Progresismo Adolescente
El Papa Francisco nos ofrece un magisterio cotidiano muy interesante.
Tiene un doble peligro: a) Negarle importancia por realizarse casi todos los días. b) Acostumbrados a un lenguaje más solemne y especializado, que nos parezca pobre.
Creo que el papa nos está diciendo con sencillez verdades elementales de nuestra fe.
Hablando del sentido de la ley, hace observaciones muy certeras y que nos pueden ayudar a una vivencia más profunda de la misma.
La ley no tiene, en
Para discernir sobre la ley, dice el papa, Jesús nos da la ley del Espíritu, que nos hace libres. Se trata de una libertad que nos da miedo. La podemos confundir con cualquiera otra libertad humana. “La ley del Espíritu nos lleva por el camino del discernimiento continuo para hacer la voluntad de Dios: también esto nos asusta”.
Cuando nos asalta el miedo, se os plantean dos tentaciones: 1ª Volver atrás. Nos gusta más la seguridad que el riesgo. Es miedo a la libertad. El Espíritu empuja hacia delante. Es más exigente que cualquier seguridad humana; y hace más felices. Nunca podremos controlar al Espíritu Santo. 2ª El papa la definió como <
Si se impone el capricho, corremos el riesgo de hacer de la voluntad de Dios un autoservicio. Tomamos lo que nos gusta y terminamos fuera del camino.
La actitud verdadera en esta etapa de