El peligro de ser sacerdote y no cristiano
El peligro de ser sacerdote y no cristiano
“Soy obispo para vosotros, soy cristiano con vosotros. La condición de obispo connota una obligación, la de cristiano un don; la primera comporta un peligro, la segunda una salvación.” (S. Agustín Serm. 340)
Qué extraordinario encontrar un sacerdote, en este caso obispo, que sabe ser ministro para el pueblo de Dios y cristiano con el pueblo de Dios.
Esto me ha hecho pensar en que muchas veces en la Iglesia tenemos a los sacerdotes tan atareados y tan en su papel de sacerdotes, que jamás encuentran un espacio para también ser cristianos con nosotros los laicos.
Por supuesto, ellos celebran la Eucaristía para y con la comunidad, administran otros sacramentos, dirigen la catequesis, dan formación, acompañan…pero, ¿dónde y cuándo descansan los sacerdotes?
Si entendemos por descanso la tregua en el duro trabajo, el relajarse un rato y tomarse un día libre desconectando de todo, claro que los hay que lo hacen.
Pero también los hay que para descansar necesitan algo más que “secularizarse” por un rato.
En mi caminar por el mundo de la Iglesia me he encontrado con muchos sacerdotes que anhelaban ser uno más un ratito a la semana, poder ir a un grupo de oración donde recibir y encontrarse con Jesucristo como una oveja más por unas horas.
Recuerdo un entrañable sacerdote italiano que visité quien tras la misa matutina diaria rezaba sus laudes en la capilla del santísimo con un grupo de laicos. Me llamó la atención porque realmente se palpaba que rezaba con la gente, no para la gente.
Me comentaba después, en petit comité, que existe una grandísima desconexión espiritual entre los sacerdotes y sus comunidades, porque los sacerdotes no saben o no pueden encontrar comunidad con la gente para la que trabajan.
Lo que decía era calcado a lo que comenta san Agustín, y quizás por eso, uno de los peligros de ser sacerdote hoy en día es precisamente el de no ser cristiano con los cristianos.
A algunos les parecerá un absurdo esta afirmación, para mi es de plena actualidad, y es una clave explicativa interesantísima para entender la vida, el ministerio y la necesidad profunda de ser cristianos con los cristianos que tienen muchos sacerdotes hoy en día.
En mi vida en la iglesia he tenido, y tengo, el privilegio de estar en grupos donde se oraba con los sacerdotes que asistían a los mismos no sólo a dar.
Estos mismos sacerdotes son celebrantes, confesores y predicadores cuando toca hacerlo; pero también saben descansar siendo cristianos con los demás, y precisamente de ahí sacaban fuerzas para pastorear y ser ministros de Jesucristo.
Decía san Agustín más adelante en su sermón:
“si el cumplimiento de los deberes propios de nuestro ministerio significa un trabajo y un esfuerzo, el don de ser cristianos, que compartimos con vosotros, representa nuestro descanso”
En conclusión, algo que se nos puede aplicar a todos lo cristianos: de poco o de nada sirve trabajar y afanarnos en nuestra misión, desde cualquiera que sea nuestra vocación - sacerdotal, laical o religiosa- si en el camino nos olvidamos de ser cristianos.
¿Y qué podemos hacer, pues, por los sacerdotes?: invitarlos a descansar siendo cristianos, para luego poder batallar siendo sacerdotes….que falta hace en estos tiempos de lucha.