Intereconomía apoya la protestante evangélica Mi Esperanza
La noche de ayer a buen seguro sorprendió a más de uno de los habituales espectadores de Intereconomia Tv y algunas otras cadenas de la TDT de ámbito autonómico como Canal Català TV, cuando a las 21:30 se lanzó el estreno de Mi Esperanza, una campaña evangelística televisiva de tres días organizada por las Iglesias Evangélicas de España en colaboración con la asociación Billy Graham.
Para quien no esté familiarizado con el mundo anglosajón, Billy Graham es el predicador cristiano que más repercusión mediática ha tenido en el mundo protestante en los últimos 50 años, siendo asesor personal de todos los presidentes recientes de los Estados Unidos, y habiendo predicado el evangelio a millones de personas en el mundo entero.
La idea de Mi Esperanza, que se ha llevado a cabo en multitud de países, es ayudar a que los cristianos de un país inviten a sus vecinos y amigos a sus casas, para juntos ver un programa televisado en una cadena nacional, que les hable de Dios y Jesucristo dándoles una oportunidad de conversión personal en un marco tan distinto del habitual como es el hogar.
Lo hermoso del tema es que esta iniciativa ha conjuntado a todas las iglesias evangélicas españolas, y en el vídeo se predica la conversión personal a Cristo sin mencionar iglesias particulares, lo cual a mi entender es un ejemplo de unidad y coherencia con el mensaje que se quiere predicar.
Pero la idea no ha estado exenta de dificultades, ni de polémicas; la primera de ellas ha sido el azaroso periplo que les ha hecho llamar a la puerta de todas las grandes cadenas nacionales y ser rechazados.
Que cadenas como Cuatro, la Sexta y demás especímenes anticristianos del panorama televisivo español, no hayan querido acoger algo tan netamente cristiano con un propósito de conversión tan claro, es algo muy revelador de la ideología que las anima, que hace que ni por dinero quieran saber nada del Evangelio de Jesucristo.
¿Y quién creen que ha acabado acogiendo la campaña? Pues al final una cadena tan marcadamente católica como Intereconomía, lo cual no ha estado exento de polémica entre los propios protestantes por la también notoria alineación política de la misma.
Dejando a un lado el tema político y estético tan temido por algunos, quisiera hacer notar lo extraordinario de la situación, pues esta campaña promovida por los evangélicos españoles ha demostrado que lo que quieren es que se propague el Evangelio, y es de alabar la decisión de ir adelante con la catolícisima Intereconomía.
¿Y qué decir de la jugada por parte de la cadena católica?
Pues alabar que desde el principio estuvieron abiertos al tema, y me consta que han llegado a consultarlo a nivel de Conferencia Episcopal. Me imagino que en algún momento se preguntarían ¿qué hacemos nosotros católicos prestándoles el altavoz a los evangélicos?
Y la respuesta de la Conferencia Episcopal ha sido positiva, y también me consta que un responsable de la Iglesia en este campo ha encomiado el video que se emitió agradeciendo a los promotores la labor realizada.
Todo un ejemplo de los tiempos que corren, en los que la Iglesia por boca del papa Benedicto XVI en su reciente viaje a Alemania nos está pidiendo la colaboración con las iglesias separadas hermanas:
“Profundizar la unidad entre católicos y evangélicos es esencial en este momento histórico. Cuando acepté la invitación a este viaje, para mi era evidente que el ecumenismo con nuestros amigos evangélicos tenía que ser un punto central del mismo.
Vivimos en un tiempo de secularismo y como cristianos, juntos, tenemos la misión de hacer presente el mensaje de Cristo, hacer que sea posible creer. Estar juntos, católicos y evangélicos, es un elemento fundamental de nuestro tiempo, aunque no estemos unidos institucionalmente, aunque todavía haya problemas grandes, estamos unidos en el fundamento de la fe en Cristo".
Yo sé que a más de uno estas palabras le resultarán difíciles de entender, pero son el signo de los tiempos además de la llamada de Jesucristo en la Biblia y de la Iglesia por medio de sus legítimos pastores.
Vivimos un momento histórico en el que por encima de divisiones hemos de anteponer el mandato de Cristo de amarnos, vivir en unidad y hacer que el mundo crea.
Contemplando el primer video de Mi Esperanza me vienen a la mente mil reflexiones:
La primera es común a protestantes y católicos: ¿por qué tenemos necesidad de que nos vengan a predicar por televisión lo que todos los domingos estamos predicando en la iglesia?
Me parece toda una paradoja de los tiempos postmodernos donde lo que no sale por televisión no existe y los promotores son bien conscientes de la credibilidad que tiene la caja tonta. Si uno se para a pensarlo, da rabia tanto esfuerzo perdido explicando algo día y noche- el Evangelio- para que la gente no lo entienda.
La segunda, un clásico para mi, es reiterar que la genialidad de los protestantes es tener clarísimo que el cristianismo empieza por el kerigma, la proclamación de Cristo muerto y resucitado por mi, al que sigue un paso de fe y aceptación personal. Eso es lo que mejor saben hacer, y debiéramos aprender de ellos, porque son expertos en promoverlo.
La tercera, y última por no aburrir, es constatar lo interesante que resulta el evangelio cuando se le pone cara y nombre como lo hace el video en la persona de todos los que hablan dando su testimonio de esperanza fundado en Jesucristo.
La evangelización hoy en día pasa más por compartir historias de personas con nombres y apellidos, que por predicar ideas y verdades abstractas. Esto es algo tan viejo como el cristianismo mismo, y como bien describen en Comunión y Liberación, esa fascinación por la persona que te lleva a Cristo es fundamental en el acontecer cristiano.
Viendo el video de Mi Esperanza uno ve rostros limpios, gente sonriente, vidas pacificadas…y no hay trampa ni cartón en todo esto, son testimonios de cristianos de a pie que viven su vida en medio de nosotros e irradian ese no sé qué tan diferente de lo que tiene que ofrecer nuestra sociedad.
Hay belleza en estas personas, y en lo que están intentando transmitir, y cualquiera que ame a Cristo puede apreciarlo sin importar la denominación cristiana a la que pertenezca.
El gran desafío es si la gente de hoy lo entenderá, si el mensaje, tal cual está planteado en clave de exhortación y testimonio será acogido por quienes no creen, están enfriados o alejados.
El tiempo y los frutos de esta campaña lo dirán, y a nosotros no nos pertenece, pues es Dios quien germina lo que los hombres siembran.
Concluyendo, no todos los días se ve algo como Mi Esperanza, y me gustaría recomendarlo a todos lo que puedan verlo esta noche o mañana (son tres noches seguidas de programa) animándoles también a echar un vistazo a la página web de la campaña donde se van colgando las emisiones.
Luego me cuentan, y si les parece “demasiado protestante” les invito a en vez de criticar hacer lo mismo en “católico”, que falta hacen iniciativas tan encomiables como estas…estoy seguro de que el producto al final no sería muy diferente…cambiarían los rostros, la manera de hablar, cierta terminología y el estilo de proponer la conversión…pero al final sería el mismo perro con distinto collar, que no es otro que el mensaje de salvación del Evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios que me amó y se entregó por mi…y por todos.