Los amigos de los amigos...
¿Qué pensarías si alguien te dijera “Mis mejores amigos son inmorales”?... ¿y si te dijera “Mis mejores amigos son irracionales”?
Seguro que al escucharlo resulta inevitable hacerse una imagen determinada de quien lo dice, de su personalidad, de su entorno y de su mentalidad. Y desde luego estarán de acuerdo conmigo en que tal “declaración” de amistad produce extrañeza, sorpresa y rechazo en boca de cualquiera en general, y de un cristiano en particular.
Pues bien hace días escuche a un católico -teólogo por más señas- alardear de que sus mejores amigos eran… ateos. Y se quedó tan pancho. No sólo eso, sino que, además, comprobé cómo su comentario (soltado delante de otros “católicos”) tenía amplia aceptación en la concurrencia.
¿A ustedes esto qué les parece?
Yo opino dos cosas:
1ª.- Ya he aprendido que cuando de alguien se dice (o él mismo se autocalifica) como ateo o agnóstico, primero tengo que descartar que no se trate de un ignorante, persona a la moda, o descreído por cuestiones oscuras. Pocos pasan el corte. Con ateos-ateos casi nunca me he topado. Y con agnósticos, no digamos. Siendo esto así, estarán de acuerdo conmigo en que no son amigos como para presumir de ellos.
2ª.- Que si como cristiano (o simplemente como persona inteligente) me produciría una mala impresión (que me la produce y mucho) quien declarara tener a inmorales o irracionales como sus mejores amigos. ¿qué reacción no debería producirme quien alardea de tener predilecta amistad por los negadores-de-Dios?
Dicho esto me gustaría añadir una última cosa, y es que como cristiano sueño algún día con decir una frase muy parecida, pero diametralmente distinta:
Son mis mejores amigos y ... eran ateos.
Porthos