderazgo creíble y un alto nivel de organización, de una ideología coherente y un plan claro pensado para después. En su lugar, lo que vimos en la calle árabe fue sólo idealismo y rabia. Ningún liderazgo, ninguna organización y ninguna alternativa escrita.

 

Esto le permitió a todo tipo de elementos sus propias agendas - al ejército, a los disidentes poco fiables en el país y en el extranjero, y a los extremistas - intervenir y secuestrar el espectáculo. La única excepción es Túnez, donde tras el caos inicial, Ennahda, un partido islamista moderado bien organizado, ha sido capaz de proporcionar un semblante de alternativa democrática estable.

 

Ha habido un aumento alarmante de violencia anti-cristiana con ataques a iglesias, hogares cristianos y negocios sin ninguna provocación aparente"; "Es comprensible que existe una profunda preocupación por el futuro del cristianismo en la tierra de su nacimiento.

 

... ¿Y qué hay respecto al trato del Islam hacia otras religiones?

 

Ha habido un aumento alarmante de la violencia anti-cristiana con ataques a iglesias, hogares cristianos, y negocios sin ninguna provocación aparente. En Egipto, la minoría comunidad cristiana copta vive con miedo luego de una serie de ataques presuntamente a manos de partidarios de la Hermandad Musulmana. Cientos de iglesias y otras propiedades pertenecientes a cristianos han sido destruidos o saqueados al parecer porque el Papa copto Tawadros II habló en apoyo a los gobernantes militares. En Siria, los cristianos han sido atacados por las fuerzas anti-Assad que los acusan de apoyar a su régimen.

 

Los cristianos de todo el oeste de Asia [es decir, el Medio Oriente] se sienten inseguros, y hay un clima de miedo. Hay informes a gran escala de una ´huida cristiana´ de la región, en casi un tercio de los cristianos solo de Siria.... Los cristianos que están siendo apuntados no son expatriados occidentales, no representan los intereses occidentales. No es que el haber realizado ataques contra ellos sea algo más legítimo. Son comunidades históricamente establecidas - como cualquier árabe o árabe musulmán en términos de sus raíces históricas en la región. Lógicamente, existe una profunda preocupación por el futuro del cristianismo en la tierra de su nacimiento.

 

El Príncipe Carlos, uno de los pocos amigos de alto perfil de los musulmanes en Occidente y que ha hecho un mucho por promover el diálogo entre musulmanes y cristianos, ha expresado su consternación. Este le dijo a una audiencia interreligiosa en Londres recientemente que había pasado 20 años tratando de ´construir puentes entre el Islam y el cristianismo para disipar la ignorancia y la incomprensión´. Pero estos puentes estaban ahora ´siendo rápidamente destruidos deliberadamente por quienes tienen un interés personal en hacerlo....´

 

Más allá de las decepciones del falso despertar árabe, se encuentra sin embargo, la cuestión más amplia de la crisis existencial que enfrenta el Islam en la tierra de su nacimiento. Dada su trayectoria regresiva, los musulmanes liberales, en especial, tendrán toda la razón en preocuparse por la forma en la que el Islam emergerá de esta crisis. No tiene buena cara.

 

NOTAS

 

http://www2.memri.org/bin/espanol/ultimasnoticias.cgi?ID=SD561714

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