Jueves, 21 de noviembre de 2024

Religión en Libertad

«Marea azul» en el Encuentro Vocacional tras la JMJ


por Miguel Cuartero Samperi

Opinión

Muchas derrotas han ocurrido, desde su construcción, en el estadio nacional de Panamá dedicado a la memoria del futbolista istmeño Rommel Fernández. Demasiadas derrotas han tenido que vivir los hinchas panameños desde las gradas de aquel gran estadio, templo del fútbol nacional. La historia ha dado un vuelco en estos últimos años, gracias al sacrificio y a la dedicación de unos muchachos que lograron realizar el sueño de cuatro millones de compatriotas: llegar a participar en la fase final de un campeonato mundial junto con las selecciones de la elite del fútbol internacional.

Sin embargo, la marea roja, la hinchada canalera, quizás nunca haya vivido una victoria tan rotunda y liberadora como la que vivió este lunes 28 de enero la "marea azul" en el mismo Rommel Fernández. Más de 25.000 jóvenes de todo el mundo se reunieron al final de la Jornada Mundial de la Juventud para participar en un encuentro vocacional organizado por el Camino Neocatecumenal, una realidad eclesial presente en muchas parroquias de Panamá desde el año 1975. Los 5000 panameños presentes, anfitriones en un contexto internacional, vistieron de color azul, color de la bandera, color del mar, color de la Virgen María, protagonista absoluta de esta histórica jornada mundial de jóvenes en la primera diócesis en tierra firme americana.

La marea azul ha presenciado una victoria rotunda y clara (sin ayuda arbitral, sin polémicas y sin trucos o amaños) ante un adversario mucho más temible que los históricos rivales la Concacaf (Confederation of North, Central America and Caribbean Association Football), que muchas veces han interrumpido los sueños de gloria de la marea roja. La marea azul no solo ha asistido al evento como espectador privilegiado, sino que se ha metido personalmente y de lleno en la batalla para salir triunfante.

Claro está, amigos, que no hablamos de una cualquier "birria entre pasieros" (panameñismo para indicar “partido entre amigos”), ni de una cita deportiva de nivel internacional. Hablamos de la victoria del bien sobre el mal, de la vida sobre la muerte; más precisamente, de la victoria de Jesucristo sobre el “infierno eterno” que todo hombre hereda por una extraña enfermedad del alma (parte de su ADN espiritual) que se llama “pecado original” y –más aún– por sus propios pecados. Esa fue la noticia que ha convocado a millares de jóvenes (otra "victoria" en tiempos de secularización globalizada) según las palabras de Kiko Argüello, quien a partir de la lectura de la segunda carta de San Pablo a los Corintios ha anunciado el Kerigma, la “buena noticia” resumida en el grito de jubilo repetido por los jóvenes: "Cristo ha Resucitado. Verdaderamente ha resucitado". Lo que podría parecer un simple lema sin importancia es en realidad una noticia que transforma, transfigura y salva a todo aquel que la escuche y la acoja; porque "la fe viene de la escucha" (Rm 10,17) –como afirma San Pablo– y "Dios ha querido salvar al mundo a través de la necedad del Anuncio del Evangelio" (“Kerigma”, según su traducción original del griego). Es una extraña realidad la del Kerigma, que, como afirma Kiko, se realiza mientras se proclama y actúa con poder en quienes lo acogen.

Kiko ha recordado que la llamada principal de todo cristiano es “ser uno” con Cristo para llevar al mundo el anuncio de la salvación. Nada mejor pueden esperar los cristianos, porque "no hay cosa más grande que anunciar el Evangelio". Lo mismo dijo el padre Mario Pezzi, quien –invitando a los jóvenes a no tener miedo– remarcó: "¡Qué puede haber más maravilloso que participar de la misión misma de Cristo!"

Es por ello que, al final del encuentro, muchos de los presentes vencieron el miedo y se “levantaron” para ofrecer sus vidas al Señor. Unos 700 chicos, 650 chicas y 600 familias subieron a la tarima para recibir una bendición especial sobre sus vidas en vista de una misión en cualquier parte del mundo. Victorias personales sobre el miedo y el egoísmo, victorias de un pueblo que se ha puesto a la escucha de la Palabra de Dios, victoria de un país anfitrión que nunca había asistido a un espectáculo semejante. Una victoria que mereció un juego de fuegos artificiales que sorprendieron a Kiko, a los cardenales y a todos los presentes. Una victoria que quedará grabada por mucho tiempo en aquellos que la presenciaron y en aquella “marea azul” que hospedó en su estadio el histórico encuentro internacional.

***

Organizado por el equipo responsable del Camino en Panamá y llevado a cabo por el Equipo Internacional del Camino formado por el iniciador Kiko Argüello, el presbítero Mario Pezzi y María Ascensión Romero, el encuentro tuvo lugar en el estadio de Panamá a partir de las 3.30 pm del pasado lunes (28 de enero). Presenciaron el encuentro muchos cardenales y obispos (entre ellos el arzobispo de Panamá, monseñor Ulloa, y el cardenal Lacunza, obispo de David). Presidió el encuentro el cardenal O'Malley, el cual, a pesar de definirse a sí mismo como "un pobre fraile gringo", es en realidad uno de los más cercanos colaboradores del Papa Francisco. O’Malley ha definido a Kiko Argüello como "un verdadero canal de Panamá espiritual". Un canal "por el cual han pasado muchas aguas y ha tocado a muchos católicos dormidos con las aguas bautismales que se han convertido en católicos renovados".

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