Crónica de una peregrinación 2: "Ave, María"
Llegamos a Nazaret. Angelus Domini nuntiavit Mariae. Silencio. La iniciativa ha sido de Dios. En una aldeita perdida de mundo empezó todo. Más que preocuparnos por lo que hemos de hacer nosotros, es preferible mirar los que le sucedió a una muchacha de quince años.
El viaje transcurre con total tranquilidad y orden, muy cómodo. En el aeropuerto de Ben Gurion nos encontramos ya con nuestro guía, JL, sacerdote español que vive y estudia en Jerusalén, que va a ser una ayuda muy grande, y con M., el chófer, amigo nuestro desde hace varios años, servicial y cariñoso.
Empezamos aprendiendo muchas cosas de este fascinante país. Llegamos al hotel para la cena. Estamos deseando comenzar el día siguiente para que vayamos viendo cómo se cumple el deseo que todos expresamos, de una manera u otra, y por el que hemos venido hasta aquí. La promesa también es inmensa. Por eso nos gustaría que estuvierais aquí con nosotros. Porque esto es para todos.
Y comienza el día en Nazaret con un sol espléndido. En la misa de San José, en la casa de la Sagrada Familia, Pablo nos invita a mirar el misterio de la Encarnación desde el SÍ de María, a mirar el trabajo como la forma de contribuir a la gloria de Dios y abrir el corazón a la acción del Señor, comentando que Nazaret también es el lugar del NO, porque los suyos, los amigos y familiares de toda la vida, lo rechazaron porque creían conocerlo. La Casa de la Virgen nos deja con muchas ganas de volver tranquilamente por la tarde. Hay, gracias a Dios, muchos grupos de peregrinos y preferimos algo más de sosiego para adentrarnos en el lugar. Tras la comida, pasando por Naím, la subida al monte Tabor (justo antes de la llegada de cuatro autobuses de nigerianos) nos permite entender mejor el misterio de la gloria de Dios y difrutar de un paisaje incomparable.
Más tarde, en Caná de Galilea, los matrimonios renuevan las promesas que hicieron el día de su boda. Es un momento de cargado de un significado presente. Acabamos el dia comentando que, ya sólo con este día, habría merecido la pena este viaje.
El viaje transcurre con total tranquilidad y orden, muy cómodo. En el aeropuerto de Ben Gurion nos encontramos ya con nuestro guía, JL, sacerdote español que vive y estudia en Jerusalén, que va a ser una ayuda muy grande, y con M., el chófer, amigo nuestro desde hace varios años, servicial y cariñoso.
Empezamos aprendiendo muchas cosas de este fascinante país. Llegamos al hotel para la cena. Estamos deseando comenzar el día siguiente para que vayamos viendo cómo se cumple el deseo que todos expresamos, de una manera u otra, y por el que hemos venido hasta aquí. La promesa también es inmensa. Por eso nos gustaría que estuvierais aquí con nosotros. Porque esto es para todos.
Y comienza el día en Nazaret con un sol espléndido. En la misa de San José, en la casa de la Sagrada Familia, Pablo nos invita a mirar el misterio de la Encarnación desde el SÍ de María, a mirar el trabajo como la forma de contribuir a la gloria de Dios y abrir el corazón a la acción del Señor, comentando que Nazaret también es el lugar del NO, porque los suyos, los amigos y familiares de toda la vida, lo rechazaron porque creían conocerlo. La Casa de la Virgen nos deja con muchas ganas de volver tranquilamente por la tarde. Hay, gracias a Dios, muchos grupos de peregrinos y preferimos algo más de sosiego para adentrarnos en el lugar. Tras la comida, pasando por Naím, la subida al monte Tabor (justo antes de la llegada de cuatro autobuses de nigerianos) nos permite entender mejor el misterio de la gloria de Dios y difrutar de un paisaje incomparable.
Más tarde, en Caná de Galilea, los matrimonios renuevan las promesas que hicieron el día de su boda. Es un momento de cargado de un significado presente. Acabamos el dia comentando que, ya sólo con este día, habría merecido la pena este viaje.
2º día: Viernes 19/11 “El Verbo se hizo carne y habita entre nosotros”
9.00 Misa en la iglesia de San José de Nazaret.
Basílica de la Anunciación y Museo de la Basílica.
Visita a la Sinagoga de Nazaret y a la iglesia ortodoxa de San Gabriel o de la fuente de la Virgen.
Comida en el Restaurante La Fontana di Maria.
Monte Tabor: la transfiguración.
Breve visita a Naín.
Breve visita a Naín.
Caná de Galilea: renovación de las promesas matrimoniales.
Nazaret: Cena en el hotel y noche.
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