Demanda islámica contra Oklahoma por prohibir la Shari´a en referéndum. Javier Monjas
por Wiederholen
Sí se han producido muestras aisladas de solidaridad con los cristianos iraquíes, pero, tan escasas y débiles, que algunos musulmanes no han podido dejar de expresar su "repugnancia" por los silencios mayoritarios, por cómo miran hacia otro lado las otras veces delicadísimas sensibilidades coránicas. Por el contrario, los líderes islámicos continúan calentando sus victimismos no sólo con unas cada vez más recrudecidas acusaciones contra Occidente por su "islamofobia", sino con ya explícitas referencias al "pasado nazi" de Europa mientras, a la vez, intentan dejar el camino libre a la sharia en el corazón de los Estados Unidos.
"Europa debe aceptar al islam"
"Me temo que vamos a un proceso como el de los comienzos de los años 30 del siglo pasado, cuando unos objetivos antisemitas se convirtieron en un gran problema junto con el auge del fascismo y del nazismo. Creo que estamos ahora en los primeros pasos de lo mismo". La anterior declaración acaba de ser pronunciada por el turco Ekmeleddin Ihsanoglu, el hombre que preside la mayor organización de países de mayoría musulmana del mundo, la siempre irascible y amenazante Organización de la Conferencia Islámica (OIC, por sus siglas en inglés) (ND -Archivo/Selección). Para Ihsanoglu, se está produciendo una "pandemia de vilificación del islam" en todo el mundo, y de forma muy destacada en los países occidentales por temas como los intentos de prohibir el pañuelo islámico en lugares como "Francia, España y Holanda".
Sin embargo, para el mismo Ihsanoglu, no ya los constantes ataques terroristas -consumados o no- contra Europa y Estados Unidos procedentes de países musulmanes, sino las brutales carnicerías contra cristianos en esas mismas naciones de aplastante mayoría islámica, son hechos que merecen ser tomados en cuenta en el mismo debate. Para él, "debemos mantener el extremismo fuera de esta discusión (puesto que) es un tema diferente". El secretario general de la OIC advierte de que Europa juega con hechos consumados puesto que "debe entender la actual realidad del islam, y la realidad es que el islam no es una religión ajena a Europa, sino una religión de Europa, y Europa así debe aceptarlo".
Amparo judicial para Abu Hamza
Por el contrario, Europa continúa dando muestras de una infinita capacidad de acoger y proteger, no ya a los musulmanes en general, sino a algunos de sus más brutales líderes en particular, furiosos predicadores del más feroz odio antioccidental, pero que, mientras tanto, no dudan en exigir que se les mantengan sus pasaportes europeos amparándose en las mismas leyes que tanto dicen despreciar. Entre ellos se encuentra el apocalíptico y salvaje clérigo, Abu Hamza al-Masri -el tuerto del gancho pirata-, cuya devastadora presencia física no es más que un remedo del extremo rencor que rezuma por la Europa a la que se aferra con uñas y gancho, y por la que parece tener tanto gusto como por las mujeres ajenas en general, y por las prostitutas también en particular, eso sí, siempre blancas.
Un tribunal acaba de admitir el recurso de sus abogados contra la decisión de Londres de retirarle su pasaporte británico, el mismo que había conseguido a través de su matrimonio con una mujer de esa nacionalidad. La desolación se ha adueñado del gobierno de Cameron, que ve cómo sus esfuerzos por librarse de este sujeto -aunque no de sus miles y miles de seguidores- se estrellan contra los proteccionismos judiciales del país, dispuestos a garantizarle su ciudadanía europea bajo el argumento de que Egipto ya le habría retirado la suya y no pueden dejar a la criatura sin una nacionalidad concreta.
Demanda contra Oklahoma por prohibir la sharia
En Estados Unidos, los desafíos islámicos no aflojan mucho más que en Europa, ni tampoco las constantes quejas, por mucho que algunos perspicaces musulmanes reconozcan que las cosas no fueron tan mal para ellos, ni mucho menos, en la pasada jornada electoral legislativa. El Consejo para las Relaciones Islamo-Americanas (CAIR, por sus siglas en inglés) acaba de demandar al Estado de Oklahoma en su conjunto, cuyos ciudadanos aprovecharon las pasadas elecciones para aprobar una disposición que prohíbe a los jueces estatales tomar en consideración la ley islámica en sus resoluciones. La propuesta sometida a votación, y aprobada por el 70 por ciento de los sufragios, declara fuera de los límites de los tribunales de Oklahoma "los preceptos legales de otras naciones y culturas" y concreta que, "de forma específica", los jueces "no podrán considerar la ley internacional o la sharia".
Para el CAIR, el resultado del referéndum conculca la Primera Enmienda, la cual protege el libre ejercicio de la religión y prohíbe el establecimiento de una creencia oficial. Además, la ley imputaría un "profundo estigma" al islam, dado que sólo hay 30.000 musulmanes entre los casi 4 millones de residentes del Estado y, por tanto, no se trata de una medida "necesaria". Por tanto, la organización islámica recurre a la Constitución de los Estados Unidos para defender una ley religiosa que no sólo la contradice en múltiples aspectos, sino que, además, se declara, por su carácter divino, revelado y "noble", superior a cualquier norma civil, como incluso los musulmanes conversos españoles se han encargado de advertir (ND).
La masacre de la iglesia de Nuestra Señora del Socorro, en Bagdad, no ha impresionado gran cosa a los musulmanes. Ni a las masas islámicas, que esta vez no han invadido las calles en una de sus habituales demostraciones de una cólera que tan rápido se desata por un dibujo pero no por una carnicería de infieles, ni mucho menos a las grandes organizaciones que agrupan en exclusiva a los países de mayoría musulmana y que también tan fácil disparan sus recriminaciones contra la Unión Europea por el "racismo" de querer mantenerse como un "club cristiano".
Sí se han producido muestras aisladas de solidaridad con los cristianos iraquíes, pero, tan escasas y débiles, que algunos musulmanes no han podido dejar de expresar su "repugnancia" por los silencios mayoritarios, por cómo miran hacia otro lado las otras veces delicadísimas sensibilidades coránicas. Por el contrario, los líderes islámicos continúan calentando sus victimismos no sólo con unas cada vez más recrudecidas acusaciones contra Occidente por su "islamofobia", sino con ya explícitas referencias al "pasado nazi" de Europa mientras, a la vez, intentan dejar el camino libre a la sharia en el corazón de los Estados Unidos.
"Europa debe aceptar al islam"
"Me temo que vamos a un proceso como el de los comienzos de los años 30 del siglo pasado, cuando unos objetivos antisemitas se convirtieron en un gran problema junto con el auge del fascismo y del nazismo. Creo que estamos ahora en los primeros pasos de lo mismo". La anterior declaración acaba de ser pronunciada por el turco Ekmeleddin Ihsanoglu, el hombre que preside la mayor organización de países de mayoría musulmana del mundo, la siempre irascible y amenazante Organización de la Conferencia Islámica (OIC, por sus siglas en inglés) (ND -Archivo/Selección). Para Ihsanoglu, se está produciendo una "pandemia de vilificación del islam" en todo el mundo, y de forma muy destacada en los países occidentales por temas como los intentos de prohibir el pañuelo islámico en lugares como "Francia, España y Holanda".
Sin embargo, para el mismo Ihsanoglu, no ya los constantes ataques terroristas -consumados o no- contra Europa y Estados Unidos procedentes de países musulmanes, sino las brutales carnicerías contra cristianos en esas mismas naciones de aplastante mayoría islámica, son hechos que merecen ser tomados en cuenta en el mismo debate. Para él, "debemos mantener el extremismo fuera de esta discusión (puesto que) es un tema diferente". El secretario general de la OIC advierte de que Europa juega con hechos consumados puesto que "debe entender la actual realidad del islam, y la realidad es que el islam no es una religión ajena a Europa, sino una religión de Europa, y Europa así debe aceptarlo".
Amparo judicial para Abu Hamza
Por el contrario, Europa continúa dando muestras de una infinita capacidad de acoger y proteger, no ya a los musulmanes en general, sino a algunos de sus más brutales líderes en particular, furiosos predicadores del más feroz odio antioccidental, pero que, mientras tanto, no dudan en exigir que se les mantengan sus pasaportes europeos amparándose en las mismas leyes que tanto dicen despreciar. Entre ellos se encuentra el apocalíptico y salvaje clérigo, Abu Hamza al-Masri -el tuerto del gancho pirata-, cuya devastadora presencia física no es más que un remedo del extremo rencor que rezuma por la Europa a la que se aferra con uñas y gancho, y por la que parece tener tanto gusto como por las mujeres ajenas en general, y por las prostitutas también en particular, eso sí, siempre blancas.
Un tribunal acaba de admitir el recurso de sus abogados contra la decisión de Londres de retirarle su pasaporte británico, el mismo que había conseguido a través de su matrimonio con una mujer de esa nacionalidad. La desolación se ha adueñado del gobierno de Cameron, que ve cómo sus esfuerzos por librarse de este sujeto -aunque no de sus miles y miles de seguidores- se estrellan contra los proteccionismos judiciales del país, dispuestos a garantizarle su ciudadanía europea bajo el argumento de que Egipto ya le habría retirado la suya y no pueden dejar a la criatura sin una nacionalidad concreta.
Demanda contra Oklahoma por prohibir la sharia
En Estados Unidos, los desafíos islámicos no aflojan mucho más que en Europa, ni tampoco las constantes quejas, por mucho que algunos perspicaces musulmanes reconozcan que las cosas no fueron tan mal para ellos, ni mucho menos, en la pasada jornada electoral legislativa. El Consejo para las Relaciones Islamo-Americanas (CAIR, por sus siglas en inglés) acaba de demandar al Estado de Oklahoma en su conjunto, cuyos ciudadanos aprovecharon las pasadas elecciones para aprobar una disposición que prohíbe a los jueces estatales tomar en consideración la ley islámica en sus resoluciones. La propuesta sometida a votación, y aprobada por el 70 por ciento de los sufragios, declara fuera de los límites de los tribunales de Oklahoma "los preceptos legales de otras naciones y culturas" y concreta que, "de forma específica", los jueces "no podrán considerar la ley internacional o la sharia".
Para el CAIR, el resultado del referéndum conculca la Primera Enmienda, la cual protege el libre ejercicio de la religión y prohíbe el establecimiento de una creencia oficial. Además, la ley imputaría un "profundo estigma" al islam, dado que sólo hay 30.000 musulmanes entre los casi 4 millones de residentes del Estado y, por tanto, no se trata de una medida "necesaria". Por tanto, la organización islámica recurre a la Constitución de los Estados Unidos para defender una ley religiosa que no sólo la contradice en múltiples aspectos, sino que, además, se declara, por su carácter divino, revelado y "noble", superior a cualquier norma civil, como incluso los musulmanes conversos españoles se han encargado de advertir (ND).
Comentarios