La cortinilla
Voy a continuar hoy con los rasgos del semicristiano (ver aquí los anteriores: primero, segundo, tercero).
Empezaré con un ejemplo. Todo el que haya viajado en avión ha visto "la" cortinilla, esa que separa los asientos de “clase business”de los asientos de “clase turista”. En ese avión, todos los pasajeros viajamos al mismo destino, pero…lo hacemos en dos categorías.
Pues algo así pasa en la Iglesia. Todos viajamos hacia el Cielo pero para el semicristiano parece que hubiera una cortinilla, que separa a los cristianos en dos clases:
- Clase Superior: Siguen más de cerca a Dios, y entrega total
- Clase Inferior: Siguen pero no más de cerca a Dios, y entrega no total
Por un lado están los monásticos (y aquí incluyo a monjes, sacerdotes, seglares consagrados...) que son la clase superior, y que pareciera que se entregan más y siguen más de cerca a Dios. Esto está tan incrustado en la gente que en cualquier libro espiritual se puede leer cosas como: “La vida consagrada consiste en una entrega total (…), un seguimiento más de cerca (…)”. Incluso el Código de Derecho Canónico dice (Canon 573.1): “La vida consagrada (…) es una forma estable de vivir en la cual los fieles, siguiendo más de cerca a Cristo (…)”.
¿Y quiénes son la clase inferior, la clase"turista"? Pues el resto del pueblo, los seglares "corrientes", que,según muchos, ni se entregan totalmente ni siguen más de cerca a Dios.Esta gente lo que piensa es: "Que trabaje la primera clase (el cura, el consagrado, el monje...), que para eso son los entregados. Yo con colaborar un poco, ser buena persona y hacer lo que me digan, cumplo de sobra".
Pues de eso nada. Aquí lo que hay es dos formas de ser cristianos: los seglares (fundamentados en el Génesis) y los monásticos (fundamentados en el Evangelio del Joven Rico). Y Dios da a cada uno elegir (por razones personales, de inclinación, de carácter…) una u otra vía, cada uno con su praxis propia. Pero todos con la misma obligación de seguir de cerca a Dios, tener una entrega total y cumplir el Evangelio.
Y si alguno se entrega menos o sigue más de lejos a Dios, es porque no está haciendo lo que debe. Continuaré.
Aramis
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