Del amigo Dragó y sus japonesitas
por Luis Antequera
Ya avisó alguien que en el país de los casi cinco millones de parados y de las doscientas mil familias sin ningún recurso, que ha conocido ya en el mes de mayo lo que es estar en una bancarrota de la que salió milagrosamente gracias no a sus propias fuerzas sino a la ayuda que le vino del exterior, íbamos a hablar mucho estos días, y los que siguen hasta que se produzcan nuevas elecciones, de hechos nimios y estúpidos en los que gastar mucha saliva. Quizás por eso mismo, no sea casual que salte ahora a primera página una historia publicada hace ya... ¡ni más ni menos que veintiséis años!
He visto las declaraciones de Dragó de las que tanto se habla estos días. Son efectivamente penosas, tanto como soeces y carentes de buen gusto. No aportan nada a la literatura, y forman parte de esa manera que algunos llaman "de hacer arte" consistente en provocar, como si provocar no fuera otra cosa que provocar, hacer arte otra cosa que hacer arte, y una y otra tuvieran algo que ver entre sí, convirtiéndose a menudo la de “provocar”, en la coartada de quien, precisamente, no sabe hacer arte. Sin que todo ello, por otro lado, deba servir, -quiero dejarlo bien claro-, para desmerecer el resto de la obra del Sr. Sánchez Dragó quien, más allá de excesos como el que comentamos, es, en mi humilde opinión, uno de los grandes escritores españoles del momento, y un hombre dotado de gran talento.
Todo esto dicho (que no es poco), quiero pasar ahora al otro bando, el de los que de manera tan aparatosa como lo hiciera el sumo sacerdote que juzgó a Jesús en el sanhedrín, se rasgan hoy las vestiduras porque el amigo Dragó se lo haya hecho con dos japonesitas menores de edad.
Y bien, esos nuevos Inquisidores del Pensamiento Unico ¿dónde estaban cuando el Gobierno extremeño subvencionaba con más de veinte mil euros unos cursos para enseñar a jovencitas españolas, probablemente de parecida edad a las japonesas con los que Dragó se lo hace, a masturbarse? ¿Dónde estaban cuando desde el Ministerio de Igualdad se subvencionaban con cantidades ingentes denominados “mapas de la enervación del clítoris”? ¿Se dan Vds. cuenta de que esos mismos inquisidores que se escandalizan porque Dragó se trajine a unas jovencitas, han aprobado que una jovencita poco mayor pueda desembarazarse del fruto de una relación sexual sin ni siquiera informar de ello a sus padres?
¿Se dan Vds, cuenta de que quienes con tanto celo velan por la moral de auténticas mujeres de diecisiete años, once meses y treinta días, son los mismos que han aprobado que un niño sin ni siquiera un día de edad, pueda ser adoptado por dos señores o dos señoras, e incluso aprueban la sanción a un juez porque, según ellos, no tramita con la suficiente urgencia la adopción de un niño por dos homosexuales, en el país donde no hay juicio que se sustancie en menos de tres años y en el que los niños nacionales para la adopción se cuentan con los dedos de una mano? ¿O los que han puesto los medios para que la española sea una de las sociedades en las que con mayor precocidad los niños se inician en el sexo, y los mismos que van a implantar la educación sexual en las escuelas a la edad de once años, cuando no antes? ¿Se dan cuenta Vds. de que los que con tanto ruido expresan su escándalo infinito y su indignación suprema, son los mismos que aprueban que en las escuelas españolas se puedan oír expresiones tan repugnantes como “una cosa es el sexo biológico con el que nacemos, y otra la identidad sexual que construimos a lo largo de nuestra vida” (Manual de EPC de Pearson Educación-Alhambra), “nos enamoramos de personas independientemente del sexo que puedan tener” (Manual de EPC de Ed. Octaedro), o “cada persona puede proceder de manera diferente, unas preferirán el coito vaginal y otras se decantarán por otro tipo de relaciones: ésta adornará el acto con ensoñaciones y fantasía, aquél será menos imaginativo” (Manual EPC de Ed. Mc Graw Hill)?
¿Se dan Vds, cuenta de que quienes con tanto celo velan por la moral de auténticas mujeres de diecisiete años, once meses y treinta días, son los mismos que han aprobado que un niño sin ni siquiera un día de edad, pueda ser adoptado por dos señores o dos señoras, e incluso aprueban la sanción a un juez porque, según ellos, no tramita con la suficiente urgencia la adopción de un niño por dos homosexuales, en el país donde no hay juicio que se sustancie en menos de tres años y en el que los niños nacionales para la adopción se cuentan con los dedos de una mano? ¿O los que han puesto los medios para que la española sea una de las sociedades en las que con mayor precocidad los niños se inician en el sexo, y los mismos que van a implantar la educación sexual en las escuelas a la edad de once años, cuando no antes? ¿Se dan cuenta Vds. de que los que con tanto ruido expresan su escándalo infinito y su indignación suprema, son los mismos que aprueban que en las escuelas españolas se puedan oír expresiones tan repugnantes como “una cosa es el sexo biológico con el que nacemos, y otra la identidad sexual que construimos a lo largo de nuestra vida” (Manual de EPC de Pearson Educación-Alhambra), “nos enamoramos de personas independientemente del sexo que puedan tener” (Manual de EPC de Ed. Octaedro), o “cada persona puede proceder de manera diferente, unas preferirán el coito vaginal y otras se decantarán por otro tipo de relaciones: ésta adornará el acto con ensoñaciones y fantasía, aquél será menos imaginativo” (Manual EPC de Ed. Mc Graw Hill)?
¿Y éstos son los que van a censurar el comportamiento de Dragó? ¡¡¡Que les den morcilla!!!
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