¿El fracaso de la N. Evangelización? Un retiro con Stewart Keiller.

El verano tiene estas cosas: las vacaciones (para algunos) no son sólo playa, piscina y actividades más o menos familiares. También son ideales para tomarse tiempo y profundizar aspectos de la vida de fe que son difíciles de abordar en la rutina acelerada del curso normal.

Bueno, pues resulta que ayer terminé  un  encuentro de un par de días con el escritor y reconocido líder cristiano británico Stewart Keiller. Una verdadera suerte, pueden creerme. Unos pocos responsables de diferentes realidades dedicamos esas cuarenta y ocho horas a hacer un repaso de algunos temas cruciales relacionados con el “después” de la Nueva Evangelización.

 ¿“Después” he dicho? ¡Vaya, si parece que la verdadera noticia está precisamente en el “durante”! Precisamente el verano es el tiempo ideal para realizar iniciativas de todo tipo encaminadas a presentar la persona de Jesús a los no creyentes.  Y así, las playas, las plazas, las calles de algunas ciudades se convierten en nuevos “Areópagos” donde algunos hermanos nuestros (sobre todo gente joven) comparten su fe con quiere oírles, y les invitan a tomarse al menos unos minutos para revisar su vida un poco, y vaciar la carga de su corazón a través del sacramento de la confesión.

¡Benditos sean estos evangelizadores! Estoy seguro de que el Cielo entero se alegra con cada una de estas iniciativas, por humildes que puedan ser.

Sin embargo, no salió de nada de eso en las conversaciones del encuentro que de que les hablo. Ni una sola vez.

Y no es que no nos preocupe la forma en la que llevamos a las personas la Buena Noticia del Señor. ¡Ya lo creo que nos preocupa! Pero, la verdad es que creo que todos los que estábamos allí veníamos un poco de vuelta de toda esta historia. ¿Qué quiero decir con esto?

Veamos. En España, la “Nueva Evangelización” está de moda: es un hecho. Salir a las calles, tocar la guitarra y acercarnos a la gente de forma personal para decirles que Dios existe de verdad y que les quiere, nos parece   una verdadera audacia,  “lo último”,  y la respuesta definitiva al problema de secularización de nuestra sociedad.

Sinceramente yo creo que eso no es verdad en absoluto. Se trata de un tópico más, generalmente fruto de nuestro desconocimiento de otras realidades y de otros países.

Miren, la “evangelización por las calles”, el invitar a las personas a un lugar para que puedan orar, o para que puedan orar por ellos, la música, el mimo o el teatro, o los partidos de voleybol en la playa, es algo que viene haciéndose en EEUU en el Reino Unido, en Alemania, en Holanda… y hasta en la propia España, por lo menos desde los años 60. Yo mismo tuve esa experiencia en algunas ciudades españolas siendo casi un crío, a finales de los 70…

Stewart Keiller dirige una comunidad (BCC) que cuenta con unas 600 personas. Sus miembros son ingleses absolutamente normales de clase media. Su grupo de jóvenes cuenta con 160 miembros (y creciendo). Ellos y otros descubrieron, hace ya tiempo, que “salir a la calle” es en realidad más útil para fortalecer la fe de los propios “evangelizadores” que para conseguir nuevos convertidos.

¿No saben que hay concienzudos estudios, publicados desde hace muchos años que analizan la efectividad de estas prácticas, y el resultado de ellas en términos de creyentes consolidados, que realmente cambian sus vidas?¿Conocen sus resultados…?

Ir a la calle está bien, claro que sí: hay que perder el miedo. Pero no nos engañemos... los tiros no van por ahí.

Seguimos yendo con años de retraso. Seguimos pensando que la Nueva Evangelización es una cuestión de dar con un método. En Fe y Vida nos encontramos con frecuencia con personas que nos preguntan  por “técnicas” para hacer que funcione. Pues ¿saben qué? los primeros cristianos  no salían a la calle a evangelizar (además muchas veces no podían, claro está). Obviamente tampoco debían saber mucho de “métodos” y sin embargo sus comunidades crecieron como un reguero de pólvora a lo largo y ancho del Imperio…

¿Cuál era el secreto de su éxito? La razón de la eficacia era simplemente  la Comunidad viva. Un grupo de gente que acogía, amaba y enseñaba, que  discipulaba al nuevo convertido y enseñaba a tener comunión con el Dios vivo… a lo largo de los años. Allí se encontraba, en la práctica, una nueva sociedad, que, estando en el mundo, ya no era de él.

Los cristianos en España de hoy seguimos hablando de “Encuentros”, “Primer anuncio”, “Escuelas de evangelización y metodologías con nombres extranjeros… Y sí, todo eso está genial, pero  me temo que si no cambiamos de perspectiva los resultados dentro de unos años habrán sido muy escasos, la moda de la Nueva Evangelización pasará y alguien empezará a pensar que igual la solución está en volver a la misa en latín…

Stewart nos habló durante mucho tiempo de los pasos, dificultades, desastres y logros que llevan a conformar una comunidad de creyentes maduros, que comparten su fe y sus bienes y que “anuncian la Buena Nueva a los pobres”. Han tenido éxito en un país todavía más secularizado que España, y, cuando su líder muera, o se vaya, la obra no dependerá de él para seguir, precisamente porque son "cristianos adultos". Ese es el futuro de la Iglesia en Inglaterra.

En España también.

Déjenme acabar contando un secreto. Resulta que en el porche de mi casa tengo una gran enredadera. Pues bien, este año unos pajarillos decidieron anidar en ella. Así que me he pasado la Primavera viéndoles trabajar día a día, construyendo con mucho esfuerzo un refugio confortable y seguro para sus futuros polluelos.

Sólo al final, cuando todo estuvo listo, pusieron los huevos.

Poner los huevos es fácil y rápido, pero ningún ave lo hace antes de haber trabajado duramente para construir un nido.

… El Señor nos dijo que nos fijáramos en las aves del cielo… (Mt 6,26)

Un abrazo muy fuerte a todos.