Huye cobarde, huye
No nos callaréis. Seguiremos mostrando al mundo la realidad del aborto. Y vosotros tendréis que seguir huyendo como cobardes. Que el Señor os reprenda y os dé lo que merecéis. Eso sí, la puerta de la conversión siempre está abierta.
Así actúan los pro-abortistas cuando se les pone ante la realidad de lo que es un aborto: https://www.youtube.com/watch?v=xr4KAwm_duA No pueden soportar la verdad. Saben perfectamente que el aborto es el asesinato de un ser humano. Y por eso mismo, como no tienen argumentos para contrarrestar ese hecho, huyen. No hay debate con ellos. Imponen la muerte y renuncian a hablar cara a cara con los que defendemos la vida. Se me dirá que la mujer pro-abortista que sale corriendo del programa de Popular TV no representa a todos los pro-abortistas. Yo creo que sí. Ellos siempre plantean la cuestión como un asunto que afecta al derecho de la mujer sobre su embarazo. El ser humano que esté en el seno materno les importa un pimiento. Estorba. Es mejor no mirarle a la cara, no ver sus brazos, sus piernas, su boca, sus ojos, su corazón latiendo, su cuerpo, diminuto, pero cuerpo al fin y al cabo. La conciencia, por muy podrida que la tengan, no soporta semejante visión. Huid cobardes, huid. Pero sabed que muchos estaremos aquí dispuestos a llamaros lo que sois: asesinos miserables de seres inocentes. Vosotros no veláis por el derecho de las mujeres. Sois la bazofia que empuja a muchas de ellas a abortar, pues presentáis el aborto como una conquista social. Vosotros, pro-abortistas, sois pura escoria, como los etarras, como los fundamentalistas islámicos terroristas que ponen bombas. El aborto es la peor arma de destrucción masiva inventada por el hombre y la habéis convertido en el pan nuestro de cada día de una sociedad corrupta e inmoral. Matáis más seres humanos que los nazis en los campos de concentración, que las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki. La enormidad de la matanza de hutus y tutsis se repite año tras año en las clínicas abortistas con vuestra complacencia. No nos callaréis. Seguiremos mostrando al mundo la realidad del aborto. Y vosotros tendréis que seguir huyendo como cobardes. Que el Señor os reprenda y os dé lo que merecéis. Eso sí, la puerta de la conversión siempre está abierta. Si en vez de huir dejáis que la conciencia os acuse, quizás se os abra una ventana a la salvación de vuestras almas. Cristo también murió por vosotros. Aceptad su sacrificio, pedid perdón y así dejaréis de servir a la muerte para ser defensores de la dignidad de la vida humana desde su misma concepción. Ese cambio merece la pena. Luis Fernando Pérez Bustamante
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