Los maltratados progresistas
por Wiederholen
La auto proclamada “elite progresista” actúa como la mujer maltratada por su marido polígamo macho alfa que hace todo lo posible, y lo imposible, para no enojar y disgustar a su violento marido.
Esta mujer maltratada considera que los golpes que recibe le son bien merecidos, y que cuando su agresivo marido le apalea y aporrea es por no haber sabido comportase bien con él.
Su iracundo marido polígamo tiene otra esposa. Esta segunda esposa se defiende y rechaza los bastonazos cuando es golpeada.
La primera esposa piensa que es incorrecta la actitud de la segunda esposa al oponerse a ser golpeada, lo que le hace merecedora de los garrotazos que recibe. Ella (la primera esposa) cree que si la segunda esposa no fuera protestona, si no rechistase, y aceptase apaciguadamente los bastonazos, como ella misma hace, el canallesco marido de ambas estaría tranquilo.
En la cabeza de la primera esposa no le cabe la idea que su marido es un inmoral y brutal.
Richard Landes, ha escrito en The Telegraf que hay una serie de recientes encuestas que muestran que la mayoría de los occidentales están hartos de los islamistas y de su violento ideario supremacista contra los valores de los europeos.
Se está abriendo una brecha entre la auto proclamada elite progresista y el resto de ciudadanos.
Esta “elite progresista” multikulti, izquierdista, y relativista moral se comporta sumisamente y cobardemente como la primera esposa maltratada por su marido macho alfa, -el islamismo-, para no enojar y disgustar a su marido islamista. Esta primera esposa, [la auto proclamada elite progresista], considera que los golpes que le propina su marido –el islamismo- le son bien merecidos, y que cuando le apalea y aporrea es por no haber sabido comportarse bien con él.
Esta mujer maltratada, la primera esposa [progresista” multikulti, izquierdista, y relativista moral], piensa que lo correcto es el apaciguamiento, el sometimiento, acatamienbto, resignación y colaboración, y que es incorrecta la actitud de defensa de la segunda esposa –Israel-, que se resiste a la brutal paliza que le somete el marido de ambas, el islamismo-.
En la cabeza de la primera esposa no le cabe la idea que su marido es un brutal e inmoral criminal.
Estos “prógres” maltratados impregnados del síndrome de Estocolmo critican a Israel cuando es agredido por el macho alfa –el islamismo-.
Si Israel recibe los golpes, ¡ es porque se los merece ¡. Si el macho alfa islámico atentó el 11-S ¡ es porque los americanos se lo merecían ¡ Si el macho alfa islamista atentó el 11-M en Atocha-Madrid, ¡ es porque los españoles y el protestón de Aznar se lo merecían.
Es importante no depender de esta cobarde y sumisa primera esposa para defender los logros de la cultura y libertades en Occidente.
NOTAS