¿No juegas al «Juego del respeto»? ¡Expulsado de la escuela!

Piden aclaraciones sobre el plan formativo de la escuela y su hijo es expulsado. Así se puede resumir el nuevo episodio ocurrido en Trieste, donde se ha prohibido a unos padres saber concretamente qué se enseña a su hijo en la escuela municipal. Repito: concretamente; porque en lo que se refiere a frase bonitas, a menudo en lenguaje pseudo-sociológico y pseudo-pedagógico, los directores y los administradores públicos dicen muchas, pero sin aclarar lo que se tiene que aclarar, sin excluir lo que se tiene que excluir, sin garantizar lo que hay que garantizar. Los argumentos éticamente sensibles aumentan, pero los padres preocupados y comprometidos no encuentran respuestas.

En Trieste, la pasada primavera, Amedeo Rossetti había ido al colegio donde estudia su hijo, lo había cogido y se lo había llevado a casa. El hecho había tenido eco a nivel nacional y seguramente muchos lo recordarán. La razón era que el ayuntamiento, la directora y los docentes querían realizar un proyecto titulado El juego del respeto sin haberlo explicado mínimamente a los padres; Rossetti había tenido conocimiento del proyecto por pura casualidad. Estas cosas son antiguas y evidentemente no desaparecen, porque al inicio del nuevo año escolar 2015/2016 el choque familia Rossetti-escuela pública se ha repetido.

Lo único que la familia Rossetti ha hecho es sencillamente mantener en casa a su hijo: figuraba como inscrito pero ausente. Al principio del nuevo año escolar el colegio advierte que si el niño no va a la escuela su sitio se dará a otro niño que esté en lista de espera. Es justo. Sin embargo, Rossetti explica que aún no lo ha enviado al colegio porque no ha visto el plan formativo. De hecho, en Italia los colegios empiezan en septiembre y el plan formativo, es decir, la comunicación que explica qué se enseñará a nuestros hijos es aprobado una vez iniciado el año escolar. Mucho después. Mientras tanto todo sigue adelante basándose "en la confianza". Pero los tiempos de la confianza a ojos cerrados han terminado. Rossetti se mantiene firme, apoyándose también en el hecho de que el ministro, en su célebre circular en la que tranquilizaba a las familias sobre la ideología de género, había garantizado transparencia.

Por fin, el 29 de octubre -obsérvese: ¡el 29 de octubre!- se aprueba el plan formativo (en el interim, el pequeño sigue inscrito pero ausente). El matrimonio Rossetti lo lee y observa muchos puntos poco claros, sobre todo cuando se habla de unos "proyectos" presentados de manera poco concreta, de intervenciones contra "prejuicios y estereotipos", de "pluralidad de las culturas familiares", de educación en la "diversidad", etcétera. Son "expresiones-coladero" por las que puede pasar de todo y, con razón, los padres se alarman. También porque en los planes formativos de las escuelas municipales de Trieste ya no se hace referencia alguna al Juego del respeto, pero el consejero había declarado públicamente que a partir del año escolar 2015/2016 este Juego del respeto se llevaría a cabo en todas las escuelas municipales. No se habla de ello en el plan formativo pero la intención es introducirlo. ¿Quizás a través de esas "expresiones-coladero"?

Por estos motivos los padres escriben a la directora municipal responsable, a quien piden información más detallada sobre las frases ambiguas del plan formativo. Finalmente llega la respuesta, con fecha 20 de noviembre, casi tres meses después del inicio del curso escolar.

La directora se ha ocupado mucho de este tema, porque ha escrito tres páginas de respuesta. Inicia recordando al señor Rossetti que había habido una reunión el 21 de octubre en la que él hubiera podido plantear esas preguntas sobre el plan formativo. Algo imposible porque el plan formativo fue aprobado poco después y, más concretamente, ocho días después. Después la carta pasa a las respuestas, que son evasivas, como evasivo era el plan formativo. No se afrontan las dudas de los padres, no se dice qué proyectos se llevarán a cabo y con qué organizaciones. No se dice si el Juego del respeto u otros que en este periodo alarman a los triestinos será llevado a cabo en la escuela que frecuenta su hijo. Si la directora dice que se llevarán a cabo proyectos financiados por la región o por otros entes públicos no dice absolutamente nada que sea significativo. Si escribe que los objetivos son formar en el respeto y en la recíproca convivencia, hace afirmaciones genéricas que no pueden satisfacer a quien ya ha experimentado que sin decirle nada se quiere realizar un proyecto que según él es peligroso para su hijo.

Moral del cuento: el ayuntamiento ha dado a la familia un ultimátum para el 27 de noviembre, tras lo cual ha procedido legalmente a quitar al niño de la inscripción en el colegio. No se podía ocupar una plaza para nada… pero la causa era que el ayuntamiento no había informado a tiempo y de manera exhaustiva a los padres. ¿Por qué los planes formativos no están listos antes de que empiece el curso? ¿Por qué no son exhaustivos, sino genéricos? ¿Por qué utilizan frases que ya todos saben que se pueden interpretar de mil maneras? ¿Y por qué el plan formativo no habla del Juego del respeto, mientras que el consejero garantizó que sí lo haría? ¿Se llevará a cabo este proyecto sin incluirlo en el plan formativo? Por consiguiente, ¿sin que lo sepan los padres?

El resultado es claro: preguntad algo más de lo necesario qué quiere hacer la escuela con vuestros hijos y os encontraréis expulsados de la misma.

Publicado en La Nuova Bussola Quotidiana.
Traducción de Helena Faccia Serrano (diócesis de Alcalá de Henares).