El presidente filipino presume de haber detenido a una misionera de 71 años que trabaja con tribales
Durante un discurso a las Fueras Armadas, el presidente filipino Rodrigo Duterte reivindicó la “plena responsabilidad” por la detención de sor Patricia Anne Fox, misionera australiana de 71 años y superiora de las Religiosas de Nuestra Señora de Sion en Filipinas.
Duterte declaró haber ordenado una investigación sobre la misionera por “conducta desordenada”, justificando la disposición como una acción legal contra los extranjeros “indeseables”, que “no tienen derecho de criticar al gobierno de la nación”.
Una religiosa con los indígenas y agricultores
Sor Patricia, está en el país desde hace 27 años donde desarrolló su obra entre los agricultores y las poblaciones indígenas. Recientemente, la religiosa tomó parte en una misión internacional de investigación y solidaridad que investigaba sobre presuntas violaciones de los derechos contra los campesinos y los tribales Lumad, en la isla meridional de Mindanao.
Las autoridades acusan a la religiosa de “haber participado en manifestaciones anti-gobierno” en las ciudades de Davao y Tagum.
22 horas detenida
Hace tres días, 6 funcionarios de la Oficina de Inmigraciones (BI) han detenido a sor Patricia en la casa de la misión en Quezon City y la han llevado a la división de inteligencia en Manila, donde dispusieron su detención, que duró 22 horas. Las autoridades la han liberado después de haber establecido que la religiosa poseía un visado válido como misionera, que la hace o convierte en una “extranjera con regular documentación”.
La hermana Patricia al salir de sus 22 horas de detención; la prensa se ha volcado, porque no es normal que en Filipinas, país católico y oriental, que respeta a la gente mayor, detengan misioneras de 71 años
La oficina de inmigración afirma que la religiosa no está sujeta a procedimientos penales en cuanto no fue arrestada en flagrante delito. Sin embargo, está en curso una investigación para establecer si existen elementos para su expulsión del país.
Prohibido participar en actos políticos
Según la ley de inmigración, a los extranjeros les está prohibido adherirse a acciones de masa o de actividades políticas, dado que el acto equivale a violar las condiciones de su permanencia.
Después de su liberación, sor Patricia admitió a los cronistas que participó en manifestaciones de solidaridad con grupos de campesinos pero “no a manifestaciones anti-gobierno”.
“Los llamaría (encuentros) religiosos, porque estamos llamados a estar junto a los pobres-declaró. No me he adherido a manifestaciones políticas de parte, aunque sí soy activa en las cuestiones relacionadas con los derechos humanos”.
Las entidades de Iglesia protestan
“Es un acto vergonzoso, un gesto muy antidemocrático por parte del gobierno. Se tendrían que avergonzar, porque hablar en favor de los pobres no puede ser un crimen”, afirma a AsiaNews el sacerdote Edwin A. Gariguez, que está a cargo del Secretariado nacional para la acción social (NASSA) y Caritas Filipinas, brazo humanitario de la Conferencia episcopal (CBCP).
La Iglesia católica y los activistas por los derechos humanos temen que detrás del arresto de sor Patricia se oculte una campaña del gobierno contra el disenso. Durante una visita a la religiosa en las horas de la detención, Broderick Pabillo, obispo auxiliar de Manila, declaró: “No hay todavía una ley marcial, pero ya están dando la caza a las personas que se oponen”.
A las palabras del prelado le hicieron eco las del p. Edwin A. Gariguez, quien afirma: “Estoy convencido que lo que aconteció no influirá en la obra misionera de la Iglesia en Filipinas. En virtud de su ministerio profético, la Iglesia está llamada a ser valiente, desvergonzada en el expresarse en nombre de la Verdad, de los derechos de los últimos y de los oprimidos. Por esto, no podemos dejarnos intimidar por el gobierno. Llevaremos adelante nuestra misión y el gobierno no podrá hacer nada para detenernos”.
“El arresto de sor Patricia-continúa el sacerdote-va contra los valores culturales del pueblo filipino. Somos gente muy caritativa en relación con el prójimo y ver a una religiosa de 71 años en prisión ha lastimado la sensibilidad de los ciudadanos. La detención de sor Patricia es inaceptable también para los seguidores de Duterte, porque la piedad y el respeto hacia las personas mayores son parte integrante de nuestra tradición. En las redes sociales se vieron reacciones muy duras, he leído muchos comentarios de personas indignadas”.