Cristianos huyen del "otoño árabe"

 Cerca de 93 mil cristianos coptos han salido de Egipto desde el 19 de marzo de 2011 según Naguib Gabriel, director de la Federación Egipcia de Derechos Humanos.

Naguib Gabriel cree que el número puede aumentar a 250.000 a finales de 2011.

La tendencia actual de la emigración pone en peligro la estructura copta de  la población de Egipto, Naguib Gabriel dijo al diario egipcio Al-Masry Al-Youm el domingo 25 de septiembre de 2011, e instó a la decisión del Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas (SCAF) y el gabinete egipcio para que trabajasen en la contención del fenómeno.

Naguib Gabriel basa los datos indicados en el informe en la información que le proporcionan las iglesias coptas y las comunidades en el extranjero.

"Cerca de 16.000 emigraron a California, mientras que 10.000 se mudó a Nueva Jersey, 8000 a Nueva York, y 8000 a otros estados de Estados Unidos, Alrededor de 14.000 fueron Australia, 17.000 en Canadá, y 20.000 se establecieron en los Países Bajos, Italia, Inglaterra, Austria, Alemania y Francia."

Gabriel atribuye la emigración copta a los grupos salafistas que quieren aplicar el Shari´a, la ley islámica, la prohibición a los cristianos para ocupar altos cargos del gobierno, los ataques a las iglesias coptas y la incapacidad del gobierno para llevar a los atacantes islamistas ante la justicia.

El jefe de la comunidad evangélica en Egipto, Safwat al-Bayadi, también expresó su inquietud acerca de la emigración copta, y señaló que la continuación de esta tendencia depende de las fuerzas políticas que gobiernen el país en el futuro.

Los cristianos constituyen cerca del 10 por ciento de la población de Egipto. Después de la caída del ex presidente Hosni Mubarak en febrero, las preocupaciones han ido en aumento entre los cristianos sobre la creciente influencia política de los grupos islamistas, que consideran a los coptos como infieles y les niegan el derecho de asumir los altos cargos del gobierno.

Después de la primavera viene el verano, pero en Egipto empieza el otoño religioso islámico, y los cristianos temen que se avecine un “invierno árabe”.

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