Por favor, cultiva el espíritu
Me he encontrado, como siempre me pasa buscando otras cosas, con esta interpretación magistral de uno de los temas más bellos creados para una película, "la Misión", sin duda una de las películas más inspiradoras que he visto en mi vida. Conduce la orquesta el mismísimo Ennio Morricone, el compositor de la banda sonora. Por favor, dedícale 9 minutos de tu tiempo a ver y escuchar esto...
Me parece que es muy difícil escuchar una pieza como ésta sin sentirse emocionado. Si a alguno de mis lectores le pasa, debería empezar a preocuparse, porque algo está mal en su interior. Igual debería aparcar su televisión, su móvil, su tablet, su ipod, su reloj inteligente o todas esas cosas a la vez una temporada y empezar a cultivar una dimensión de su vida sin la que no puede considerarse propiamente una vida humana. Si no somos capaces de emocionarnos ante la belleza es que hay algo en nuestro vida que está atrofiado, y conviene que lo desarrollemos cuanto antes. Cuando a uno le operan una pierna y tiene que estar postrado una temporada enflaquecen sus músculos. Restablecerse implica también fortalecer lo que no ha actuado con normalidad en esa temporada de convalecencia. Quizá nos pase algo parecido con nuestros músculos espirituales. Nos falta leer, escuchar buena música, ver películas interesantes, tener charlas tranquilas con nuestros amigos, pensar, sobre todo pensar, reflexionar sobre nosotros mismos, lo que hacemos o quisieramos hacer.
Leía hace unos días las evaluaciones de un alumno sobre la asignatura de ética ambiental que impartí el pasado curso. Decía que les había hecho pensar en cosas sobre las que no había tenido tiempo de hacerlo. No tener tiempo para pensar sobre lo que es bueno y malo, sobre los valores que configuran la vida de cada uno es cuando menos preocupante."Nunca hagas deprisa lo que es para siempre" dice un pensador latinoamericano, subrayando la importancia de cultivar nuestra dimensión espiritual (De los Santos Salvador Lima Huerta, Inteligencia espiritual, 2013, 81). Necesitamos recuperar la dimensión espiritual, que es la única que realmente nos hace felices.
Es difícil hacerlo si seguimos confiando nuestro ocio a la tecnología, que es por definición inmediata. Necesitamos tiempo para lo esencial. Demorarnos pensando en lo que realmente llena nuestra vida, meditar (orar si eres creyente, no solo contigo mismo, sino con Dios que siempre te escucha). Me sigue pareciendo de gran actualidad el libro clásico de Schumacher, "Lo pequeño es Hermoso", que plantea la necesidad de cultivar nuestra faceta espiritual, mermando la material que -cuando se convierte en protagonista- nos acaba destruyendo por dentro. "Nos dicen en ocasiones que hemos entrado en la era de la "sociedad del conocimiento". Esperemos que sea verdad. todavía tenemos que aprender a vivir pacíficamente, no solamente con al resto de la humanidad, sino también con la naturaleza y, sobre todo, con esos Poderes más altos que han hecho a la naturaleza y que nos han hecho a nosotros. Porque, seguramente, no hemos venido a este mundo por accidente y ciertamente no nos hemos hecho a nosotros mismos" (E.F. Schumacher, Small is beautiful. Economics as if People Mattered, 1973, 22).
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